Autodefinido como un colectivo que produce “artefactos escénicos y musicales desprovistos de los sesgos eurocéntricos y clasistas propios del género operístico, dedicado a crear nuevos espacios de investigación transdisciplinar y un trabajo con nuevos públicos, nuevas tecnologías, comunidades y territorios”, este sábado Ópera Periférica vuelve a sus revuelos escénicos con “Dido y Eneas” para celebrar sus 10 años de existencia irreverente. Con la urgencia que caracteriza sus espectáculos, el colectivo performático estrena su versión de este clásico barroco sobre el amor y el desamor con el foco puesto en la situación deplorable en la que se encuentran hoy la cultura y el arte en nuestro país, gracias a un gobierno ultraderechista que desfinancia sistemáticamente la cultura y las artes, entre tantas otras disciplinas.
Equipado con orquesta, solistas, coro, composición electroacústica de Macarena Aguilar Taub (MAQ) y cartas de Marina De Caro, el mito clásico se verá profundamente subvertido para dialogar con el público y con el Congreso de la Nación, poniendo en acto lo ya ensayado en los alrededores vallados del edificio legislativo durante los meses pasados, colmado de policías armados a punto de reprimir a cualquiera y en cualquier momento. En esas circunstancias, “Dido y Eneas” nació como un sitio específico para el Teatro Empire, un espacio icónico ubicado a pocos metros del Congreso.
Tal como señalan sus creadorxs, "al término de cada función proponemos revisitar el gesto de Dido y caminar hasta el Congreso acompañadxs de un coro y de lxs artistxs del proyecto. Con la ayuda de un hilo vamos a medir colectivamente el perímetro del edificio para repudiar el contexto de violencia que atravesamos, con la intención de reconstruir la tierra que se ha destruido y pensar otros futuros posibles".
Junto a lxs intérpretes Patricia Villanova, Ariel Osiris, Pablo Foladori, Nube, Cintia Verna, Nico Foresti, Luchi de Gyldenfeldt, Rica, Jorge Thefs, Ana Lignelli, Martín Aletta, Matías Vértiz y un gran elenco, acompañadxs del Ensamble Ópera Periférica, el Coro, el Ensamble Contemporáneo y la dirección musical de Mariana Ferrer, este fin de semana estalla este espectáculo performático y urgente en el Empire para cuestionarse, entre otros interrogantes, “¿Qué hubiera pasado si el fundador de Roma no llegaba a destino y hoy no tuviéramos esa herencia patriarcal apoyada sobre los hombros?”, como señalan Pablo Foladori, Gerardo Cardozo y Mariana De Caro del colectivo Ópera Periférica en diálogo con SOY, a pocos días del inminente estreno.
¿Por qué la denominaron "Ópera de emergencia"?
-Nosotrxs ensayamos esta ópera desde el mes de marzo con los alrededores del teatro vallados y colmado de policías, que estaban armados con cascos, escudos y gas pimienta. En el contexto de emergencia económica, sanitaria, cultural y social nos preguntamos de qué manera podíamos trabajar con una ópera que fuera permeable a este contexto y nos cuestionamos qué tipo de sistema de producción era el más adecuado para eso. Tanto el contexto como la lógica de este montaje responden a la emergencia en la que está nuestro país y nos hablan de la posibilidad de asumir posiciones críticas de obras de repertorio desde nuevas perspectivas. Es como si la misma idea de una ópera de emergencia fuera un imposible y nos interesaba ese desafío y ese contrasentido. De alguna manera, el mito del fundador de Roma y toda su herencia patriarcal fue una oportunidad para trabajar con un grupo de artistas con las que queríamos colaborar, e invitamos a Macarena Aguilar Tau (MAQ), Marina de Caro, Teresa Giarcovich, Mariana Ferrer y Juana Torre Varela, entre otras, a subvertir este mito y repensar otro tipo de orden.
¿Cómo surgió la idea de hacer un clásico como "Dido y Eneas" bajo la estética de Ópera Periférica?
-Hacía algunos años que no trabajábamos con una obra de repertorio. La última vez había sido en 2019 con una ópera de Mozart que montamos en La Matanza, en Puerta de Hierro. Esta vez queríamos hacer una pausa de los capítulos del “Oratorio de Guerra” que habíamos montado desde el 2024 y desarmar una pieza clásica para trabajar con una idea de desguace que nos permitiera pensar nuestro contexto desde nuevas perspectivas. Quisimos trabajar con un mito fundacional y con una obra de repertorio para desarmarla y llevarla hasta el Congreso de la Nación.
ENTRE BARROCAS Y BARRICADAS
Basada en la ópera barroca homónima en tres actos del compositor musical inglés Henry Purcell (1659-1695) con el libreto de Nahum Tate estrenada en 1689, el argumento narra las vicisitudes de amor y desamor entre Dido, reina de Cartago y Eneas, héroe troyano, que proviene a su vez de una historia de amor del poema épico Eneida de Virgilio. En la particular versión de Ópera Periférica y casi como una Ariadna enfurecida, “Dido y Eneas” se reserva un tramo final en el cual se ocupan las calles y se rodea y se mide con un hilo el perímetro del Congreso de la Nación, en un gesto performativo que busca desparramar el espectáculo en el espacio público y abrir nuevos e inesperados territorios para salir del laberinto neoliberal.
¿Cómo encararon la ópera original de Henry Purcell para hacerla propia?
-Trabajamos con la obra de Purcell respetando la partitura original pero con la incorporación de algunos instrumentos que no están en el orgánico: como por ejemplo un gong y el uso de un corno y de un chelo con técnicas extendidas. Una de las danzas se compuso ad hoc para este montaje, así como algunos pasajes de música electroacústica que compuso MAQ. El montaje de la obra está también atravesado por unas cartas que escribió Marina de Caro y que permiten una relectura y una subversión del mito de Dido y Eneas: ¿qué hubiera pasado si el fundador de Roma no llegaba a destino y hoy no tuviéramos esa herencia patriarcal apoyada sobre los hombros?
¿Cómo se relaciona el barroco de Ópera Periférica con otros barrocos, como por ejemplo, el de Purcell?
-Podríamos decir que el barroco con el que trabajamos es ese descentrado del que hablaba Severo Sarduy en sus ensayos sobre barroco y neobarroco. Hay, sin duda, una operatoria que mira el barroco de Purcell desde una perspectiva latinoamericana y contemporánea, y es un barroco que surge también desde lo transdisciplinar y lo indisciplinar. Esa profusión de signos que es propia del barroco está puesta en esta “opera de emergencia”, en signos que surgen y responden a una situación de urgencia y resultan de una necesidad de volver a definir ciertas cuestiones que nos apremian, pero sin las certezas que son propias de una lógica patriarcal. Se trata más bien de abrir signos, sentidos, territorios y cuestionamientos.
Que se pueden leer también en el armado de la puesta en escena
-El trabajo de detalle y la sutileza que tiene la puesta en escena genera una narrativa recargada y exagerada y nos habla de un barroco que si bien podría aproximarse al de Sarduy o al de Perlongher o al de Lemebel, intuyo que responde a otro orden más cercano a la crisis y al contexto que atravesamos en este momento de la historia. Esta búsqueda por entender el contexto y buscar nuevas definiciones responden también a un corrimiento de la norma que se observa en cierto corrimiento y desguace de la pieza original, no para explicar algo, sino para lograr aproximaciones sensibles a otras formas de existencia que aún no sabemos cómo nombrar, pero que sí podemos decir que se alejan de esa norma cruel y patriarcal de la que seguimos siendo víctimas.
Estreno: sábado 4 de octubre a las 20 en el Teatro Empire, Hipólito Yrigoyen 1934.