Por quinto día consecutivo, los iraníes salieron a las calles en varias ciudades del país en una escalada de protestas contra la política económica y por una mayor apertura política y social del régimen teocrático. Movilizaciones y manifestaciones de esta magnitud no se registraban desde la crisis postelectoral de 2009, ante las que el Gobierno decidió bloquear las redes sociales, mientras que los medios oficiales confirmaron al menos 11 muertos en las protestas, pero sin precisar sus identidades. El presidente iraní, Hasan Rohani, habló por segundo día consecutivo por cadena nacional para pedir manifestaciones pacíficas y dejó en evidenciada una disputa interna con ayatollah Ali Jamenei y el establishment religioso conservador, que administra áreas claves del Estado. 

"Los problemas de la gente no son simplemente de naturaleza económica: están pidiendo más libertades" y "este gobierno no tiene todo bajo su control", fue la defensa de Rohani durante una reunión de emergencia, según la agencia DPA, en un mensaje dirigido a los sectores liberales que impulsan las protestas por reformas culturales y políticas.

El movimiento en las calles comenzó el jueves pasado en la ciudad religiosa de Mashad, uno de los bastiones del principal rival electoral del presidente Rohani, el conservador Ibrahim Raisi. Pese a que líderes y medios occidentales le imprimieron un tono liberal a esta ola de protestas, que Irán no vivía desde la crisis poselectoral de 2009, el inicio de las protestas tuvieron como fuerte condimento la alta inflación en productos básicos y el desempleo, que se ubica en 12,7 por ciento.

Las protestas se extendieron por otras partes del país, incluida la capital Teherán y otras grandes ciudades, donde los reformistas tienen más fuerza y donde sumaron otro tipo de reclamos. El mensaje de Rohani para los liberales está enmarcado en el cuestionado sistema teocráctico iraní. Mientras el presidente dirige el gobierno, la máxima autoridad de la República Islámica de Irán reside en el ayatollah Ali Jamenei y el establishment religioso conservador que lo acompaña en otras posiciones de poder.  Rohani es parte de esta dirigencia religiosa, aunque representa al sector conocido como reformista, que aboga por una mayor apertura política y social, sin romper el sistema actual. 

Frente a la situación económica, en algunas manifestaciones también se escucharon críticas hacia la política internacional del gobierno de Rohani con gritos como "Olviden Palestina" y "Ni Gaza, ni Líbano, mi vida por Irán". En ese juego metió la cola hoy el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien vía Twitter publicó un mensaje a favor de las protestas.

"Irán está fallando en todos los niveles, pese al acuerdo terrible que hicieron con el gobierno de (Barack) Obama. El gran pueblo iraní ha sido reprimido por muchos años. Tiene hambre de comida y libertad. Junto con los derechos humanos, la riqueza de Irán están siendo saqueada. ¡Es tiempo de cambiar!", apuntó Trump, rompiendo con la política de la gestión Obama, que se acercó a Irán para alcanzar el pacto nuclear y evitó interferir en la política interna del país. 

En su discurso de hoy, Rohani se encargó de responderle a Trump al asegurar que "los estadounidenses están enojados porque sus intentos contra el acuerdo nuclear fracasaron ante la resistencia internacional" y acusó al mandatario estadounidense de no poder "soportar el éxito de Irán en la lucha contra el terrorismo y en el reforzamiento de la estabilidad regional, en especial en Siria, Irak y Líbano".

Mientras tanto, los iraníes continúan en las calles y aunque el gobierno de Rohani no desplegó aún las fuerzas de seguridad con orden de reprimir, centenares de ciudadanos fueron detenidos y al menos 11 personas murieron, aunque no fueron identificadas ni se conoce las condiciones en las que perdieron la vida. Las autoridades hasta ahora sólo informaron que dos personas fallecieron ayer en las protestas en la provincia de Lorestan, otras seis en el pueblo de Tuyserkan, a unos 300 kilómetros de Teherán, y otras tres en el pueblo de Shahinshahr, en la misma región.

Un funcionario del pueblo de Izeh había asegurado que dos personas habían muerto en las protestas que anoche sacudieron esa localidad, según la agencia de noticias ILNA, pero estas víctimas fatales no fueron luego retomadas en el saldo oficial de la televisión pública en un contexto de apagón informativo.  La información sobre las protestas está bloqueada en las redes sociales, con el argumento de "mantener la paz".

En paralelo, varios funcionarios ya exigieron públicamente una reacción dura contra los manifestantes e identificaron a los manifestantes como "extremistas" que buscan crear un clima destituyente. En ese tono, el jefe del Poder Judicial, el influyente ayatollah Sadegh Larijani, llamó a todos los fiscales a actuar de oficio para frenar a los manifestantes.  "Insto a todos los fiscales del país a involucrarse y actuar de manera estricta", sentenció el funcionario ante la cámara de la televisión pública.