Todo tripulante aéreo sabe como esconder entre sus pertenencias discos de ediciones limitadas, perfumes, cremas, monedas de oro, carteras y chirimbolos tecnológicos. Claro que contrabandear un fármaco, visto como un elixir en medio de una epidemia agresiva y desconocida, toca otras fibras. Y ahí es donde entra Las máscaras de oxígeno (no) caerán automáticamente (estreno de ayer por HBO Max). El flamante drama biográfico brasileño, inspirado en hechos reales, retrata en cinco episodios una red de contención urgente en los días que el VIH era (casi) una sentencia de muerte. Con un importante recorrido en festivales (Berlinale, Valencia, Münich, Gramado), la coproducción de Morena Filmes con HBO, reinstala un tópico y modismos entre la exuberancia visual y el dolor más íntimo, ya no como denuncia sino como registro de una época desesperada.

Su protagonista es Fernando (Johnny Massaro) quien, en un principio, está convencido de que todos añoran una existencia como la suya. Joven, hedonista, sin compromiso, pasa sus días en el aire por su labor para una aerolínea comercial. Y cuando aterriza despliega su arsenal de seducción con otros de su mismo sexo. De yapa hace algo de dinero extra como bagayero VIP. Estamos a finales de los ’80 y la “gripezinha” empieza a despertar alarmas en la colectividad homosexual de Rio de Janeiro. Sin embargo, el personaje reniega de la paranoia a su alrededor, sea en la cidade maravilhosa o Manhattan. El primer episodio le dedica gran parte de su tiempo a esa efervescencia corporal en boites de Ipanema y Copacabana. Hay, en ese retrato exuberante y luminoso, un hilo invisible que una a Las Máscaras… con Hombre con H (Esmir Filho; 2025), la biopic sobre Ney Matogrosso. Especialmente en ese traspaso de la fiesta sexual a la penumbra omnipresente del SIDA por entonces.

Una erupción cutánea, un malestar en pleno vuelo y un test positivo le darán un giro total al comisario de abordo. “Vida”, como él llama a todos sus conocidos y como lo denominan a él, será un personaje clave en el contrabando de píldoras de AZT ante la inacción gubernamental. Hay otros dos personajes que secundan su viaje turbulento: Leia (Bruna Linzmeyer) y Raul (Ícaro Silva). La azafata funciona como sostén emocional de su amigo y será clave en la operativa para la operación clandestina. El otro, un joven negro que trabaja en una discoteque que alberga pacientes, opera como la conciencia moral de Fernando. Es, en definitiva, el verdadero gestor del plan para que el retroantiviral aterrice en los sectores más carenciados.

Las máscaras…, por su cuestión temática, criaturas y enemigos gubernamentales, puede ser vista como una hermana de El club de los desahuciados (Jean-Marc Vallée; 2013) y 120 pulsaciones por minuto (Robin Campillo; 2017). Claro que aquí no hay como héroe un cowboy texano que trafica drogas, y tampoco el contexto es el de la Francia de los ’90. Como en aquellas, se visibiliza el rechazo a quienes eran portadores de la “peste rosa”, y junto a la insensibilidad social aparece la presión conservadora sobre el sistema sanitario. La causa de Fernando, en un momento, se vuelve un polvorín mediático y quien saldrá en su defensa es una bomba sexual de la “Pornochanchada”. “El medicamento llega a mujeres casadas, sargentos, niños. Decir que solo le da a los maricas es muy conveniente para la familia brasileña, ¿cierto?”, se escucha decir por allí. “La serie representa ese período en el que Brasil estaba respirando un aire de libertad, saliendo de la dictadura de décadas, estaba comenzando un movimiento de vida y de repente llega la epidemia de VIH. La respuesta de estos personajes fue armar una red solidaria para salvar vidas”, explicó su director Marcelo Gomes.

­­Programados

* Yetas del mundo, uníos. Los Mufas: suerte para la desgracia tendrá su estreno el próximo 12 de septiembre por Disney+. Detrás de esta comedia negra, dirigida por Gabriel Medina, aparece el nombre de Sebastián Borensztein (quien hace dos décadas escribió y dirigió La suerte está echada). Con ese antecedente, la realización de Kapow seguirá a un periodista especializado en el tema, un portador de mala suerte y hasta instituto donde van a parar los piedras de toda índole. Daniel Hendler, Diego Cremonesi, Carla Quevedo, Osmar Núñez y Pilar Gamboa encabezan la entrega que consta de ocho episodios.

*Hoy a las 23 hs., Sony Channel estrena la séptima y última temporada de The Good Doctor, la novela hospitalaria sobre el joven cirujano con “síndrome del sabio”, encarnado por Freddie Highmore. En esta última entrega, Shaun Murphy y Lea (Paige Spara) dan sus primeros pasos como padres de Steve. Entre rutinas que ajustar y noches sin dormir, la pareja descubre las tensiones y alegrías de la paternidad. Eso y un montón de casos que pondrán a prueba su temple y la capacidad para hacer llorar a la audiencia.

* Primero fue Jeffrey Dahmer. Luego vinieron los hermanos Menéndez. La tercera temporada de Monster (3 de octubre por Netflix) se centrará en Ed Gein. El asesino serial y saqueador de tumbas que sirvió de inspiración para Psicosis, La masacre de Texas y El silencio de los inocentes. Charlie Hunnam le dará vida al granjero de Wisconsin que sigue atormentando hasta el día de hoy. “Gein no solo influyó en un género: se convirtió en el modelo del terror moderno”, dicen los responsables de esta saga. Detrás del proyecto de ocho episodios aparece la firma de Ryan Murphy e Ian Brennan.

El personaje

Jess de Little Disasters (Diane Kruger). Una madre angelical lleva a su beba al hospital con una herida en la cabeza que no puede explicar. ¿Quién llama a los servicios sociales? Una médica que resulta ser una amiga de la puérpera en el centro de una investigación policial. Desde hoy se puede decidir sobre su suerte por Flow.