Tras cuatro semanas de bombardeos aéreos y fuego de artillería, los rebeldes perdieron prácticamente su antiguo feudo del este de la ciudad de Alepo y están arrinconados, junto con decenas de miles de civiles. El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, informó ayer desde Nueva York que el gobierno sirio estableció control sobre todo Alepo, poco después de sellar un acuerdo con los rebeldes sirios que aún controlaban dos barrios, para ser evacuados y terminar las hostilidades en esa localidad.

Durante mucho tiempo Alepo se consideró la ciudad más disputada de la guerra civil siria y se convirtió en símbolo de un conflicto que dura ya más de cinco años. Casi desde el comienzo de los combates, la ciudad estuvo dividida, con el régimen controlando la zona occidental y los rebeldes la zona oriental. Alepo es la mayor ciudad del norte de Siria y antes de la guerra era una importante metrópolis comercial. 

Según informó ayer Churkin los últimos rebeldes armados sirios que quedaban en la zona comenzaron a abandonar la ciudad en los corredores designados, pese a que fuentes de la oposición armada en Alepo afirmaron a medios internacionales que la evacuación empezaría recién hoy. “Según nuestra última información, las acciones militares en Alepo oriental terminaron, así que no hay dudas sobre el cese de fuego o sobre cualquier operación humanitaria especial”, agregó Churkin, en referencia a las denuncias de activistas rebeldes sobre presuntas masacres dentro la zona controlada por la oposición y los pedidos desesperados por evacuar a los civiles, de forma segura, junto con los combatientes. 

Churkin habló en medio de una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, convocada para tratar la crisis humanitaria dentro de Alepo. En un primer momento, el diplomático ruso explicó que la evacuación de los combatientes de los dos barrios que aún quedan en control opositor comenzaría en cuestión de horas. En cambio, fuentes rebeldes, informaron a la prensa internacional que el plan es que los civiles y los heridos serían evacuados en las primeras horas y, luego, los combatientes con sus armas ligeras.

“El acuerdo para evacuar habitantes y rebeldes con sus armas ligeras de los barrios asediados fue concluido bajo el impulso de Rusia y Turquía’’, que apoyan al régimen y a los rebeldes respectivamente, afirmó un jefe rebelde. “El acuerdo entrará en vigor en las próximas horas’’, precisó ayer Yaser al Yusef, de la oficina política del influyente grupo Nuredin al Zinki. “Los que salgan elegirán ir hacia el oeste de la provincia de Alepo o hacia la provincia (vecina) de Idlib (noroeste), en regiones bajo control insurgente”, prosiguió. 

Por su parte, el presidente de la oficina política de la opositora Agrupación Fastaqim, Zakaría Malahifyi, afirmó ayer que el alto el fuego comenzó ya en Alepo. “La tregua ha comenzado ya, los bombardeos y los combates han parado, y mañana saldrán los combatientes”, dijo Malahifyi, que se encuentra fuera de Siria, aunque su organización tiene milicianos dentro de Alepo. 

La evacuación será fiscalizada por dos potencias extranjeras que pelean en Siria: Rusia, aliado incondicional del gobierno de Bashar al Assad, y Turquía, un Estado que permitió el ingreso y egreso de combatientes opositores durante toda la guerra y que hace unos meses invadió el norte del país en conflicto para hacer retroceder a las milicias del Estado Islámico y las sirio-kurdas. 

En el marco de la reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo a los miembros de ese organismo que está informado sobre las negociaciones previas a esta tregua y anunció que el pacto podría ser inminente. “Apoyamos estos esfuerzos y estamos listos para ayudar a aplicar y supervisar un acuerdo de este tipo”, prometió Ban, quien destacó que en las últimas horas se conocieron “informaciones creíbles” de que muchos civiles fueron asesinados en Alepo por bombardeos y ejecuciones sumarias cometidas por el Ejército sirio y sus milicias aliadas que avanzan sobre la devastada ciudad.

La oposición armada controlaba una parte importante de la ciudad de Alepo desde 2012, apenas un año después del inicio de la guerra, y desde entonces resistía continuos embates del Ejército. Sin embargo, a partir de mediados de este año, con la instalación de un asedio total, la situación escaló hasta niveles de destrucción y sufrimiento inéditos en este conflicto, que ya lleva más de cinco años y medio y mató a más de 250.000 personas.

Con la recuperación total de Alepo, Al Assad vuelve a tener en su poder una importante gran ciudad del país. Comenzando por Alepo en el norte, terminando en la capital Damasco en sur, y pasando por Homs, en el centro, el gobierno vuelve a controlar un territorio en el que vive la mayor parte de la población.