A casi nueve meses del crimen de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra, dos jóvenes de 16 y 14 años que fueron encontrados sin vida en un descampado de la localidad bonaerense de Bosques, se conocieron novedades del caso a raíz de la pericia genética. El resultado descartó la presencia de un tercer ADN. Asimismo, la investigación ratificó que los adolescentes estaban distraídos cuando fueron atacados por su asesino.
"En todas las muestras de las evidencias analizadas solo se obtuvieron rastros de ADN de Paloma y Josué", indicó el abogado de la madre de la joven, Aníbal Osorio, en diálogo con la agencia Noticias Argentinas, con respecto al preservativo secuestrado en el terreno.
Conforme al resultado de la autopsia, la pericia genética y la posición final de los cadáveres, el letrado sostiene que "ambas víctimas pudieron haber sido atacadas" mientras tenían relaciones sexuales "o una vez finalizado el acto", lo que aumentó su vulnerabilidad y su posibilidad de reacción ante los agresores.
Para Osorio, esta hipótesis explicaría las pruebas biológicas en el descampado, la eficacia de la golpiza inicial sin chances de defensa por parte de Salvatierra y Gallardo, y el patrón de las heridas.
"Se trata de un dato muy relevante", consideró el abogado, y adelantó: "Vamos a profundizar la investigación en bases a todas las hipótesis que hasta ahora lleva el fiscal Darío Provisionato".
Según consta en el expediente, las lesiones craneanas dan cuenta que el impacto fue realizado mediante un ataque sorpresivo: "Los menores tendrían una posición pasiva o distraída en este caso".
Sin embargo, restan conocerse las conclusiones de la pericia al celular incautado en el galpón lindero al descampado donde se encontraron los cadáveres.
El 30 de enero, los jóvenes desaparecieron cuando presuntamente se dirigían a un gimnasio y los cuerpos fueron hallados 48 horas después en un terreno cercano en la localidad de Bosques.
El informe forense reveló que la adolescente de 16 años falleció a causa de una “lesión cerebral” provocada por una “fractura de cráneo” y un “traumatismo encéfalo craneal grave”, mientras que el menor de 14 murió como consecuencia de una “hemorragia cerebral”, también con “fractura de cráneo” y “traumatismo encéfalo craneal grave”.
La causa se encuentra caratulada como homicidio criminis causa (matar para cubrir otro delito). Desde que se cometió el crimen no hubo detenidos ni sospechosos por el momento.