Hace un par de semanas, en la Feria del libro de Tandil, se me acercó un saldero. Un saldero es un librero degradado o, si se quiere, un librero que suele ser confundido con uno que vende libros usados. Pero los salderos no venden libros de segunda mano: comercian con publicaciones descatalogadas, y digo publicaciones porque ellos no discriminan entre el ISBN de los libros y el ISSN de las revista