Los gerentes de hospitales de Capital y del interior provincial advirtieron que es posible que haya renuncias de profesionales de la salud ante la disparidad salarial existente entre ellos y quienes tienen la especialidad de anestesistas. 

La advertencia se hizo en el marco de la reunión convocada por la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores de Salta, en donde se debate un proyecto de ley presentado por la representante de Anta, Alejandra Navarro, que busca declarar la emergencia sanitaria para especialidades críticas en un intento por resolver la situación planteada por la falta de anestesistas y los altos montos que cobran.  

El ministro de Salud Pública de la provincia, Federico Mangione, ya había indicado en FM Aries, que tiene pruebas de que un anestesista llegó a cobrar 97 millones de pesos a la provincia por un mes de prácticas.

La situación afecta a toda la provincia. En el Hospital Materno Infantil continúan con la suspensión de cirugías programadas ante la falta de anestesistas para tratar todas las intervenciones que estaban previstas.

Los gerentes de los hospitales de otras localidades de la provincia, como los de Rosario de Lerma, Orán, Tartagal, Joaquín V. González y General Güemes, coincidieron en la dificultad para cubrir servicios básicos por la escasez de especialistas y los altos costos que implican el pago de prestaciones a través de convenios con la Asociación Salteña de Anestesiología, Anestesia y Rehabilitación (ASAAR), cuyos honorarios alcanzan cifras muy superiores a los del resto del plantel médico.

Se alertó además sobre la necesidad de recuperar objetivos de equidad, igualdad y federalismo en la salud pública, así como de establecer criterios éticos para la fijación de honorarios en el sector público, diferenciándolos del funcionamiento del sistema privado.

Falta de especialistas

Además de la cuestión de los anestesistas, los gerentes sostuvieron que les faltan terapistas, cirujanos, neonatólogos, bioquímicos y otros especialistas.

Pedro Urueña, gerente del Hospital Juan Domingo Perón, de Tartagal, detalló que la incidencia que tiene la institución abarca a más de 100.000 habitantes, “donde hay un solo profesional para cubrir terapia neonatal y otro para pediatría”. En cuanto al servicio de anestesia, indicó que “no cuenta con personal de planta”. Sumó también la migración de profesionales de otras especialidades.

Esteban Rusinek, gerente del Materno Infantil, en la ciudad de Salta, indicó que este Hospital cuenta con 11 quirófanos y una capacidad habitual de 150 cirugías diarias. Sin embargo, actualmente solo se realizan unas 15, debido a la imposibilidad de contratar anestesistas bajo el esquema de salud pública. También advirtió sobre la disparidad salarial con otras especialidades críticas, “lo que podría generar renuncias”.

Marcelo Nallar, responsable del Hospital Arturo Oñativia, de la ciudad de Salta también, dijo que mantiene los mismos cargos desde hace 20 años, sin recambio por jubilaciones ni nuevas incorporaciones. Sostuvo que los contratos por prestación con la Sociedad de Anestesia han tenido un aumento del 134 por ciento y que no cuentan con el presupuesto necesario para afrontarlo, generando riesgo de interrupción de servicios. Aclaró que no está en discusión el valor del trabajo médico, sino cuestiones de ética.

Facundo Romero, a cargo del Hospital de Rosario de Lerma, indicó que la falta de anestesistas obligó a limitar la cantidad de cirugías programadas, afectando la atención ambulatoria y la operatividad de quirófanos.

Ariel Maroni, gerente del Hospital Papa Francisco, ubicado en la ciudad de Salta, enfatizó la necesidad de transformar al centro médico “en un hospital de autogestión” y también alentó a los legisladores a colaborar para superar el corporativismo que, según explicó, afecta la distribución equitativa de los especialistas

Sobre el mismo tema se expresó Silvia Gutiérrez, quien alertó sobre reclamos constantes de otros profesionales del Hospital San Vicente de Paul, en Orán, a raíz de la inequidad salarial, destacando que el gasto en anestesia consume una gran parte del presupuesto hospitalario, lo que dificulta la ampliación de servicios y la incorporación de nuevo personal.

El gerente del Hospital San Bernardo, Pablo Salomón, también consideró que el sistema actual convierte a los hospitales en “rehenes de un monopolio”, y propuso avanzar en una solución estructural que incluya desregular la anestesia y “otorgar incumbencia a terapistas para cubrir ciertas prácticas”.

Esta última sería una de las herramientas que esperan poder tener para contar con más profesionales que se ocupen de la especialidad.

La posible solución permitiría ganar tiempo para formar nuevos anestesistas dado que, según el Ministerio de Salud de Salta, hacen falta al menos 40 más para alcanzar la cobertura mínima. El problema es que incluso los cupos de las residencias suelen ser influenciados por la ASAAR.