El cine es un hecho colectivo, y en este contexto, filmar se ha vuelto un acto de resistencia. Los artífices del largometraje rosarino Valijero formaron un equipo, filmaron, y ya alcanzaron la etapa de posproducción. Con dirección y guion de Esteban Trivisonno, producción de Agustín del Carpio y Cooperativa Archipiélago, y un elenco integrado por Manuel Melgar, María Alché, Claudia Cantero, Juan Ignacio Cane y Nicolás Méndez, Valijero fue premiada hace días en Chile, en la 14ª edición del Work in Progress Iberoamericano del SANFIC, Santiago Festival Internacional de Cine. Fue el único título argentino de los ocho que se presentaron en esa sección. No es la única novedad sobre esta película, cuyo argumento retrata la vida de un adicto en recuperación, que deberá repartir cuatro maletas en apenas una semana, en una ciudad blanca y negra, de arterias económicas ocultas.
“Valijero surge a partir del momento horrible en el que está el cine. No podíamos quedarnos sentados, y sabíamos que teníamos recursos como para salir a hacer cine. Juntamos un montón de voluntades, de acompañamiento, de amigos, de sponsors, y salimos”, comenta Agustín del Carpio. “Es contradictorio hablar de la película diciendo que no es la manera de hacer una película; es decir, nos enorgullece que la película esté, pero entendemos que ha sido posible gracias a mucha gente, a compañeros míos de hace 18 años, con los que estudiamos cine y seguimos produciendo, entre técnicos y actores; a partir de un diseño de producción que fuera realizable en pocos días”, agrega Esteban Trivisonno; los dos, en diálogo con Rosario/12.
“Valijero surge como una inquietud de Agustín, la de narrar un poco la ciudad, de contar algo que sucediera en una Rosario que puede sonar golpeada, ominosa, que no está en una frecuencia de colores; de hecho, la película es en blanco y negro. Con Agustín nos conocemos hace mucho, transitamos por muchas propuestas disímiles, entre series y películas; y Valijero es un thriller urbano, con un personaje que tiene la necesidad de salir adelante, y a veces esto lo lleva a tomar malas decisiones”, continúa Trivisonno. “El desafío nos permitía salir otra vez a tratar de hacer una película, haciéndonos cargo, primero, de una cinematografía, y al mismo tiempo, de la ciudad; porque tenemos una ciudad que está siendo conocida por su ambiente criminal”, señala Del Carpio.
-¿Cuándo filmaron?
Trivisonno: -Este mismo año. Fueron doce jornadas, que las hicimos al taco, porque eran cinco escenas por día, y eso en cine es mucho. Pero era lo que me tocaba.
Del Carpio: -Era también la forma de demostrar la potencia productiva que tiene la región, que tiene nuestra ciudad, que tienen los técnicos y los talentos rosarinos. Fue muy fuerte en ese sentido, muy emocional, porque teníamos históricos asistentes de dirección junto a estudiantes de la Escuela de Cine. Eso generó una mística increíble.
-De todos modos, seguramente pensaron en formas de financiar el proyecto.
Del Carpio: -Sabíamos que tener el material filmado era un valor muy grande, y siempre pensamos una agenda de “work in progress”, para salir con un primer corte a recorrer diferentes áreas de industrias o áreas especializadas, vinculadas generalmente a festivales internacionales, donde poder compartir el corte y concursar por el proceso de postproducción o por selecciones de festivales.
Trivisonno: -O en distribución o preventa, en salir a buscar alianzas, que es una manera de empezar a recuperar un poco lo invertido. Hace unos días nos dieron un premio muy lindo en el SANFIC: un pase para el Festival Internacional de Málaga, que será en marzo. Y te cuento un dato de color. En la ceremonia de premiación, en nuestra sección éramos la única película argentina, y en tres oportunidades, tres personas de nacionalidades distintas hablaron de la situación del cine argentino. “Argentina, ya van a salir, esto va a pasar, no los van a derrotar”, nos decían a todos los argentinos, porque había también otros proyectos, en desarrollo de guiones. Nos hablaban directamente a nosotros y no había ninguna cuestión demagógica, sino una necesidad del cine latinoamericano, de saber que le está faltando una pieza, y que esa pieza afecta muy fino al imaginario cultural y a la huella de este periodo, que no es casualidad se la quiera borrar. Yo quedé bastante impactado. La semana que viene vamos a un mercado en Uruguay, es un primer mercado latinoamericano de películas con temáticas de LGBT y queer, porque el personaje tiene una historia de amor y de adicción con un compañero de recuperación, y el sexo funciona como un combustible directo en la historia.
Del Carpio: -Hacer cine es una industria cultural que mueve mucho fondo, genera riqueza, distribuye fuertemente. Nosotros calculamos que la película sale alrededor de 350 y 400 mil dólares; es una película chica en Argentina, y nos abre la posibilidad de que, en el caso de que salga bien, podamos conseguir fondos internacionales para hacer una próxima película acá, para que esa plata pueda circular acá.
Trivisonno: -A la espera de la reactivación del INCAA y de fondos públicos que toda la vida hemos podido concursar.
Del Carpio: -Y a la espera también de que haya avances con la Ley de Cine de Santa Fe. Esto mueve la economía, mueve familias, mueve proveedores, hay una cadena de valor gigante detrás del cine.
-¿Para cuándo tienen pensado el estreno?
Del Carpio: -La agenda ideal sería estrenar en el segundo semestre del 2026 o primer semestre del 2027.
Valijero reúne también los nombres de Santiago Dolan (Música original), Pamela Carlino (Dirección de producción), Patricio Mollar (Dirección de Fotografía), Carolina Cairo (Dirección de arte), Fernando Romero de Toma (Dirección de sonido), Francisco Pavanetto (Asistente de dirección).