En un panorama cinematográfico en constante evolución, The Walt Disney Company, un gigante del entretenimiento con décadas de dominio en la industria, enfrenta uno de sus desafíos más significativos: reconquistar al público juvenil tras los recientes fracasos de taquilla de franquicias populares como Marvel y Star Wars.

Los fracasos acumulados han obligado a Disney a reconsiderar su estrategia, llevando a la compañía a apostar por nuevas propiedades intelectuales originales que conecten con la Generación Z, un grupo demográfico nacido entre 1997 y 2012 que representa un mercado en expansión.

Para liderar esta transformación, David Greenbaum asumió el mando de la división de acción real de Disney en 2024. Con instrucciones claras y el respaldo del CEO Bob Iger, su objetivo es integrar películas que atraigan a jóvenes de entre 13 y 28 años. La contratación de Daria Cercek, anteriormente ejecutiva de Paramount, señala un giro hacia propuestas más frescas y dinámicas.

Punto de ruptura y aprendizajes clave

El reciente desempeño decepcionante de títulos como Indiana Jones 2023, que no cumplió con las expectativas de taquilla, ha sido un parteaguas. La película recaudó 383 millones de dólares a nivel mundial, con un presupuesto de 300 millones antes de marketing, lo que evidenció las limitaciones de depender exclusivamente de propiedades intelectuales consolidadas.

Está claro que, aunque los millennials mantienen su apego por clásicos revisitados como Lilo & Stitch, el público joven de la Generación Z se inclina hacia otras propuestas, como A Minecraft Movie.

El desafío parece radicar en satisfacer las expectativas de una audiencia que creció en un mundo digital y globalizado, y que busca constantemente experiencias innovadoras que vayan más allá de lo convencional.

La voz de la Generación Z

Estudios de la industria sugieren que la Generación Z tiene un perfil distintivo: es un grupo mucho más propenso al consumo de videojuegos y se inclina hacia narrativas interactivas en lugar de las tradicionales. Esta tendencia aumenta la presión sobre Disney para ofrecer contenido relevante y dinámico.

Bob Iger señaló que la prioridad es estrenar "grandes películas", ya sean originales o basadas en propiedades intelectuales existentes. Para lograrlo, la compañía ha ampliado su alcance al invertir en plataformas clave como Fortnite, buscando alianzas tecnológicas que complementen y fortalezcan sus propuestas cinematográficas.

Más allá de las películas: una estrategia integral

La trayectoria de Disney no se centra únicamente en responder a una necesidad inmediata de adecuación cinematográfica, sino también en recalibrar su posición como una potencia de entretenimiento multifacética a largo plazo.

Con una inversión estratégica de 1.5 mil millones de dólares en Fortnite, Disney busca potenciar una integración más orgánica entre el cine, los videojuegos y las tendencias digitales, aunque esta inversión no se traduzca directamente en derechos cinematográficos.

En la encrucijada de su evolución, Disney continúa ajustando su modelo para capturar una mayor cuota del mercado juvenil, que actualmente está a la par con Sony y Paramount, pero aún por detrás de Warner Bros.

Con el paso del tiempo, el espectro de posibles éxitos o fracasos se vislumbra amplio, y las decisiones tomadas ahora marcarán el rumbo del gigante del entretenimiento frente a audiencias cada vez más exigentes y diversificadas.

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