En 1962, Antonio Berni ganó el Gran Premio de Grabado y Dibujo de la Bienal de Venecia. El galardón lo obtuvo gracias al envío que hizo la Argentina de diez collages, cinco dibujos a tinta y cinco xilo-collages acerca del personaje Juanito Laguna. Esa técnica, el xilo-collage, fue algo que inventó para la ocasión: colocó diferentes objetos en el taco de madera para que dejasen su marca una vez entintados y estampados. Una de las obras que más trascendió de aquella serie fue la que se tituló “Juanito pescando”; allí estaba el niño junto a un zanjón contaminado, sosteniendo una caña de pescar improvisada. El paisaje estaba compuesto justamente de materiales de desecho reales –pedazos de madera, alambres, telas viejas, cartones, chapas oxidadas–, que habían sido adheridos al taco. Esa chatarra y esa mugre, que ya eran una marca personal en su obra, se transformaban en una nueva herramienta para producir un nuevo tipo de imagen. La obra de la artista Gal Vukusich parecería insertarse en esa tradición que busca en la basura algún elemento que le sirva para construir algunos paisajes urbanos, un relato sobre vivir en una ciudad brillante, pero precaria.
Su nueva exposición en la galería Ohno, titulada Medium adolescente, que contó con curaduría de la artista Marcela Sinclair, reúne una serie de obras creadas a partir de diversos materiales descartables. Vukusich es una recicladora urbana. Las obras se construyen sobre ventanas de colectivos antiguos y adentro de cajones de oficina antiquísimos, hechos de chapa, sacados de muebles casi inamovibles. Con latas, cadenitas, billetes de baja denominación y ropa interior ajada, la artista exhibe una serie de collages que muestran retratos, nocturnos, figuras más abstractas y pasajeros del transporte público con los pelos al viento.
A simple vista, estas decisiones formales ponen en evidencia la manera en la que la obra de Vukusich fue ganando espesor en el último tiempo. A diferencia de lo que ocurría en su anterior exhibición, el despliegue de nuevos materiales que aparecen en esta oportunidad muestra a una artista que no se dio por satisfecha con los recursos que ya trabaja. Su anterior exposición se limitó a presentar una serie de dibujos hechos con alambres de aluminio, cadenas con chucherías y mostacillas junto a unas pocas esculturas de leña, piedra y madera. Varias de esas cosas están en Medium adolescente, pero el abanico de opciones se amplió. La artista, al parecer, necesitó revolver un poco más la basura para poder crear estas obras. A su vez, los dibujos de esa otra vez eran profundamente narrativos, mientras que estas piezas que aparecen ahora incluyen juegos de figura-fondo, símbolos y composiciones abstractas que no habían aparecido antes. Pero más allá de las similitudes y semejanzas, Vukusich mantiene firme su compromiso de seguir apostando por el romance que mantiene con el mundo de la artesanía y la estética del stand de feria, acaso el único espacio que enaltece a la artesanía y que exhibe chiquitajes como si fueran diamantes Swarovski.
La mugre que junta una exposición y la otra parece ser la geografía. El trabajo de Vukusich es profundamente geográfico. Sus imágenes no están insertas en la nada, flotando en el éter del divague, sino más bien situadas en un lugar y momento específico. Si su trabajo anterior se situó en Villa Pampi, provincia de Córdoba, frente a los predios del Hospital Santa María de Punilla, en esta oportunidad la gran ciudad gana terreno en las imágenes. Medium adolescente es el final de las vacaciones, la vuelta al cole, es el mes de marzo poniendo en marcha una ciudad entera y, por sobre todas las cosas, moviendo a las personas de un lugar a otro. El subtexto de esta muestra es el desplazamiento: las chicas que se miran en frente del espejo antes de agarrar la calle para tomar el colectivo hacia la discoteca, el trabajador gris que va al microcentro, los jubilados que van hasta el Congreso a la espera de una nueva paliza semanal. Las obras de Vukusich son un poco esas de Berni y otro poco como la canción de Fito Páez y Luis Alberto Spinetta “Instant-Taneas”: una forma de nombrar toda la sucesión de situaciones, emociones, colores, mugre y canutos hechos con billetes que existen al mismo tiempo en una misma ciudad. Música en los colectivos, caen del celular gotas de humedad.
El premio al más raro se lo lleva un mural casi negro al que apuntan los collages hechos sobre ventanas de colectivos. La imagen que genera el conjunto es un poco perversa; un grupo de gente dirigiéndose al abismo. Sin embargo, más allá del chiste de mal gusto, resulta ser un comentario profundamente actual y pertinente. Con esa disposición, la artista señala algunas preguntas que recorren este momento de esta ciudad –y por qué no del país– acerca del devenir. Es una manera sutil de decir, como también decía aquella canción fechada en 1986, que estamos al borde de un cielo sin sol.
Medium adolescente se puede visitar de miércoles a sábados, de 14 a 19, en la galería Ohno, 25 de mayo 476, piso 9. Gratis.



