El Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA) elegirá este viernes nuevas autoridades gremiales. Por primera vez en 40 años, Rodolfo Daer dará un paso al costado y no será candidato para estar al frente del mismo.
Por la 750, Sergio Escalante, secretario adjunto y referente de la Regional San Martín, explicó cuál es el estado actual del sector, mientras que Jorge Penayo, delegado en la fábrica de Mondelez y candidato por la opositora Lista Unidad, cuáles son los reclamos de los trabajadores a la actual dirigencia.
En términos generales, ambos candidatos coincidieron en la dramática situación que vive el sector. Escalante reconoció que el ser un sector “industrial” están recibiendo los golpes de un “gobierno que tiene políticas que van en contra, que no colaboran con el trabajo y la producción”.
“Se habla solo de exportación de materia primera y timba financiera. Y no con el trabajo. Eso nos genera una complicación extra”, comentó. En tanto, Penayo dijo: “La gran mayoría del ajuste lo están pagando los trabajadores. Dentro está el comercio, las pequeñas y medianas empresas. Y eso repercute”.
Esto generó una caída en las ventas con un fuerte impacto en la mano de obra sectorial. Según Escalante, la preocupación no son solo los precios, sino la apertura importadora, que genera una competencia desleal en las góndolas.
Frente a esto, dijo en tanto Penayo, las empresas miran a las plantas: “Y como lo que producimos después no se vende, las empresas empiezan a mirar a los trabajadores para suspenderlos, despedirlos, cerrar las fábricas”.
El impacto en salarios es evidente. “El enfriamiento de la economía en general hace que la gente consuma menos e impacta en la producción. Hay un enfriamiento de la economía, hay menos horas extra. Tengo entendido de que en otros sectores tienen más problemas que nosotros. Y a nosotros nos afecta”, dijo Escalante.
Y añadió el líder de la lista oficialista: “El poder adquisitivo está resentido, como en todos lados. La lucha paritaria es constante y dura. Y la cámara empresarial está envalentonada por un Gobierno que pide que pisen los salarios”.
Sin embargo, frente al mismo panorama, Penayo, el líder de la oposición, apuntó contra el gremio, no contra el Gobierno y recordó que en 2012 tenían a la categoría más baja un 40 por ciento arriba de la canasta de pobreza, y que ahora cayeron tanto que seis de las siete categorías están por debajo de este indicador de consumo.
Y dijo: “Entendemos que el sindicato ya no nos representa como tendría que hacerlo en cada una de las fábricas. Mete presión a las empresas y a los trabajadores”. Tras lo que añadió: “Porque a las empresas les conviene un tipo como el que dirige nuestro sindicato, porque no reclama lo que necesitan los trabajadores”.