“la sensación de pertenecer al círculo humano, como dicen los nativos americanos, no debería ser visto como un privilegio para unos pocos. Idealmente es un derecho no ganado. En la actualidad, como solo unos pocos lo tienen, es una ventaja no ganada para ellos” Peggy McInstosh.

El reconocimiento del privilegio blanco: ¿Qué hacer para disminuirlo o terminarlo?

Peggy McIntosh en 1988 escribió el ensayo Privilegio blanco: desempacando la mochila invisible, en el cual reflexionó sobre sus experiencias diarias como mujer blanca en una sociedad racializada, que le concedía un lugar de privilegio racial, un privilegio blanco. Por lo que, comprendió que si el racismo colocaba a las personas racializadas en un lugar de desventaja automáticamente daba un lugar de ventaja a quienes eran considerados blancos. Así, su reflexión la llevo a verse a sí misma como opresora, pero ejerciendo una presión inconsciente, casi imperceptible que se diluía sutilmente en su realidad cotidiana, la cual ella consideraba moralmente neutral, normativa e ideal.

Para Peggy McIntosh, una mujer blanca feminista, descubrir esta alarmante verdad le llevó a pensar que su blancura era su "protección de muchos tiempos de hostilidad, angustia y violencia, que le estaban entrenado sutilmente para visitar, a su vez a las personas de color”, quienes no contaban con que su negrura les protegiera de los ataques vehementes generados por el sistema racial, producto de una sociedad esclavista en la que "la simple posesión de la libertad personal era un valioso privilegio” [1]

Innumerables son los privilegios de las personas blancas dentro sistema racista, que les ha conferido la posibilidad de ejercer en mayor o menor medida un domino racial, inconsciente, sobre los otros racializados, en un “sistema invisible”, a través del cual, se ejerce una presión inconsciente que se materializa en efectos concretos que mantienen beneficios ligados a la blancura de sus individuos y sociedades. Así, el hacer conciencia de la existencia de estos privilegios dados socialmente dentro de un sistema racista, apunta a contradecir nuestra noción de justicia: ¿Es este un mundo Justo?, ¿Acaso lo que tengo no es producto del mérito adjudicado a mi esfuerzo?, esta contradicción puede exterminar nuestra creencia en un mundo equitativo.

Lo anterior no presupone que todos las personas blancas son racistas per se, pero "todas las personas blancas, intencional o no intencionalmente, se benefician del racismo”[2] recuerden el privilegio blanco funciona como un sistema racista invisible, que se camufla dentro de la cotidianidad naturalizando acciones altamente racistas y violentadoras. Por lo que, son los silencios y las negaciones lo que alimentan política y socialmente al privilegio blanco. Veamos cuatro de los efectos de este privilegio blanco enumerados por Peggy McIntosh, los cuales se dan entornos académicos, profesionales o laborales.

  1. Estoy bastante seguro de que mi voz se escuchará en un grupo en el que soy el único miembro de mi raza.
  2. Puedo ser casual sobre si escuchar o no la voz de otra persona en un grupo en el que él/ella es el único miembro de su raza.
  3. Puedo estar bastante seguro de que, si puedo hablar con la «persona a cargo», me enfrentaré a una persona de mi raza.
  4. Puedo estar bastante seguro de que una discusión con un colega de otra raza tiene más probabilidades de poner en peligroso sus posibilidades de avanzar que poner en peligro las mías.

Seguramente te has sentido identificado con más de una de estas premisas, Peggy pudo reconocer desde su reflexión como portadora activa del privilegio 50 efectos[3] que le ponían en ventaja de las personas afrodescendientes e indígenas de Estados Unidos, seguramente en nuestra realidad latinoamericana podríamos incluir unos cuantos más, en tanto las políticas de blanqueamiento promovidas en la consolidación de las repúblicas, los discursos higeinicistas y la construcción de la idea de mestizaje han apuntado a borrar, negar y deslegitimar la realidad de las personas racializadas, bajo la bandera de la supuesta "mezcla de razas”, lo cual no es más que una manera de “blanquear el presente” para perpetuar la conservación de los privilegios gracias a la Blancura.

El resquebrajamiento del privilegio blanco debe darse desde la toma de conciencia de los sujetos que lo detentan, en tanto esto les implicará renunciar a su poder desvelando los silencios y negaciones que alimentan el privilegio blanco, nutriendo el sistema racista colonial. La pregunta sería ¿Qué están haciendo las personas blancas como individuos para interrumpir este el racismo, con el fin de terminar o disminuir su privilegio blanco?

[1] Reflexión extraida del libro "Los Jacobinos negros", C. L. R James, p. 27

[2] Extraído del Libro "Why are all the black kids sitting toguether in the cafetería”,  Berbely Daniel, profesora en psicología y educación afroestadounidense, p. 11.

[3] Ver ensayo de Peggy McIntosh

* Licenciada en Lengua Castellana y Humanidades de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Integrante de la Colectiva Matamba Acción Afrodiaspórica, Colombia.

Publicado originalmente en www.diaspora.com.co