La transacción, o al menos sus aprestos, se iniciaron hace diez días. Al potencial comprador del campo se lo conoce como “El Rey de la Efedrina” y es de Rosario. El vendedor -que tasó la hectárea en mil dólares- residió durante años en la Villa 31 de Retiro, en la Ciudad de Buenos Aires, el barrio conocido como Carlos Mugica. Le dicen “El Loco César”. Quien medió en la operación es un abogado egresado del Centro Universitario del Complejo Penitenciario Federal de la Caba, Iván Carlos Méndez, quien tuvo dos condenas por causas relacionadas al narcotráfico y aprovechó ese tiempo para formarse en derecho. La compra-venta quedó trunca porque el letrado fue detenido ayer por su presunto rol de “correo humano” entre 15 capos narco alojados en el sistema de alto riesgo del Servicio Penitenciario Federal.

Así se desprende de la imputación a la que accedió Rosario/12 realizada por los fiscales Matías Scilabra y Matías Mené, de la Procuraduría contra el Narcotráfico (Procunar), para solicitar el arresto del ex convicto y abogado Méndez, detenido por las fuerzas de seguridad. La pesquisa determinó que si bien Méndez es abogado, en los hechos no opera como defensor de los condenados que visita en las cárceles federales que están sometidos al régimen de alto riesgo, sino que recibe órdenes que luego transmite a los familiares o colaboradores externos de sus “clientes” para continuar con sus empresas criminales.

Voceros de la causa explicaron que el acusado actuaba como intermediario entre los líderes criminales detenidos y sus estructuras operativas en el exterior, “vulnerando la normativa penitenciaria y potenciando la actividad delictiva desde los establecimientos federales”.
Entre los presos con quienes mantenía contacto se encuentran Mario Roberto Segovia (el Rey de la Efedrina), Evelio Horacio Ramallo, Martín Eduardo Lanatta (condenado por triple crimen de General Rodríguez), César Morán de la Cruz (narco del barrio porteño Padre Mujica), Julio Andrés Rodríguez Granthon (narco rosarino de origen peruano condenado por el crimen del ex concejal Eduardo Trasante y por tráfico de estupefacientes), Francisco Rodríguez Villarreal, Uriel Luciano Cantero (líder de una facción de Los Monos e hijo del asesinado “Pájaro”), Cristian Nicolás Avalle (alias “Popito”, referente violento de Los Monos en Villa Gobernador Gálvez y en la barra de Newell’s Old Boys).

También visitó, de acuerdo a la investigación que incluyó la intervención de su teléfono, a Ariel Cantero (“Guille”, líder de Los Monos), Jorge Adalid Granier Ruiz, Leandro Vinardi (“Pollo”, jefe de otra facción de Los Monos y relacionado a la barra leprosa), Delfín Zacarías (condenado por narcotráfico y lavado de activos en el Gran Rosario), José Uriburu, Francisco Ezequiel Riquelme (líder de una banda vinculado al capo narco Esteban Alvarado en Ludueña y Empalme Graneros) y Pablo Nicolás Camino (lugarteniente de Cantero y jefe de una facción de la barra de Newell’s).
 

Bandidos rurales

Las escuchas y otros elementos de prueba recolectados en la investigación de los fiscales, sugiere que entre los “negocios” que triangulaba el abogado Méndez se encontraba la compra-venta de un campo entre Segovia y “El Loco César”, capo narco de la Villa 31 de Retiro, denominada barrio Padre Mujica, en homenaje al cura tercermundista que realizó su tarea pastoral allí en los años 70.

“El 7 de septiembre de 2025 Segovia utiliza a Méndez como intermediario para dialogar sobre la adquisición de un campo, que le compraría a Morán de la Cruz”, dice la causa. “Segovia se muestra interesado en recibir una parte de ese campo, lo envía a hablar con la mujer de Morán de la Cruz y hablan de un valor de U$D 1.000 por hectárea”, detalla la investigación de la Procunar.

En ese sentido, señala que “debido a las actividades que realizan ambos detenidos, se presume que se trata de un bien adquirido con dinero de procedencia ilícita, motivo por el cual Méndez sería el intermediario en las gestiones de una clara maniobra de lavado de activos”.

Los investigadores pudieron determinar que el abogado Méndez reside en una vivienda ubicada en ubicada en la calle Flor de Otoño N° 485, del barrio Padre Carlos Mugica (ex villa 31), a la que se accede por una escalera caracol. Aparentemente, esa finca fue facilitada por “El Loco César”, cuya organización criminal posee hegemonía territorial en ese sector del barrio.

Se moviliza en un Ford Mondeo que fue entregado por Julio Andrés Rodríguez Granthon “como parte de pago para los servicios que Méndez le brindaba”, aseguran los fiscales, para agregar que “también posee una Ford Ecosport que fue vista en el domicilio del barrio Padre Carlos Mugica”.

De acuerdo a la investigación, el primer contacto del abogado Iván Méndez fue con Segovia, conocido como “El Rey de la Efedrina”, en septiembre de 2024. Un año después estaba gestionando la compra de un campo para el rosarino.

El cargamento

La Procunar descubrió mediante la intervención al teléfono del “narco abogado” el presunto traslado de un cargamento de drogas a Rosario que triangulaban los presos “Pupito” Avalle y el “Peruano” Rodríguez Granthon. Desde el 29 de julio pasado Méndez medió una operación entre ambos “y terceros que se encuentran en libertad”, para el arribo de material estupefaciente sin que intervengan las organizaciones de Esteban Alvarado y Ariel “Guille” Cantero, jefes de las dos organizaciones narcocriminales más poderosas de la ciudad.

Los fiscales señalaron que “Méndez debe gestionar un galpón donde ingrese un camión” con los estupefacientes, lo cual no guarda vínculo con sus rol de presunto abogado defensor. “Conforme surge de las conversaciones que intercambian entre ellos, Rordíguez Granthon coordinaría el descenso de un cargamento de estupefacientes, que sería luego distribuido en Rosario por Avalle”.

De los diálogos recientes que fueron intervenidos, se pudo establecer que en la maniobra intervendría también Martín Lanatta -el del triple crimen de General Rodríguez en la causa de la efedrina- y Pablo Nicolás Camino, un condenado que oficia de lugarteniente del jefe de Los Monos, “Guille” Cantero, y que operaba como una de las facciones de la barrabrava de Newell’s Old Boys que procuró a tiros y asesinatos la hegemonía del grupo violento leproso.

La investigación de la Procunar señala que en las distintas causas en las que los narcos se encuentran detenidos, “el doctor Méndez ha tenido una participación procesal prácticamente nula, con algunas presentaciones de poca relevancia en el caso de Ramallo, que encima duró pocos meses, y sin tener intervención en los demás casos”. De esa manera, le permite concluir que “Méndez no ejerce el rol técnico alguno en términos defensistas”.

Hecha la ley

Ante la restricción de las llamadas que tienen los presos de alto perfil en el Sistema Penitenciario Federal, los presos mencionado se comunican con el doctor Méndez, que está incluido en el listado de personas habilitadas por ser su abogado defensor. Para la Procunar, “el letrado retransmite las comunicaciones a familiares y allegados de interés para los internos”.

De esa manera, “los líderes logran vulnerar los reglamentos penitenciarios y las restricciones que se les imponen: en apariencia hablan con su abogado, pero en efecto están comunicándose con sus familiares, comunicaciones prohibidas por la administración penitenciaria, debido al riesgo que ellas implican por el régimen en el que se encuentran”.

La investigación afirma que el principal cliente de Méndez es el “Peruano” Rodríguez Granthon. “Desde el mes de febrero este Ministerio Público Fiscal ha documentado comunicaciones prácticamente diarias, que luego son retransmitidas, en general hacia su pareja Lucila Rioja, con la que conversa sobre la administración de sus bienes”, sostiene la imputación.

 

Tambíen destaca que “los diálogos que intercambian estos líderes con su entorno a través de Méndez y con el propio abogado cuando los visita, dan cuenta de que las organizaciones criminales que ellos integran no se encuentran desactivadas”.