La eliminación del pago de los derechos de exportación, es decir, las retenciones, duró solo 48 horas, que sirvieron para que un pequeño grupo de enormes cerealeras y agroexportadores pudieran aprovechar el negocio que les ofreció el presidente Javier Milei, una medida que no pasó ni cerca de los medianos y pequeños productores rurales de la provincia de Buenos Aires, desde donde directamente se habla de “estafa”.

El lunes, a través del vocero presidencial Manuel Adorni, el gobierno libertario anunció que con el objetivo de generar mayor oferta de dólares hasta el 31 de octubre habría “retenciones cero” para todos los granos y algunas carnes. Sólo dos días después, los grandes exportadores cubrieron el cupo de 7 mil millones de dólares y los pequeños productores, en tanto, vieron pasar la medida por la televisión. 

Para el ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez, se trata de “una burla y un escándalo”. “Es una burla porque nosotros ya veníamos planteando que iba a ser difícil que alcanzara a los productores medios y chicos, pero lo que se observó con el cierre tan rápido es que, efectivamente, los únicos beneficiados han sido sectores concentrados y exportadores”, aseguró en diálogo con Buenos Aires/12.

“Es un escándalo, porque en estos tres días el gobierno nacional ha gastado unos 1.500 millones de dólares de sus recursos fiscales. Venía permanentemente rechazando distintas iniciativas indicando que todas ellas generaban un problema en las cuentas fiscales, que no estaba la justificación de dónde iban a salir los recursos, y en una medida abrupta y muy repentina decidió dilapidar millones de dólares sin ningún tipo de justificación de las razones más que conseguir los dólares”, agregó el funcionario, quien subrayó que Milei y su equipo económico “no terminan de abordar los problemas reales de la economía argentina, empeñó en un ajuste ortodoxo que generó una tremenda contracción de la economía que afecta de manera negativa a los millones de argentinos”.

“Los exportadores vendieron la de ellos y ahora, si no llegan al cupo, van a buscar soja de otros países. Nunca fue una medida para los productores, sino para una decena de agroexportadores”, lamentó la diputada provincial y productora agropecuaria, Silvina Vaccarezza ante Buenos Aires/12. “El fisco pierde 1.500 millones de dólares en dos días, es decir que evidentemente no les importa tanto el equilibrio fiscal”, sumó.

La legisladora bonaerense, que es parte del bloque UCR+Cambio Federal en Diputados y responde al legislador nacional Emilio Monzó, aseguró que “el gobierno de Javier Milei no sabe o no quiere saber cómo se maneja el sector; cómo son las ventas, el sistema de retenciones, nada”.

“Medidas para el sector no hay, salvo este fiasco. Se necesita algo serio, no tomado de los pelos, no una medida con desesperación como esta, sino que sean a largo plazo, como por ejemplo un cronograma de retenciones que se vayan bajando de a poco”, analizó. “Sabemos que ir a cero es difícil, pero sí se puede ir paso a paso. Hay ignorancia en el gobierno. A todos nos dejó sorprendidos. Esta no es la manera”, sostuvo.

El economista y director del CEPA, Hernán Letcher, expuso en un informe que los grandes beneficiarios de la medida fueron las firmas Bunge, LDC, Cofco, Viterra, Cargill, Molinos, AGD, CHS, Amaggi, ACA y ADM.

A ellos el diputado provincial de la Coalición Cívica y también productor agropecuario, Luciano Bugallo, los calificó como “un grupo de vivos”. También sostuvo ante este medio que la del gobierno de Milei “no fue una medida a favor de los productores ni para resarcir el daño que producen las retenciones”, sino que se trató de “una medida financiera para poder ingresar 7 mil millones, pero no beneficia en nada al productor”.

Además, cuestionó que los 1.500 millones de dólares que el Estado no recaudó en concepto de derechos de exportación, “no terminó en el bolsillo de los que arriesgan” porque “quedó para un par de vivos de las cerealeras”.

“Ahora vendieron sin retenciones y salen a comprar caro. Vendieron barato y ahora tienen la tranquilidad de volver a comprar granos. Es una estafa”, sentenció. “Lo que pretendemos con la eliminación de retenciones es que vuelva al bolsillo de los que invierten y no queden en cerealeras que no pierden nada. Ellos mismos se contradicen y no son claros. Cagaron al tambero, al que hace cerdo o pollo, por hacer un manotazo de ahogado. Terminas haciendo trading con el agro, cuando el productor no especula”, sumó.

Para el secretario del Consejo de Administración de Coninagro, Mario Raiteri, la medida y su desenlace genera “mucha preocupación”. A título personal, el hombre que es productor de trigo, maíz, soja, girasol, papa y carne en Mechongué, demandó que “hubiera gustado estar en conocimiento de lo que se pensaba hacer”.

“Esto al productor no le sirve y lo hicimos saber. No le sirve nada más que a la coyuntura. A medianos, pequeños y cooperativas no les sirve. Lamento que mucha gente pueda pensar que nos beneficiamos, cuando fueron solo los grandes grupos concentrados que aprovecharon esta medida”, enfatizó.

Raiteri aseguró que “estaba todo cocinado”, dado que fue “hecho para que se beneficiaran unos pocos”, cuando “el gobierno tenía una chance de darle la oportunidad a los productores”.

“Creo que si el espíritu era beneficiar al conjunto, a los medianos y pequeños, potenciar la generación de riquezas, no se logró concretar nada; por el contrario, creo que puede mostrar una negligencia por parte de quienes toman las decisiones”, lanzó.

Entre los más ofuscados por la medida destacaron los productores enrolados en la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), quienes expresaron su "malestar" por la medida que, aseguraron, "terminó siendo un gran negocio para los mismos de siempre".

"Esta resolución alteró el normal funcionamiento del mercado de granos, generó incertidumbre y desconfianza, y solo consolidó ganancias extraordinarias para un reducido grupo de intermediarios, sin aportar soluciones de fondo ni estímulos genuinos a la producción", fustigaron desde la entidad, al tiempo que convocaron a los ruralistas a "actuar con cautela", al señalar que los exportadores "pueden haber anotado las DJVE (o sea, las exportaciones), pero aun tienen que comprar los granos y cuentan con una capacidad de pago muy superior a la que están reconociendo en el mercado".

Desde Rosario, en el marco del 111° Congreso Anual de Federación Agraria Argentina (FAA), la presidenta de la entidad, Andrea Sarnari, aseguró que la de “retenciones cero” fue una medida que se tomó “no pensando en el incentivo a la producción, sino que es de corte económico que además perjudica al sector porque sigue dando imprevisibilidad”.

 

“Claramente, no fuimos beneficiarios de esa medida. No se trata de disputa entre sectores de la cadena, sino de exigirle al Estado que haya medidas con claridad. No nos pasó ni cerca la medida, primero porque no teníamos la cosecha en nuestras manos, la ultima venta fue en marzo/abril y el que tenía alguna reserva tampoco podía en dos días hacer frente a esto”, lamentó. “El presidente estuvo con nosotros reunido y entendió el planteo que se le hizo desde la Mesa de Enlace. Esto fue una medida de urgencia para hacerse de dólares de medida inmediata”, cerró.