Con una inhabitual cantidad de votos en contra, la Cámara de Diputados de Salta dió media sanción ayer a un proyecto de ley que autoriza al Poder Ejecutivo a transferir en carácter de donación a la Asociación Cultural y Deportiva de Profesionales Universitarios de Salta (La Loma) dos inmuebles identificados con la matrícula 100.872 y 134982, del departamento Capital con destino al desarrollo de actividades sociales y deportivas de los socios y de la comunidad.
El proyecto resultó transversal. Fue presentado por un oficialista, Luis Mendaña (del bloque Justicialista Gustavo Sáenz Conducción) y un opositor, José Gauffín (bloque Independencia, exPRO). Como es costumbre, fue acompañado por la mayoría oficialista, pero hubo defecciones: la diputada Mónica Juárez (del bloque Dr. René Favaloro); y Soledad Farfán (UCR) y Matías Monteagudo (Unión Salteña - UCR) que, con matices, suelen acompañar las iniciativas del oficialismo.
La discusión, larga, fue la antesala de una votación en la que el proyecto se aprobó con seis votos negativos, algo poco común en una Cámara dominada por el oficialismo provincial. Las diputadas Sofía Sierra (PRO) y Griselda Galleguillos (Ahora Patria) y Roque Cornejo (La Libertad Avanza) dieron los otros votos negativos, más previsibles.
Al momento de presentar la iniciativa Luis Mendaña repasó que estos dos inmuebles están en comodato de uso por 20 años (que se cumplirían en 2026) con el cargo de destinarlos a la ampliación de las instalaciones de este club, que existe desde hace 59 años y tiene hoy en día 3.200 socios "profesionales". A pesar de este requisito, que excluye a cualquier hijo de vecino no profesional universitario, el club realiza “actividades que incluyen a los barrios colindantes”.
Además, tiene cerca de 30 empleados, hay una cooperativa fundada por mujeres de la zona que “colaboran con la limpieza del predio”. Y “toda la tarea de contención de los profesionales de Salta. Apadrinan la escuela de uno de los barrios colindantes al predio de los profesionales” y “permiten” también que cualquier delegación del la provincia con solo una nota ponen a disposición todo el predio, destacó el miembro informante.
Anticipándose a las objeciones que vendrían después, reconoció la vinculación de los distintos gobiernos con La Loma, esa vinculación “tiene una historia tan larga como la cantidad de años que tiene la Asociación”, dijo antes de recordar que el gobierno provincial tiene una política de entrega de tierras en comodato a distintas entidades, y que luego se donan, como ocurrió hace poco con la Asociación de Fútbol de los Valles Calchaquíes, reseñó.
Para unos sí, y para otros no
El primero en expresar su oposición fue el libertario Roque Cornejo. “Los bienes del estado tienen que tener su aprovechamiento máximo”, sostuvo antes de proponer que el Estado debería venderlo, sobre todo tratándose de una asociación de profesionales, que pueda pagarlo. Y, particularmente, "habiendo fracasado el Plan MI Lote", con crisis habitacional, un mensaje claro para la sociedad sería que en lugar de la donación se haga una compraventa, argumentó.
Le siguió otra libertaria, Griselda Galleguillos. “Este tipo de beneficios debe estar regulados mediante mecanismos de transparencia y públicos” en el que todas las asociaciones y fundaciones interesadas en obtener donaciones puedan participar, sostuvo. Y le dio sonoridad a la idea que sobrevoló durante el tratamiento: “no quiero pensar que sea (un beneficio a) un amiguito, un familiar”. “El precedente institucional es muy peligroso”. “Por qué a una asociación sí, y por qué a otra organización no”, insistió.
Sofía Sierra aportó más en esta línea: “Estamos hablando de uno de los barrios más caros de la ciudad de Salta, de una asociación de profesionales, no de gente vulnerable” que “paga una cuota aproximada de 34 mil pesos mensuales “ y los equipos pagan entrenadores. “Profesionales que sabemos muy bien que muchos de ellos tienen un acceso directo a los diferentes gobiernos”, afirmó.
También ella opinó que el Estado podría vender estos inmuebles. Hizo cuentas: suponiendo que el predio tuviera un valor de 4 millones de dólares, pagaderos en 20 años, divididos en 3.200 profesionales, las cuotas mensuales serían de 5 dólares.
Por su lado, Mónica Juárez decidió no acompañar la iniciativa “por el respeto los más de 50 clubes de capital que están esperando un lugar todavía”. Y también por respeto a las miles de familias que esperan viviendas, dado que en el departamento Capital hay un déficit poblacional y parte del problema es que no hay tierra apta para construir viviendas, recordó.
Se sumó Matías Monteagudo: “Quiero que este tipo de leyes sea significativa para la gente que realmente la necesite”, dijo antes de coincidir en que esta Asociación, por ser de profesionales, tiene recursos para adquirir más tierra. “Acá nos estamos alejando del eje, no es esta gente la que tiene la necesidad”, advirtió.
Soledad Farfán aportó razones similares. “La prioridad del Estado debe estar con los menos tienen” y en Salta hay un déficit habitacional altísimo, recordó.
En defensa del proyecto habló José Gauffín: “Me parece de mal gusto que a estas alturas se considere esto una rosca política”, se quejó.
La impaciencia del presidente de la Cámara, Esteban Amat, se evidenció más claramente cuando terminó de hablar Jorge Restom (Todos). La donación es "un acto de justicia”, aseguró. "Espectacular", celebró Amat, e inició los aplausos.
Hubo más expresiones a favor de la iniciativa, que tras su media sanción pasó al Senado.
La cuestión de la hoja de coca
El diputado Roque Posse (Salta Tiene Futuro) trajo ayer a la Cámara Baja la cuestión de la hoja de coca, producto que es objeto de una contradicción tonta de la normativa argentina, que legalizó su consumo pero prohibe su importación y transporte, y tampoco persigue su venta.
Posse presentó un proyecto de declaración para instar a las autoridades nacionales a autorizar la importación de hojas de coca con destino al consumo local en el coqueo y la preparación de infusiones.
Para fundamentar su pedido recordó que “la masticación de hojas de coca", el coqueo, constituye "una práctica ancestral arraigada en la provincia de Salta”, particularmente en los pueblos andinos.
Recordó que en 1976 se importó el último cupo de 10 mil kilos de hojas de coca para las zonas donde se usa. Y en 1978 por decreto de la dictadura se prohibió en todo el país la importación de hojas de coca en todo el país, para el coqueo o infusiones.
Por otro lado, la ley 23.737, que pena el narcotráfico, establece que la tenencia de hojas de coca para el consumo en coqueo e infusiones no constituye delito. “Sin embargo, en la práctica se generan dificultades par su acceso debido a la restricciones para su importación", eso provoca un sinfín de inconvenientes, incluido el hecho de que se consumen hojas sin ningún control sanitario.
En cambio, la autorización de importación y comercialización, habilitaría a establecer cupos y mecanismos de trazabilidad asegurando que la importanción esté exclusivamente destinada al consumo cultural y tradicional, sostuvo.
Asimismo, el legislador recordó que "la hoja de coca no es cocaína". En su estado natural posee alcaloides en cantidades muy bajas, no genera efectos nocivos ni adicciones.
"Esta declaración busca armonizar la legislación nacional con la realidad cultural que vivimos en el norte argentino promoviendo el acceso seguro regulado y legítimo a la hora de hoja de coca para su uso tradicional, asegurando los controles sanitarios" y evitando la criminalización, afirmó.
Son muchos los mitos en torno a la hoja de coca, añadió Avelino Arjona (JGSC). Masticarla ayuda a combatir la sensación de hambre, el mal de alturas, puede ayudar a aliviar dolores de cabeza, musculares, estomacales. También tiene beneficios nutricionales aportando vitaminas, es antioxidante, sumó.
Además, destacó el valor espiritual de este vegetal. “La hoja de coca es más que una planta, es un símbolo espiritual”. “Ayuda e restablecer el equilibrio físico y energético”.
David Taranto (Salta Tiente Futuro) resaltó la contradicción en la ley 23.737, que persigue el transporte y el cultivo, pero "cuando la hoja de coca llega al kiosco deja de estar perseguida", con el agravante de que se gastan recursos en esta persecución.
José Gauffín, que citó al médico Lucio Cornejo y su obra "Las hojas de coca, 8 mil años de controversia”, subrayó: el coqueo ed "una actividad que todos conocemos perfectamente" y "sería de un cinismo enorme negarla”.
La sesión de ayer fue extensa. A la discusión por la donación a La Loma, se sumó un debate por un proyecto para pedir a los legisladores nacionales por Salta que rechacen el veto presidencial a las leyes de aumento a las jubilaciones, moratoria previsional y declaración de emergencia en la discapacidad.