“Todo en la vida trata sobre el amor y la conexión con la gente”, dice Thundercat al otro lado del zoom. “Lo que pase fuera de ese contexto no es mío, es una consecuencia del medio ambiente”. Este domingo, a partir de las 20 hs, en la sala C Art Media (Av Corrientes 6271), el bajista, cantante y compositor estadounidense volverá a subirse a un escenario porteño, a siete años de su único paso. Viene con la intención de reconectar con el público local y revisitar un repertorio caracterizado por llevar al universo de la música negra hasta sus lugares más oníricos y experimentales. No publica material desde la salida del álbum It Is What It Is (2020), que tocará por primera vez acá. Aunque en esta serie de shows está poniendo a prueba algunas de las canciones de su inminente quinto larga duración.
“Me gusta la idea de mantener las cosas frescas y nuevas, desde los arreglos hasta las canciones”, revela Stephen Lee Bruner, el nombre detrás del álter ego, quien armó una identidad estética a partir de la locura futurista del músico George Clinton o de la cosmovisión de los videojuegos. Sin embargo, al pedirle que ahonde en el disco que prepara, uno de los mayores alquimistas del groove, cuyo padre supo acompañar en la batería a íconos del soul y el R&B del calibre de Diana Ross y Temptations, prefiere no hacerlo. Sólo se limita a referirse a lo que les da sustancia a sus composiciones. “Lo que me inspira a crear música son cosas tan simples como caminar. Canto sobre esa imagen, al igual que acerca de la idea de la vida y la muerte. Ese siempre ha sido el tono de cómo la música me acompaña”.
-Pero la gente cambia, ¿no? ¿Qué estuviste haciendo en estos últimos cinco años en los que no sacaste música nueva propia?
-Creo que toda mi vida ha dado un giro en diferentes aspectos. Soy una persona diferente a la de hace cinco años, sin duda. Sigo trabajando en mí mismo cada día. También sigo componiendo, creando con amigos y buscando inspiración. No sé, es como si fuera una persona diferente en su totalidad. Ahora tengo un proceso muy diferente, incluso para crear música.
-Si alguien que no te conociera quisiera suponer lo que te pasa por tu cabeza, el video del single "Walkin’" sería una justa vitrina de tu imaginería. ¿Estás de acuerdo?
-Sí, estoy de acuerdo. Pero en parte. La vida cambia y se transforma de diferentes maneras. Cuando vuelvo a ver ese video, me siento muy conectado con todo y con todos los que están allí. Estoy transitando un momento tan hermoso en mi vida que no sé qué decirte. Lo único que me interesa es seguir buscando momentos más hermosos en la vida, es todo lo que deseo en esta época.
-El baterista Louis Cole, con quien podrías armar la mejor base rítmica del planeta, también hizo de la “actitud mutante” ante el mundo una marca registrada. En tu último disco, le dedicaste una canción en cuyo título le declaras tu amor. ¿Por qué lo hiciste?
-Creo que la vida está llena de momentos dorados con la gente, y nunca sabés cómo se van a traducir. No siempre se traduce en trabajo y no siempre se traduce en algo a lo que le tengas que sacar provecho. La música es la banda sonora de nuestras vidas. Cuando conocí a Louis Cole (en 2019 actuó por única vez en Buenos Aires), sentí que era uno de esos momentos que se representan así. La realidad es que él y yo somos muy buenos amigos, y eso no tuvo que ver con el hecho musical. Sucedió antes. Louis es una de las personas más sólidas que conozco, es muy honesto y siempre lleva el corazón en la mano. Es un tipo genuino.
Kenny Loggins y Michael McDonald compusieron uno de los clásicos del soul blanco, “What a Fool Believes”, interpretada en 1978 por The Doobie Brothers, al tiempo que llevaron adelante sus carreras solistas (Loogins compuso el hitazo “Footloose”, del homónimo film). No obstante, son ignotos para la nueva generación de músicos, por lo que Thundercat tuvo el gesto de invitarlos a cantar en su disco Drunk (2017). “Aprendí mucho de ellos como compositores, no sólo por disfrutar de sus hits, sino también por los mensajes que transmitían”, justifica el artista de 40 años. “Gracias a la música aprendí la importancia de ser honesto, y ellos lo son. A la gente le encanta burlarse de ciertas cosas, porque con el tiempo la sensibilidad cambió. Y eso lo notás en el pop. Pero la realidad es que ellos representan algo aún más grande”.
-¿Cómo qué?
-Pensaba en la importancia de la vulnerabilidad en la música, y Kenny Loggins, como mínimo, es uno de los compositores más importantes de todos los tiempos, al igual que Michael. Luego de escucharlos no sólo a ellos, sino también a artistas como Gino Vanelli, te das cuenta de que lo que hicieron valió la pena. Personalmente, no sabía qué esperar. No sabía si se convertiría en algo, pero sucedió. Es mi forma de agradecerles lo que me han brindado como compositor y músico. Era importante para mí expresarles esto y, al mismo tiempo, estoy muy agradecido por la parte en la que pudimos trabajar juntos.
-De entre el montón de artistas con los que colaboraste, se destaca tu participación en el disco To Pimp a Butterfly, de Kendrick Lamar. Es una de las obras maestras del hip hop moderno, lo que cobra más relevancia ahora que se cumplen 10 años de su salida. ¿Qué te acordás de esa grabación?
-Me quedaba despierto durante días trabajando, fue un momento muy poderoso del que no creo haber sido consciente. Simplemente me gustaban los giros que daba ese material, así que disfrutaba tener tareas. Disfruté tener que crear con esto en el océano, ¿sabes?
-Dos años después de la salida de ese disco, Donald Trump fue elegido presidente de los Estados Unidos. ¿Cómo es la vida en tu país con esta versión más radical suya?
-Es tan raro como parece. Las cosas son simplemente raras. Creo que la avaricia, la corrupción y el poder blanco lo arruinan todo. Esto siempre será así. Y siento que no somos los primeros humanos en experimentar esto, así que es como si supieras que son historias interminables.
-¿Qué opinás del impacto del groove en esta época?
-Lo importante es ser original. La música siempre tendrá su propio estilo, y nosotros debemos encontrarlo. El groove es muy importante para la música, sea cual fuese el caso. Pero siento que las cosas, al estar tan separadas, si las convertimos en un sólo aspecto es complicado porque el groove es muy relativo. Es una palabra que describe una sensación o sentimiento. La cuestión es que si se siente bien, o incluso si se siente mal, es como que la sensación sigue siendo sensación. Y la sensación de la música se basa en el mensaje que intentás transmitir con el sonido.
-Este año se celebra el 40 aniversario de la serie que inspiró tu nombre artístico. ¿Cuál es tu Thundercat favorito?
-No sé. Tigro era muy sabio. También me encantan Jaga y Grune El Destructor. Me encantan todos los Thundercats, pero creo que éstos son mis favoritos. Lo que me pasa con Lion-O es como que lo hicieron muy lento, si te ponés a pensarlo. Siempre se metía en problemas, y todos tenían que venir a salvarlo. Si te fijás, él era un gato naranja.