La detención del titular del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme) y empresario de medios en La Plata, Marcelo Balcedo, es la historia de una caída que, según ex empleados y dirigentes gremiales, ya se hacía evidente. Fue detenido ayer junto a su esposa Paola Fiege en una propiedad que posee en Punta del Este en el marco de una causa que investiga el presunto vaciamiento del gremio, delitos tributarios y lavado de activos. Ahora la pareja espera que la justicia uruguaya autorice su extradición.

La orden de detención la impartió el juez federal Ernesto Kreplak a cargo del Juzgado Criminal y Correcional 3 de La Plata. La imágenes de la detención lo muestran a Balcedo con sus muñecas apresadas por un precinto junto a una serie de pistolas y otro tanto de municiones. Los canales de televisión reiteraron ayer lo fastuosa que es la casa que tiene en la ciudad uruguaya, los autos importados y los 500 mil dólares que le incautaron. En ese marco, en los mentideros gremiales el caso Balcedo rápidamente lo compararon con el encarcelamiento del titular de la Uocra de La Plata, Juan Pablo “Pata” Medina. Es decir, no es la regla sino otra excepción en el mundo sindical. Los medios afines al gobierno buscaron mostrar a Balcedo cercano al kirchnerismo pero la historia reciente lo muestra como un aliado al macrismo a través de su vínculo con Gerónimo “Momo” Venegas y su pertenencia a las 62 Organizaciones, un sector claramente identificado con el gobierno de Cambiemos. 

Según consignó la agencia Télam a Balcedo lo detuvo un grupo integrado por efectivos de fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia de Uruguay, la Gendarmería y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). El proceso surgió a partir de una denuncia que realizó la AFIP luego de detectar la extracción de dinero en efectivo realizadas desde la cuenta bancaria del Soeme y que la justicia considera que están vinculadas a maniobras de lavado de activos. A los pesquisas le genera sospecha la adquisición de propiedades y autos de alta gama porque consideran que los titulares carecen de las condiciones económicas para adquirirlos. Según trascendió, la AFIP fue la que puso el alerta sobre esas extracciones de dinero en efectivo que superan los 53 millones de pesos.

No es la primera vez que Balcedo tiene problemas con la justicia como tampoco es la primera vez que se recluye en Uruguay. El sindicalista no sólo heredó de su padre el gremio sino también el emporio editorial que supo construir en la capital bonaerense. Antonio, el padre de Balcedo, tuvo una larga historia en el sindicalismo hasta que falleció en agosto de 2012. A finales de los sesenta fue uno de los que dirigentes sindicales que integraron la mítica CGT de los Argentinos aunque, como recuerdan dirigentes de la actual central obrera, con los años “volcó, y su hijo siguió sus pasos”. Un eufemismo para no decir que se dedicó a negocios non sanctos. Sin historia como empleado u obrero de minoridad y educación fue designado en la comisión directiva que conducía su padre para luego hacerse de la secretaría general una vez que Antonio falleció. En la CGT, por caso, no guardan buenos recuerdos de ambos y su sindicato carece de peso en la interna sindical. Eso no quita que su gremio tenga una importancia dentro del esquema gremial bonaerense ya que en la última, complicada y extensa paritaria docente rompió el frente gremial interno para acordar con la gobernadora María Eugenia Vidal.

Balcedo padre creó lo que se conoce como el diario Hoy que en los noventa le sumaron la radio 92 y la revista La Tecla, ambas controladas por Emisiones Platense S.A. Según una detallada investigación realizada por estudiantes de periodismo de la Universidad de La Plata y publicada en la web Diario Contexto con el nombre de “Profesionales de la Extorsión”, sostiene que los medios de comunicación de los Balcedo terminaron transformados en herramientas para extorsionar a funcionarios a cambio de lograr beneficios para el grupo. El trabajo detalla una causa judicial donde se “acusa a Marcelo Balcedo y a sus operadores políticos de extorsión, a partir de archivos de imágenes y audios registrados en diversas reuniones entre empresarios locales que prueban los aprietes en los que se exigía pautas publicitarias o créditos sin garantías”. 

Esto ocurrió en 2007 pero el trabajo de los estudiantes también destacan una denuncia similar en 2002 que realizaron legisladores provinciales Juan Amondarain, Alberto Delgado, Raúl Pérez y Nicolás Dalesio quienes “demandaron a Balcedo por coacción agravada en dos hechos de concurso real”. En esos años, el gremialista y dueño de medios pretendía que le aprobaran algunas leyes pero con la denuncia desapareció, como dicen las viejas crónicas policiales, de los lugares que solía frecuentar. Periodistas que trabajaron en esos años en el diario recordaron ayer haber estado en reuniones de edición con Renée, la madre de Balcedo y directora del diario, y que ella interrumpiera el encuentro para hablar por teléfono con su hijo que estaba siendo buscado por una justicia que no lograba dar con su paradero.