Los activos bursátiles argentinos volvieron a mostrar su capacidad de moverse del estallido a la euforia en un abrir y cerrar de ojos. Octubre cerró con un pico de subas en las acciones y en los bonos soberanos y un desplome del riesgo país. Septiembre había sido el polo opuesto y muchos analistas aseguraban que había elevadísimas chances de entrar en default. En esos dos meses, más allá de las elecciones, no hubo cambios estructurales. El equipo económico sigue sin poder bajar la inflación