“Estamos en un piso de consumo”, describió Sergio Cassinerio, el titular de la Cámara de Supermercados y Autoservicios. En el sector advierten por una caída en los niveles de consumo que orbita entre un 15 y un 20 por ciento interanual, y ni siquiera el horizonte de las fiestas genera expectativas en el rubro: “Creo que vamos a tener un consumo prácticamente normal en todo el año”. En una misma línea, desde el Centro Unión Almaceneros de Rosario entienden que el consumo viene cayendo en picada desde mayo y reclaman medidas al gobierno provincial, como la implementación de la Billetera Santa Fe. “Hoy es más que necesario tener una herramienta de ese tipo, para estimular el consumo de sectores populares, jubilados y desocupados”, expresó Juan Milito, titular del organismo.

Esta semana, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó que las ventas en supermercados, a nivel nacional, cayeron un 2,1% en julio, en relación al mes anterior. En tanto, en la comparación interanual, los números marcan un aumento del 1% en las ventas. La foto –que pareciera quedar lejos mirándola a finales de septiembre– da cuenta de cuatro meses consecutivos con caídas mensuales, al mismo tiempo que Santa Fe quedó por debajo de la media nacional, en el registro de ventas por habitantes. El informe del organismo nacional también refleja que la tarjeta de crédito se impone como el principal medio de pago.

En ese contexto, los supermercadistas rosarinos advierten sobre una situación preocupante. “En términos interanuales tenemos una merma del consumo que va del 15 al 20 por ciento. Es una caída fuerte, un consumo que se ha perdido por cambio de hábitos, en función de esta situación económica que se vive”, evaluó Cassinerio en diálogo con Rosario/12. “Son productos que han salido del radar de consumo de la gente. Ha bajado mucho el consumo de gaseosas, de bebidas alcohólicas, de snacks y de productos enlatados. Tienen que ver con lo prescindible. Antes la gente se guardaba una lata de durazno en la alacena, por las dudas. Eso ya no se da”, añadió.

Respecto a los productos de primera necesidad, el dirigente también viene registrando un cambio de hábito en los consumidores. “Hay un corrimiento de la carne vacuna, a otros cortes que son más baratos, como el pollo o el cerdo”, describió. No obstante, aclaró que esa migración no se da tanto por la diferencia de precios entre los productos, sino por la situación económica de los hogares. “Mucha gente tenía destinado una buena parte de su sueldo a alimentos y el resto a otros aspectos como servicios, seguros, o prepagas. Esas cosas han aumentado bastante más y horada la parte del salario que tenía destinada para consumo de alimentos”, advirtió.

Ante ese panorama, Cassinerio indicó que no se vislumbra un repunte en el corto plazo. “Creo que estamos en un piso de consumo. El consumidor se arregla, por una cuestión presupuestaria, ajustando en las variables que ve prescindibles. Y eso se va a ir profundizando”, evaluó. Asimismo, remarcó que ni la cercanía con las fiestas de fin de año generan expectativas en el sector: “Creo que vamos a tener un consumo prácticamente normal en todo el año. Los hábitos de consumo sobre las fiestas vienen cambiando año a año y van desapareciendo los productos que están fuera de precio, o fuera de estación”.

Almaceneros

En los comercios de cercanía, los motores del consumo también van a marcha lenta. “Vemos que cada día está peor. Desde principio de mayo a la fecha hay una caída muy grande en lo que hace al consumo, que ya no distingue por zonas geográficas y pega a todos por igual”, evaluó Milito en diálogo con Rosario/12. “Es catastrófica la situación del sector. Desde el día 20 del mes en adelante la pendiente descendiente se empieza a profundizar cada vez más en el consumo de alimentos. Eso se nota en el achicamiento de los tickets de compra”, agregó.

El dirigente puso el foco en productos como las gaseosas y bebidas alcohólicas, así como también los fiambres y quesos, que cada vez se venden menos, a contrapartida de alimentos como fideos o harinas, que son productos de primera necesidad, con precios más accesibles. “Llama la atención, inclusive, la caída en las ventas de salchichas, que era un producto de uso corriente en una época y se ha achicado. Ni hablar de los artículos de limpieza e higiene que han bajado la cantidad de unidades físicas que se vende”, expresó y añadió: “También vemos que se usa la tarjeta de crédito para comer. Eso no es algo habitual”.

En ese marco, Milito consideró que el gobierno provincial debería adoptar “medidas contracíclicas” que ayuden a repuntar el consumo. “No hablamos del Estado nacional, que le niega leyes votadas a jubilados y personas con discapacidad. Pero el Estado provincial debería tomar algunas definiciones en ese sentido. Por ejemplo, volver a la Billetera Santa Fe, que puede servir para estimular el consumo de alimentos de forma directa y concreta”, sostuvo. “Cuando asumió Pullaro dijo que no había para todos, entonces se iba a fortalecer el sistema para aquellos que más lo necesitaran. Pero como dijimos que iba a pasar, no se le dio a nadie. Hoy es más que necesario tener una herramienta de ese tipo, para estimular el consumo de sectores populares, jubilados y desocupados”.