La posibilidad de una isla
Asomándose por las ventanas, tomando el sol de la mañana en el porche, contemplativos y solitarios, o en felices manadas. Los osos polares de una isla rusa se apoderaron de una estación de investigación abandonada y hace años viven tranquilos en aquellas casas como si fuera lo más normal. Estas tiernas postales se han publicado recientemente en varios medios del mundo. Se trata de imágenes capturadas con dron por el fotógrafo Vadim Makhorov que muestran a grandes osos acomodándose en los restos de una estación meteorológica de la era soviética en la isla Kolyuchin, frente a Alaska. Parece que el fotógrafo estaba probando un dron para filmar el paisaje de la zona cuando vio a los osos y quedó tan divertido como maravillado. “Los osos conocen bien la sensación de comodidad y bienestar”, dijo en sus redes sociales. “Perciben los hogares como refugios”. Los paisajes de las fotos además son hermosos: aquellas estructuras destinadas a un sueño científico en deterioro parecen templos abandonados que los osos han tomado como propios. Y a algunos ositos, incluso, se los ve juguetones intentando alcanzar el dron con las manos. “Los osos polares son depredadores extremadamente peligrosos, pero ¿por qué se ven tan lindos y amigables en las fotos?” se preguntó Makhorov. Aunque no todo es color de rosa, porque gracias a estas imágenes tan viralizadas, algunos científicos aprovecharon para poner sobre la mesa la situación real de los osos polares y otras especies árticas, ya que el aumento de las temperaturas y el derretimiento del hielo marino está modificando tanto su comportamiento como su diversidad genética. Y, advirtieron, si el asunto no cambia, se podrían extinguir en el año 2100.
Materia oscura
Suficientes contingencias existen en el área terrestre, pero es fácil ponerlo todo en perspectiva ante la idea de que apenas vemos un cinco por ciento del universo. Por estos días, astrónomos están investigando lo que podría ser la primera evidencia contundente de lo que se conoce como materia oscura; es decir, una sustancia invisible que, según algunas teorías y muchas polémicas científicas, compone gran parte del universo. Sucede que un inusual resplandor de rayos gamma justo en el centro de la vía láctea apareció en los últimos registros del Telescopio Fermi, a cargo de la NASA y esto podría indicar finalmente su existencia. Hay hipótesis encontradas respecto a esta aparición, pero lo interesante es que la respuesta podría estar bien al sur del mundo, en Chile. Los investigadores creen que el Observatorio Cherenkov, actualmente en construcción y que se convertirá en el más potente del mundo, podría ayudar a resolver este misterio –que en definitiva es un misterio vinculado a nuestro origen– cuando se inaugure el próximo año. “Como la materia oscura no emite ni bloquea la luz, solo podemos detectarla a través de sus efectos gravitacionales sobre la materia visible. A pesar de décadas de búsqueda, ningún experimento ha detectado directamente partículas de materia oscura”, explica Moorits Mihkel Muru, el astrofísico estonio a cargo de la investigación.
A mitad de precio
En algún momento su historia fue épica: una secretaria que al ser despedida de su trabajo emergió como la autora de una saga millonaria. Pero es cierto que desde hace tiempo, la escritora J.K Rowling, creadora de Harry Potter, ha puesto todos sus esfuerzos y casi todas sus apariciones públicas a disposición de una repetitiva, esmerada y un poco desconcertante causa transfóbica. Esto la ha llevado a pelearse con usuarios de internet, claro, pero incluso a insultar a los popularísimos y amados actores de la versión cinematográfica de su propia saga. Y por estos días, la tuvieron de punto hasta en el icónico programa Saturday Night Live donde un actor disfrazado de Dobby, el popular elfo doméstico, aparecía para explicar lo que “verdaderamente es una mujer”. A una menor escala, aunque igual de viral en redes, se le han sumado algunas iniciativas. Como un estudio láser de Manchester, al que le siguieron varios estudios de tatuajes con propuestas similares, que promete ofertazos para eliminar tatuajes de Harry Potter a mitad de precio. “Alrededor del 16 por ciento de las personas se arrepienten de haberse hecho un tatuaje, menos del uno por ciento se arrepiente de la cirugía de afirmación de género y el cien por ciento de las personas queer se arrepienten de sus tatuajes de Harry Potter (última estadística no verificada)”, fue el mensaje de promoción.
De vuelta a casa
Aunque a los 16 años, su habilidad como bailarín llamó la atención del director británico Nicolas Roeg, y la película Walkabout propulsó una carrera que duraría cinco décadas, el notable actor australiano, de origen yolngu, David Gulpilil siempre quiso volver a casa. Es por eso que antes de morir en 2021 a causa de un cáncer de pulmón, pidió un último deseo: ser enterrado en el territorio de sus antepasados, en la Tierra de Arnhem Oriental, reserva de los pueblos originarios del norte de Australia. Cumplir ese deseo se convirtió en una tarea monumental para sus cercanos, y también el tema de un documental recién estrenado llamado Journey Home, David Gulpilil. El viaje comenzó en Murray Bridge, en Australia Meridional, donde el actor hizo su vida y su carrera, pero se extendió más de 4000 kilómetros y duró casi un año. La cosa es que el cuerpo de Gulpilil tuvo que permanecer en la morgue local durante ocho meses mientras su afligida familia esperaba que pasara la temporada de lluvias para continuar la travesía. Y al constatar que aquella esperanza se desvanecía, fue necesario entonces activar artillería mayor. Barcos artesanales sobre ríos infestados de cocodrilos, helicópteros, vehículos todoterreno, largos tramos a pie con el ataúd a cuestas e incluso aviones sobrevolando a baja altura las comunidades para que la gente pudiera despedirse. Una travesía, y por supuesto un rodaje, increíblemente exigentes para concretar un documental en el que las realizadoras Trisha Morton-Thomas y Maggie Miles se ocuparon de entrelazar material de archivo con el viaje y los rituales funerarios tradicionales que se llevaron a cabo durante diez días, ya en casa, para honrarlo. La película está narrada por el actor Hugh Jackman, producida por el rapero, también de origen yolngu, Baker Boy y por Jida Gulpilil, el hijo mayor de David. “Estábamos hundidos hasta los muslos en el lodo del manglar y sabíamos que tendríamos una mínima posibilidad de salir si un cocodrilo decidía cenar”, recuerda, ahora de mejor humor, la directora Morton-Thomas. “Es cierto que podría haber habido una solución más fácil. Algunos dijeron: ‘Dejemoslo donde está su hermano, para que todos puedan venir’”, explicó Jida. “Pero tras su muerte realmente nos dimos cuenta de que teníamos que cumplir su voluntad, a como diera lugar”.





