Este jueves por la mañana un grupo de científicos y trabajadores de la ciencia se manifestaron en Bariloche, en la ruta provincial 82, en defensa de la ciencia y la técnica. Hubo un volanteo para informarles a los automovilistas la situación de bajos salarios y vaciamiento de las instituciones del sector a nivel nacional.

Armando Aligia, investigador superior del Conicet y especialista en Teoría de Sólidos Cuánticos, le comentó a este diario que la decisión de protestar se tomó en "una serie de asambleas de trabajadores" que nuclea a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Conicet y el Instituto Balseiro, junto a empleados de servicios tercerizados y del servicio médico a quienes "les deben 8 meses, por lo cual deja de funcionar a fin de mes".

Según el investigador superior "muchos profesionales se han ido a otros trabajos" y consideró que "la situación es crítica en muchos aspectos. Es insólito, nunca estuvimos tan mal". Además, lamentó que "los subsidios del Conicet a nivel nacional están prácticamente cortados. Si alguno quiere viajar a una reunión científica aun dentro del país no tiene plata". "Se suprimió el acceso a las revistas científicas", agregó, criticando la desconexión provocada por el gobierno de Javier Milei.

Los puestos perdidos

"Solamente en el Instituto Balseiro hay 60 personas menos", detalla Aligia. Sumado a los del reactor Carem, donde hay "entre 30 y 40", el número se acerca a 100 empleos menos solo en estos dos lugares. Esto se debe a los magros salarios que cobran los científicos, lo que provocó que muchos se fueran a otros países para dedicarse a su profesión. "Los que empiezan están en la línea de indigencia", adelanta Aligia, quien también sostiene que "quienes ya tienen algunos años de antigüedad ganan $1.200.000".

Ignacio Cortés, técnico de la CNEA y vocero de las asamblea en Bariloche en las que se decidió la protesta, explica que la situación ahí es particular al ser una ciudad con precios dolarizados por la constante presencia de turistas extranjeros. "El suplemento por Zona Fría es $330.000 netos. Luego de eso, un administrativo que recién entra cobra $433.000. Básicamente no llega a los $800.000", cuenta el técnico. En otro caso, "un técnico de secundario también cobra un suplemento de $112.000 más y gana $763.000, por lo que tampoco llega a $900.000", insiste.

Cortés subraya que "estamos hablando de salarios que no superan el millón y medio de pesos para una persona que tuvo secundario, universidad y cinco años de doctorado", en la ciudad más cara del país, lo que provoca que varios profesionales dejen sus puestos laborales.

Logros científicos

El teórico de Sólidos Cuánticos destacó el apoyo de la sociedad barilochense a su lucha. "La mayoría tocaba bocina, saludaban. Todos los que participamos estamos contentos con la movida", celebró. "Hubo acompañamiento de los vecinos, tuvo muy buena recepción", coincidió Cortés.

Aligia también se enfocó en la situación de la CNEA y destacó que hay problemas en sus salarios y en los proyectos que puedan llevarse adelante. "Había un reactor que faltaba poco para terminar. Con lo que se fugaron en 3 días de bicicleta financiera bastaba para terminarlo", ejemplificó. El investigador habla del reactor Carem, en el que Argentina "fue pionero, luego se paró en el gobierno de Macri y se retomó en Atucha, donde pararon la construcción". Demian Reidel, el libertario en energía nuclear, decidió descontinuar ese proyecto.

El integrante del Conicet afirma que esto ocurre porque la intención del gobierno nacional "es hacer minería, hacer extractivismo de bienes naturales a dos pesos, sacando el 3 por ciento de regalías" sin importar el ambiente y la ciencia. Aligia argumentó que esto no sirve porque no hay valor agregado y que en nuestro país pueden hacerse baterías de litio y la separación isotópica del litio 6 y litio 7, algo que ve lejano al modelo libertario de "vengan, hagan lo que quieran y dejen algunos dólares".

Aligia también aseguró que la ciencia argentina "ayudó a sacar adelante al país en muchas cosas". En ese sentido enumeró logros científicos: "el Invap vendió reactores al exterior, los barbijos del Conicet en la pandemia, Gabriel Rabinovich tiene mucho prestigio en la búsqueda de la cura del cáncer, Bernardo Houssay que fue premio Nobel, César Milstein también, Favaloro...".

Por último mencionó parte del horizonte que se propone la ciencia argentina, como "hacer batería y separación isotópica de litio, la importancia de la energía nuclear con el cambio climático, el avance del reactor Carem que es puramente argentino" y alertó sobre otro futuro posible en caso de no seguir este camino. "Vamos a ser un país bananero, y ya sabemos cómo les va a los países bananeros. Para progresar se necesita algún tipo de industrialización", concluyó Aligia.

Informe: Juan Martín Bravo.