La icónica película El Golpe no solo fue un triunfo en taquilla y crítica, sino que también dejó una huella en Hollywood debido a su polémico rodaje. La impuntualidad de Robert Redford se convirtió en un episodio inolvidable, causando tensiones significativas con su coprotagonista Paul Newman y el resto del equipo. Sin embargo, los salarios históricos de Redford y Newman marcaron un precedente en un Hollywood en pleno auge en los años 70.
Contradicciones y tensiones en el set
El rodaje de El Golpe no estuvo exento de desafíos. Según detallaron los productores Michael Phillips y Tony Bill, además del guionista David S. Ward, la continua impuntualidad de Redford provocó altercados con Newman, una de las estrellas más queridas y respetadas de la época. Este comportamiento generó una disyuntiva en el set entre la profesionalidad esperada y el estatus que acompaña a una estrella de cine como Redford.
El conflicto alcanzó su punto máximo cuando Newman decidió enfrentarse a Redford directamente, cuestionando su falta de compromiso con la producción. Su famosa línea: "¿Qué eres, una estrella de cine?", dejó una marca indeleble en el actor, quien tardó en modificar su dinámica diaria en las filmaciones, pero nunca llegó a optimizar por completo su puntualidad.
La impuntualidad de Redford en El Golpe parece haber sido una constante en su carrera. Sin embargo, estas demoras no mancharon completamente su reputación profesional. Ward mencionó que Redford, a pesar de sus tardanzas, solía ser cortés y nunca abusó de su posición en las producciones.
Transformación de la industria cinematográfica
Considerando el contexto de los años 70, cuando los salarios en Hollywood no eran tan deslumbrantes, los 500.000 dólares recibidos por cada uno de los protagonistas de El Golpe representaron una cifra astronómica. Esta inversión en talento reflejó un cambio en la industria, que empezaba a reconocer el poder de atracción que ejercían las grandes estrellas sobre la audiencia.
La expectación y el revuelo mediático, junto con la recepción crítica, hicieron que El Golpe no solo recuperara su inversión, sino que la superara con creces, generando ingresos sorprendentes para Universal Pictures.
Mientras que Robert Redford no se alzó con un Oscar por su actuación en la película, su carrera ganó un prestigio que lo propulsó a obtener un Oscar honorífico en 2001, un reconocimiento a su trayectoria que incluía la aclamada Ordinary People.
Ambiente profesional y espíritu en el set
La dinámica en el set de El Golpe fue descrita como profesional, con Paul Newman notablemente aliviando tensiones. Su actitud genuina y humilde no solo ayudaba a mejorar el ambiente laboral, sino también a cimentar su legado como una estrella accesible. Michael Phillips recordó su primer encuentro con el actor: “Hola, soy Paul. Tienes un gran guion aquí. Espero no arruinarlo”. Con esta humildad característica, se ganó rápidamente la confianza de sus colegas.
Newman no dudaba en bromear sobre sus propios errores y solía llevar palomitas al set, aspectos que contribuyeron a aliviar el clima a pesar de cualquier malestar puntual. A través de estas vivencias, El Golpe se convirtió en más que un hito cinematográfico; simbolizó la evolución de Hollywood en una era de cambio.
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