Desde Santa Fe.
Los santafesinos recordaron ayer con tristeza la muerte de Fernando Birri, el coterráneo que dejó su nombre y el de su ciudad en la historia del cine de América Latina y el mundo. Fundador de la Escuela Documental de Santa Fe y del Nuevo Cine Latinoamericano, autor de clásicos como Tire dié (1960) y Los inundados (1962), el cineasta y poeta falleció el miércoles, en Roma, a los 92 años. El gobernador Miguel Lifschitz valoró la "obra extraordinaria" de Birri con lo que él decía de sus orígenes: "Mi patria son mis zapatos, pero las suelas son de Santa Fe". El intendente José Corral ponderó el "talento y la sensibilidad infrecuentes" y el diputado Santiago Mascheroni, que actuó como extra en Los inundados, recordó que en la película "se alinearon los planetas" y "después se rompió el molde". Mientras que sus discípulos y amigos reivindicaron el legado. "Su luz no se extinguirá jamás", dijo Rolando "Conejo" López. "Birri tuvo una idea extraordinaria: pensó que era posible hacer cine y formar profesionales en Santa Fe, a fines de los '50. Y la materializó", completó su colega Raúl Beceyro.
Birri fundó el Instituto de Cine de la Universidad Nacional del Litoral en 1956, que la dictadura cerró veinte años después, en 1976. Los caminos de la memoria siguieron en 2003, cuando López impulsó el Instituto Superior de Cine y Artes Audiovisuales Fernando Birri de Santa Fe, que depende del Ministerio de Innovación y Cultura. Y Beceyro promovió lo que hoy es el Taller de Cine de la UNL.
Utopía. El Instituto que lleva su nombre dijo que "su luz no se extinguirá jamás, seguirá iluminando los pasos de alumnos y docentes. Su obra, su legado audiovisual y las cátedras magistrales seguirán estimulando la investigación del lenguaje, las técnicas, e historias del cine, la fotografía, la televisión, y las artes audiovisuales en nuestra región, en América Latina y en el mundo". La Federación de Escuelas de la Imagen y el Sonido de América Latina coincidió que "Fernando nos deja películas, libros, las escuelas de cine que ayudó a fundar", pero también "su ejemplo de vida y su compromiso con el cine y América Latina".
Raíces. "Como todos los grandes, Birri seguirá presente a través de su obra extraordinaria", dijo Lifschitz. Y recordó cuando el cineasta decía: "Mi patria son mis zapatos, pero las suelas son de Santa Fe". Corral contó que lo conoció "hace 17 años", cuando el rector de la Universidad Nacional del Litoral era Mario Barletta y él secretario general. "Produjimos el libro‑película‑audio Una vez la poesía de su autoría junto a Gastón Gori". Tenía "un talento, una sensibilidad y una energía infrecuentes".
Sonido. El diputado Mascheroni trabajó como extra en Los inundados. Era chico, cursaba en una escuela primaria del centro, recordó por LT10. "Un día apareció un hombre de pelo crespo que pedía alumnos. La maestra seleccionó un grupo" y el productor "nos llevó en una estanciera a la esquina frente al Correo", donde se filmó la escena. Era un asentamiento de inundados, donde se simuló un acto político. "Me sorprendió que no había sonido, la escena arrancaba con un policía que tocaba la trompeta, pero no sonaba". Mascheroni se acercó a Birri y le preguntó por qué. El maestro le contestó: "Al sonido lo ponemos en el estudio, pibe".
Planetas. Mascheroni dijo que recién pudo ver Los inundados cuando fue mayor de edad: "Era prohibida para menores y estuvo prohibida para el mundo porque era una película contestataria". Con los años, volvió a encontrase con Birri y le recordó aquel set de filmación. Le preguntó por la música, que era de otro santafesino, Ariel Ramírez. El contacto fue la hermana de Ramírez, que era compañera de Birri en la Escuela Normal. "Creo que en la película se alinearon los planetas" y "después se rompió el molde", sintetizó. "Fue una ocurrencia genial porque de un cuento cortísimo de Mateo Booz, Birri hizo una obra maestra".
Invento. Beceyro coincidió que en los tiempos de Birri, Santa Fe era "la Atenas de la cultura": "Fernando tuvo una idea extraordinaria, que en un lugar alejado de Buenos Aires, se pudiera hacer cine. Un invento. Los que vinimos después no tuvimos necesidad de tener esa idea que ya había sido elaborada por Birri, el trabajo consistió en materializarla".
Embajador. En 2006, el entonces gobernador Jorge Obeid, lo nombró "Embajador Cultural". "Me siento feliz y contento, pero como a todas las cosas, hay que recibirla no a título personal, sino de un proyecto común y colectivo. En definitiva, todo lo que hicimos o dejamos de hacer es la expresión de un deseo profundo que es mejorar la realidad y aún tenemos mucho por hacer", dijo Birri.