Para Ale Schuster, la palabra instantáneo tiene que ver con mirar hacia adelante y encontrar el por qué de la existencia en tiempo presente. No tiene que ver con lo volátil o efímero, sino más bien con la intensidad del momento. Por eso, Instantáneo (2025) se titula el quinto disco de Viva Elástico, un conjunto de nueve canciones que actualizan y expanden el sonido del grupo. "Cuando se terminó el álbum ya habíamos encontrado algo nuevo y ya nada iba a ser lo mismo. Se dio un proceso que fue muy enriquecedor para todos, pero sobre todo para nosotros como banda. Estamos muy agradecidos y concentrados en lo que obtuvimos del proceso. Ahora disfrutando el resultado de todo eso para materializarlo en esta Noche Instantánea", resalta Schuster antes de la presentación de este sábado 23/8 a las 20 en el Niceto Club.
"La Noche Instantánea es un concepto, y este disco viene para quedarse en el esquema de la estética de la banda; además genera que las canciones sean automáticamente afianzadas, porque lo que sucedió es que Instantáneo se metió entre nuestras canciones más escuchadas en las plataformas digitales", explica el cantante y compositor del grupo. Con producción artística de Gustavo Iglesias, el disco surfea por las olas del rock argentino, pero también conecta con el pop, la música urbana y con referencias internacionales casi siempre presentes, como Radiohead, Pulp o The Cure.
Dice Schuster: "El productor nos ayudó, como él dijo, a encontrarnos con nosotros, y la verdad es que se logró. Estamos realmente contentos. No queremos cambiar nada de este álbum porque entendemos que las cosas son lo que son. Es muy enriquecedor aceptar que en el arte las cosas suceden una sola vez, y que a partir de eso se da la particularidad, el milagro del arte. Ya no necesitamos cambiar nada y lo bueno es que se da en el tiempo exacto, en una sincronía perfecta de nuestras vidas". O como canta en Río: "Ahora que no pretendemos ser geniales/ disfrutamos mucho más".
- ¿Qué asuntos te inspiraron o preocuparon para escribir este disco?
- En este disco no me preocupo sino que me ocupo, porque lo instantáneo es el "efecto de verdad", que es del que habla Lacan. No habla de Lacan el disco, pero sí hace referencia a ese efecto de verdad, que es un proceso que no incentiva al diálogo inmediatamente. Es como si fuera el milagro en el que comprendés algo que no tiene explicación con palabras, porque sucede en una sincronía entre la mente y el corazón. No terminás de entender bien por qué, pero es una sensación que te lo dicta. Se parece mucho más a la intuición. De eso habla el disco constantemente: cómo puede abarcarse esa sensación instantánea, cuánto dura, dónde se aloja, de dónde viene.
- ¿Y cómo funcionan en eso las distintas canciones?
- El disco va atravesando diferentes procesos estéticos que son mundos de los personajes que van hablando en cada una de las canciones, son como pequeñas situaciones de ese efecto de verdad que es instantáneo. Después viene todo el proceso del pensamiento, las palabras.
- Y en esa búsqueda instantánea, ¿el disco puede alumbrar este presente?
- La luz se hace de la oscuridad. Luz y oscuridad hacen una y otra, como el Yin y Yang. Las cosas no son luminosas. Para mí la luminosidad no es un gran atributo en sí, es simplemente un esquema, es una parte de la totalidad; entonces la luz y la sombra trabajan juntas para develar una verdad. Hoy se atribuye algo hermoso a la luminosidad, pero lo cierto es que para ser luz tenés que ser la oscuridad. Son dos cosas a la vez. Entonces, el disco no va a traer luminosidad, simplemente se manifiesta con su verdad, con la realidad que teje en su imaginario, en tiempo y forma.
- Aunque vivís en CABA, sos de Lonchamps, ¿qué hay de la identidad y la idiosincrasia del conurbano en Viva Elástico?
- El mundo cambió mucho desde que empezamos. Estar en el Conurbano bonaerense implicaba ya por default el esfuerzo de acceder a Capital en un transporte público si no tenías auto, como en mi caso, y de atravesar un montón de anécdotas para llegar a donde querías estar, que en general eran shows o boliches. Las cosas no suceden de manera urgente, tenés que atravesar un esfuerzo, que es el viaje de ida y de vuelta. Entonces te vas volcando por lo que realmente querés, hacés el esfuerzo porque vas por lo que deseás. En Capital sucedían un montón de cosas que por ahí en el sur no, y viceversa. Yo hace siete años vivo en Capital Federal. A veces extraño los árboles a la mañana, extraño que no haya ruido a pastilla de colectivo quemada. Sin embargo, cuando voy al sur, de repente observo qué linda que es Capital. Así es todo. La anécdota de las cosas es lo lindo. Hay que tomarlo a beneficio para poder crear y que el presente sea divertido.
- Formaron parte de una camada que refrescó la escena rockera post Cromañón. Ahora apareció una nueva generación de bandas de rock. ¿Estás atento a lo que está pasando en la escena?
- Estoy atento a todo lo que está pasando porque me gusta observar la actualidad del mundo. Así como en modo global me gusta la geopolítica también, me gusta el análisis; entonces observo la música a nivel mundial también desde la geopolítica y la sociología. Los géneros son fluctuantes en su poder respecto al mundo. Tienen momentos de auge y de "no auge". No le quiero decir caída, porque los géneros en general tienen resistencia. Se puede decir que el rock está en un momento en el que vuelve a intentarlo y, como todo proceso en el que vuelve a intentarse algo, atraviesa un momento de mucha energía. Porque para intentar algo vas con el énfasis de la esperanza y la frescura de eso que estás haciendo. En definitiva, el rock no tiene nada que lograr, porque no hay nada que lograr. Siempre va a estar ahí el rock; las artes siempre van a estar ahí para decir algo, para fantasear una posible realidad. Y no se necesita más que eso. El otro día escuché una frase muy importante en un programa, en el que dos pensadores hablaban y uno dijo: "El amor no fracasa, fracasan sus instituciones". Me pareció increíble. Si se observa la analogía, ahí está la respuesta.