“El artefacto encontrado frente al Departamento de Policía, según informó la propia policía, y la identificación de volantes apócrifos y truchos que tendrían nuestra firma es una provocación contra el propio Partido Obrero, contra su lucha y su historia”, dijo a PáginaI12 el dirigente de esa agrupación política Marcelo Ramal sobre dos bombas desactivadas ayer por la brigada antiexplosivos en avenida Belgrano y Virrey Ceballos, en la CABA. Según informó la Policía de la Ciudad, un bombero de civil tomó servicio por Cevallos cuando sintió olor a pólvora y pudo notar que debajo de un carro de asalto había dos paquetes sospechosos, por lo que dio aviso. 

El jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, detalló que el paquete estaba compuesto por “tubos de gas butano con baterías de 9V”, y evaluó que “es de elaboración casera, posiblemente hubo una falla por lo que no logró explotar y el humo permitió detectarlo”. Roncaglia también adelantó que se están analizando las cámaras de seguridad de la zona y que ya se detectó “a una persona colocando los explosivos a cara descubierta”.

El jefe de la fuerza de seguridad informó que se encontró un panfleto con la firma del Partido Obrero en el que se pide “libertad a los argentinos presos en Congreso o los ataques seguirán”. De todos modos, evitó vincular a la agrupación política al señalar que resulta “extraño” que un hecho de estas características lleve una firma. 

“Jamás llevamos adelante acciones de este tipo, y el único objetivo que tiene es ensuciar la lucha que estamos encabezando por la libertad de militantes detenidos por haberse movilizado contra la reforma jubilatoria”, agregó Ramal en diálogo con este diario. “La sintaxis de esa carta ya da la pauta de una maniobra podrida frente a una lucha popular que está cobrando gran difusión”, señaló el dirigente del mismo partido, Jorge Altamira. En las cuentas de Twitter algunos militantes trotskistas repararon en el hecho de que “es tan burda la operación de la falsa bomba que quieren atribuirle al PO que dice ‘libertad a los argentinos presos, Partido Obrero’, ni siquiera saben que piensa un trosko como para hacerse pasar por uno, son servicios mal entrenados del tercer mundo”.

El PO viene siendo objeto de sucesivos hechos que pretenden vincularlo a hechos de violencia o siendo víctima de los mismos, como lo ocurrido ayer cuando militantes pintaban por la libertad de su compañero César Arakaki, preso en Marcos Paz acusado en la causa por la represión del 18 de diciembre, y policías de la Ciudad los gasearon y revolearon los materiales con los que hacían el grafitti. “Rechazamos esta patraña y esta acusación miserable, y alertamos sobre el hecho de que se pretenda construir algún tipo de acusación contra el PO, que será rechazada con la misma fuerza que hemos defendido nuestras luchas por más de cincuenta años”, destacó Ramal sobre la bomba.