El segundo encuentro del ciclo La mujer y lo femenino organizado por la biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona y el Institut Français con el título “Mujer, maternidad, amor y estrago” se realizó el pasado 2 de junio. En esta ocasión, contamos con la participación de Neus Carbonell, psicoanalista y escritora y Miriam Cano, poetisa y escritora, además de la moderación de Eisabeth Escayola, también escritora y psicoanalista.

Es relevante destacar la escritura en todas las ponentes, tanto desde el psicoanálisis como desde la literatura, con títulos como Desafíos del deseo en las mujeres. Lacan a la letra de Neus Carbonell, Cremen Cels de Miriam Cano o Palabra quieta de Elisabeth Escayola, entre otros.

La conversación se inició como propuesta de diálogo entre el psicoanálisis y la literatura, pretendiendo converger, divergir y generar cierta metamorfosis en torno a los significantes que rodean no tanto aquello femenino, sino a las mujeres, tales como “mujer, maternidad, amor y estrago”.

El concepto de amor permitió hablar de la violencia y la agresividad; Cano expresaba que la violencia la entendemos como la violencia física, mientras que la agresividad a menudo se encuentra muy ligada al amor. Ligada a él como una parte que le es propia, como aquella “pulsión agresiva del amor”, expresaba. También se refirieron a la violencia como algo indisoluble del ser hablante; parafraseando a Paolo Passolini, dijeron: “La violencia viene dada por el hecho de que somos seres hablantes”.

Dada la inmersión de las ponentes en la literatura y su producción mediante la escritura, realizaron un breve recorrido literario sobre cómo se representa el amor en las novelas. En concreto en los relatos, de los cuáles diferenciaron el social y el singular (más cercano a la subjetividad de los individuos en un proceso psicoanalítico).

Esto permitió hablar de ese amor cercano a la agresividad, por ejemplo, en las obras de Carson McCullers cuando “el acercamiento al amor es desde la agresividad porque el mismo contexto es agresivo”. Diferenciándolo de cuando el acercamiento al Otro es violento por la fuerza de la misma demanda que puede generar rechazo o insatisfacción. “La agresividad aparece ante la insatisfacción de la demanda que le hacemos al Otro”, plantearon.

El amor de transferencia

Se destacó la importancia del amor en psicoanálisis, del amor de transferencia, de la demanda de amor que los analizantes otorgan al analista, a quien le suponen un saber. “Es justamente ese amor de transferencia el que permite el amor al inconsciente” señaló Carbonell. Lacan en el seminario 20 expresa: “A aquel a quien le supongo el saber, lo amo”.

Esa idea del amor ligado a la fuerza pasional y por ende, pulsional de la agresividad y su tono mortificador, se pudo pensar desde las Tragedias Griegas. Pues previamente al odio y la tragedia, siempre antecedía una historia de amor. 

El amor supone enfrentarse a la incompletud, a aquello que siempre escapa, que apunta a un vacío, a la carencia de significante del Otro que representamos S(Ⱥ), tal como expresó Escayola.

Se diferenció el amor movido por la pulsión de muerte y el amor movido por el deseo. Pues hay una parte del amor, de la demanda desmedida de este, a menudo de la posición femenina, que es demanda de ser, demanda de consistencia hacia la propia existencia y puede tender hasta el infinito. 

Es en ese embrollo donde el Otro no tiene la respuesta para completar dicha demanda, ni quizás tampoco convenga que la tenga. Sino que se trata de lo que cada una puede, una por una, inventar para hacerse cargo de ese propio vacío, de ese agujero que la deviene incompleta y a su vez no-toda.

*Fragmentos escogidos de la reseña publicada en el Blog de la Elp. Participante del Seminario del Campo Freudiano y de la Sede de Barcelona de la Comunidad de Cataluña de la ELP.