Los resultados fueron tan espectaculares que se instaló el lenguaje futbolero. Veníamos de un siete a cero en el Senado y en Diputados se impuso otro doce a cero. En dos fechas seguidas, dos goleadas. Fue demasiado. El “nido de ratas” propalado por Milei en su “batalla cultural” contra el Congreso como expresión de la diversidad democrática, le asestó un golpe tipo “uno-dos” del boxeo, que lo dejó