Tres hechos de robo consecutivos fueron cometidos durante el fin de semana, incluidos destrozos, y obligaron a suspender las clases en la escuela Constancio C. Vigil, de Ayacucho al 2700, que ya fue blanco de situaciones similares, en febrero pasado, cuando también padecieron una seguidilla en pocos días. En total, son 567 los alumnos que asisten cada día a la institución y que se quedaron sin actividades.

Entre el viernes y el domingo pasado, por la noche, la escuela fue atacada por personas que rompieron rejas, vandalizaron conexiones eléctricas y se llevaron incluso reflectores, ventiladores y material destinado a cuestiones didácticas. “Necesitamos que nos cuiden, y ahora fondos para lo roto y lo robado”, reclamaron las docentes.

Ante lo ocurrido, el lunes fueron suspendidas las clases en ambos turnos. “Sin clases hasta que podamos resolver esta situación", dijo una de las docentes, y detalló que las personas que ingresaron, lo hicieron por las salones de 4º y 5º grado tras barretear la puerta, y se llevaron dos ventiladores, reflectores y el bate de baseball de la profesora de Educación Física que lo había prestado a la institución para las clases con los chicos.

Son hechos que ya se habían cometido en febrero, también con destrozos y robos. Todavía hay cuestiones que se están investigando. "Estamos muy tristes porque es una escuela con mucha historia, y que sea así vandalizada", lamentaron. Además indicaron que personal del Ministerio estuvo "brindando apoyo".

Las docentes indicaron que, además, lo robado en esta oportunidad es material que había sido repuesto tras los robos de febrero pasado, como la instalación eléctrica. 

Por esos días, la comunidad educativa organizó un abrazo solidario con la consigna "robar a la escuela es robar el futuro". Es que cuando faltaba una semana para el inicio del ciclo lectivo 2025, la escuela fue blanco de un quinto hecho de robo consecutivo, cometido en poco más de diez días. Ese nuevo suceso fue detectado cuando el personal ingresó y se encontró con que faltaban reflectores y cableado eléctrico, por lo que quedaron sin luz y sin agua. 

“Nos encontramos con que habían entrado de nuevo. Robaron en la galería norte el extendido de cables. Es preocupante. No tenemos luz, ni agua”, dijeron por entonces.
Y agregaron: “Entran por atrás, donde no hay casas linderas. Necesitamos seguridad dentro del establecimiento. El que está viniendo sabe dónde ir. Viene un día y se lleva un poquito, al otro día, otro poquito", sostuvieron sobre el malestar generado en la previa del inicio de las clases.