Manu Fanego es actor, músico y performer. Transitó su formación con referentes de la talla de Guillermo Angelelli, Pompeyo Audivert y Susana Pampín, estudió piano y canto (también toca bajo y acordeón) y es conocido por ser uno de los fundadores de Bla Bla & Cía en 2010, con quienes protagoniza el éxito teatral Modelo Vivo Muerto que puede verse en el Metropolitan y que ahora está de gira. Pero paralelamente fue construyendo un trayecto personal por demás interesante en las artes escénicas, el cine y la música. El 7 de septiembre estrenará Le Frigó, unipersonal de Copi dirigido por Tatiana Santana.
En diálogo con Página/12, Manu asegura que Copi es "un autor muy importante en la literatura argentina porque tiene una visión particular sobre muchos temas". La obra se estrenó el 7 de octubre de 1983 en el Teatro Fontaine de París, pero el actor dice que podría haberla escrito ayer. "Los temas de los que habla están muy vigentes, también su lenguaje, sus personajes, sus conflictos. Los enuncia de una manera muy visceral y es algo que conecta conmigo". También destaca el umbral de exploración y juego que el texto habilita en materia de actuación: "Mi trabajo es jugar sobre la materia textual, escenográfica y performática; lo distingo del juego de niños pero también hay algo de esa esencia".
El autor de Eva Perón y El homosexual no utiliza didascalias; a veces son los propios personajes quienes enuncian la acción. El actor celebra el "gigantesco abanico de posibilidades que ofrece" el texto y lo emparenta con el imaginario de autores como Osvaldo Lamborghini, Pedro Lemebel o Alejandro Urdapilleta. "Son lenguajes que me conforman. Mi maestro fue Guillermo Angelelli y él pertenecía al Clú del Claun, un grupo de humor de los '80 que tenía la tradición de lo visceral. No era lo más visto de los payasos: era una mezcla de la técnica del clown con la paparruchada argentina, por ponerle un nombre. Había algo del humor local".
¿De qué va Le Frigó? El mismísimo Copi –quien protagonizó la obra en 1983– respondió esto el día del estreno: "Es la historia de una modelo que cumple 50 años, algo que no acepta. Su madre le regala una heladera (Frigó) que aparece como de la nada colocada en medio del salón. Madame L entra y sale por detrás de la heladera, convertida en distintos personajes". La primera vez que Fanego leyó el texto sintió rechazo. "Esto siempre me pasó con Copi y este tipo de escritura. Creo que tiene que ver con lo visceral: estamos tan acostumbrades a vivir entre perfumes y desodorantes, matando bichos, que nos desacostumbramos a lo más salvaje. Hay demasiada asepsia. Sin embargo, las aguas están más contaminadas que nunca y hay una contaminación mental y moral absoluta donde los jubilados, los chicos con discapacidad o la cultura no valen nada".
Al poner el cuerpo, algo fluyó y ese es el misterio del trabajo interpretativo. Muchas veces los actores intentan resolver ciertas cuestiones desde la mesa de trabajo (en este caso junto a la directora y el productor general Raúl Algán, gestores del proyecto que pensaron en Fanego para el papel), pero se inicia una nueva fase cuando el cuerpo entra a escena. "En la lectura empiezo a imaginar cuáles de mis recursos podrían ir bien con el personaje", explica, y recuerda una frase que solía decir su padre, Daniel Fanego: "A letra sabida no hay mal cómico".
Él coincide y asegura que lo primero es el texto. "La actuación de esta época es muy free. Todos improvisamos y decimos lo que queremos o lo que nos viene bien, pero si hay un texto y un autor tenés que respetar eso ante todo. Después, soy de los que están a favor de hacer mierda el texto para encontrarlo de nuevo porque siempre dice cosas por debajo y eso es lo más atractivo del teatro. La actuación es una búsqueda y es muy interesante ver a un actor buscando arriba del escenario porque ahí uno ve lo genuino de un cuerpo tramitando", subraya.
En relación a la estética de Copi y su trabajo con los géneros –en esta pieza hay tragicomedia, farsa costumbrista, melodrama, sátira social–, Fanego lo define como "un degenerado" porque juega a "romper con todos los géneros y mezclarlos: acá hay una tragedia que es cómica, un drama que también es una historia de amor, va paseando por muchos estilos y formas teatrales". Por otra parte, señala que hay una confusión al creer que existe algo así como un género masculino o femenino inmutable. "Copi manifiesta que la identidad de género es una invención cultural; cada uno elige una performance. Desde la construcción del Estado nación nos quieren encasillar en esas categorías para sostener la estructura familiar", comenta.
Fanego ha explorado estos asuntos en varios proyectos anteriores como el unipersonal Princesa del futuro o su entrañable personaje en la serie Cris Miró. Copi imagina a alguien que debe mentirle a su psiquiatra para que no lo catalogue como enfermo porque, en aquel momento, la homosexualidad era considerada una enfermedad: "Eso se fue deconstruyendo. Gracias a todas las personas que lucharon, hoy podemos decir que no es una enfermedad sino una elección de la identidad y el deseo porque a todos nos gustan cosas diferentes".
La obra aparece en un momento particular para Manu –él lo define como una "expansión" en su trabajo porque se siente "cada vez más convocado"– y le permite mostrar varias capas que lo interpelan desde lo personal, por ejemplo las nociones de "identidad díscola" y "no binarismo". "La obra me permite exponer esos sentidos que eventualmente pueden ayudar a quien lo vea", dice. Por otra parte, piensa el unipersonal como "un gran desafío a la hora de asumir estos diez personajes". Cada tanto Manu relojea los zócalos del canal de noticias sintonizado en el bar para ver cómo va la votación en la Cámara de Diputados. Se asombra de un título que señala "el impacto fiscal de la ley de discapacidad" y susurra: "No puedo con eso".
Consultado sobre la coyuntura actual y los desafíos en el campo teatral, declara que "es un momento horrible para todo" pero advierte que "la cultura viene después de la salud, la educación, los jubilados". "No es que no tenga importancia pero, en términos de agenda, la prioridad está en otro lado porque es muy grave lo que está pasando. Desarman instituciones como ANMAT y permiten que se mueran más de cien personas con fentanilo contaminado. Hoy tenemos que volver a discutir cosas ya consensuadas. Que la gente tenga que salir a la calle para defender la Ley de Discapacidad me parece una ridiculez. En el ámbito cultural todo está desmoronándose, quieren que desaparezca para imponer el 'francellismo' pero no van a poder. Gracias al pueblo, Argentina es un gran semillero de cultura. Desde la primera marcha a la Casa del Teatro observé que hay una juventud dispuesta a organizarse y trabajar en pos de sostener la cultura independiente, acá y en todo el país", concluye.
*Le Frigó podrá verse los domingos de septiembre a las 16 en el Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857). Las entradas pueden adquirirse por Plateanet o en la boletería.