“Yo creo que la actuación y el periodismo tienen varios puntos en común, y si no los tienen, los encuentro”, dice entre risas Melina Peresson, actriz y periodista platense, al reflexionar sobre el proceso de creación de “Lobo, pieza perdida”, el unipersonal que estrenará en Fundación Cazadores el próximo sábado 6 de septiembre a las 21.30hs.

Es una de las primeras mañanas soleadas en la ciudad de las diagonales tras varios días de lluvia. Melina acompaña el incipiente clima primaveral con unos aritos de vidrio en forma de cereza. Está relajada: el sol entra por la ventana y llena su casa de luz. Esa mezcla de distensión, simpatía y audacia que proyecta ni bien empieza a hablar la acompañará en todas sus respuestas durante la entrevista. Peresson es licenciada en Periodismo y Comunicación Social por la UNLP, pero antes que la comunicación llegó el teatro: a los quince empezó a estudiar actuación en el Coliseo Podestá (el teatro municipal) y desde entonces no dejó de formarse con distintos maestros. “Siempre traté de unir las dos profesiones. No siempre pude, pero sigo buscando cómo”, cuenta, y recuerda que su tesis de licenciatura fue la creación de una revista de teatro.

Al pensar el oficio de periodista en vínculo con el quehacer teatral, Peresson encuentra un punto de unión entre las disciplinas a través de la escritura: “Lobo, pieza perdida” es su primera obra como dramaturga, y también su primer unipersonal. “La escritura funciona como punto de relación porque en la carrera aprendí a escribir tanto no ficción como ficción, y la obra también trabaja con esa mezcla”, dice al reflexionar sobre la naturaleza híbrida del material, que retoma algunos temas de su vida personal para, en palabras de su autora, “llenarlos de fantasía”. A fines de 2023, (“un contexto muy complicado para el país”, dice mientras arquea las cejas), se comunicó con Lisandro Rodríguez, director, autor y actor, porque le había encantado su trabajo de dirección en “La mujer puerca” (el unipersonal protagonizado por Valeria Lois), y ella, como actriz, también tenía “la fantasía de hacer un unipersonal”. En esos primeros encuentros con el director, él le preguntó qué temática quería trabajar. “Yo buscaba cosas muy lejanas, y él me dijo ‘Meli, ponete a escribir. ¿No estudiaste periodismo? Dejá de buscar materiales por fuera y trabajá con un mundo cercano a vos’”, recuerda la actriz. Así fue como la dramaturgia empezó a inspirarse en la propia experiencia de Peresson, y a seguir las huellas de una mujer que, en una caminata solitaria por la playa, se encuentra con un lobo marino bebé; situación que la lleva a reflexionar sobre su infancia, la sexualidad, la maternidad, el duelo y la muerte.

“Primero apareció el texto, y después apareció la obra. Bueno, en realidad la obra sigue apareciendo”, desliza al reflexionar sobre el camino que recorre un texto al salir del papel y pasar al escenario. El material que Peresson trabajó con Rodríguez ganó el concurso del “Festival Monoblock”, (una “puesta en valor del monólogo”, en palabras de la organización), fue editado por “Libros Drama” (la editorial del dramaturgo Ariel Farace), y llevado por primerísima vez a escena en una lectura performática en el marco del festival, en el Teatro Abasto Social Club. Esto implicó que Peresson ya hubiese “pasado el texto por el cuerpo” antes de comenzar a ensayar oficialmente. “Al tomar la dramaturgia para montar la obra nos dimos cuenta de que tenía algunas partes muy literarias o poéticas que dificultaban un poco el decir del personaje en escena, entonces hicimos un trabajo de adaptación”, explica la actriz sobre el trabajo que inició junto a Federico Aimetta, encargado de dirigir la pieza. Al ser ella quien escribió el material, Peresson explica que lo tenía “muy fresco” para poder actuarlo, algo que cree más dificultoso con textos ajenos. “Fede me ayudó a laburar mucho en las transformaciones afectivas del personaje. Buscamos todo el tiempo matices en el decir y en el accionar de esta mujer, y nos interesó poner el ojo en la contradicción: que si en el texto dice algo ‘triste’, no necesariamente la actuación lo sea”, explica la actriz. Además, hubo un trabajo para que el personaje pudiera enfrentarse al público, contarle algo. “Esto en la dramaturgia no sucedía”, señala.

Junto a Aimetta ensayaron esta versión “más teatral” (en relación a los primeros pasos del material como lectura performática) durante cuatro meses, subiendo la frecuencia semanal de los encuentros para trabajar el material después de ganar la convocatoria “Lado B”. “Lado B” es un ciclo producido por Fundación Cazadores, destinado a programar obras de carácter escénico e interdisciplinario en donde haya un interés en la convivencia de lenguajes. “Siempre pensé la obra con acompañamiento sonoro y visual. Sentía que el relato, que transita entre lo acuático y lo terrenal, tiene mucho de esos lenguajes, entonces se sumó Luciano Kulikov, que es compositor musical y para la obra creó todo un trabajo de sonido y visuales que enriquece y arma un montón el mundo”, explica Peresson. Kulikov es marplatense, por lo que muchas de las imágenes que se proyectan durante la función son fotografías tomadas de la arena y el mar de su ciudad natal. “A esas imágenes les dio filtros, tonos. Hizo un laburo muy bello, que acompaña y dialoga muy bien con la obra; es un trabajo muy delicado, porque no hay preponderancia de imagen o sonido sobre la actuación, sino que todo el tiempo dialogan”, reflexiona la actriz.

La acción transcurre en una playa argentina. En escena, una barrera de cinta con la palabra “peligro” rodea a un lobito marino encallado en la costa. “La historia del lobito es real, me pasó caminando por la playa: había toda una cinta que decía ‘peligro’, y eso me dejó pensando…”, cuenta la actriz, y deja flotando algunas preguntas: ¿cuál es el verdadero peligro? ¿El lobo para la gente o la gente para el lobo?

“Pensar en el peligro, en el adentro y el afuera, nos sirvió conceptualmente para trabajar la puesta”, explica Melina en relación con las atmósferas acuáticas, oníricas y “placentarias” que propone la obra, que también se interroga sobre la maternidad, un tema “enorme”, en palabras de Peresson. “El binomio vida-muerte, el fastidio hacia los niños o el amor hacia ellos, las ganas de escapar de toda esa vida, los deseos, los mandatos culturales hacia la mujer. La protagonista tiene una historia con el nacimiento de una hija, por lo que la maternidad y el nacimiento atraviesan profundamente la obra”, concluye la actriz, al reflexionar también sobre otro nacimiento: el de su primera pieza teatral.

“Lobo, pieza perdida” tendrá cuatro funciones los sábados de septiembre a las 21.30 hs en Fundación Cazadores (Villarroel 1440, CABA), y las entradas están disponibles por Alternativa Teatral.