La maniobra de distracción montada por el gobernador Gerardo Morales para desviar la atención de la muerte de Matías Puca, atropellado por jóvenes acomodados de la alta sociedad jujeña, incluyó humillaciones y apremios ilegales, denunciaron desde la Tupac Amaru. “Vinieron directamente a pegar. Se burlaban todo el tiempo de nosotros”, relató David Lonzayes, compañero de Mirta Rosa Guerrero, conocida como Shakira, detenida hace un año y medio en el marco de la persecución contra Milagro Sala y la organización. “Maricón, qué te hacés el malo”, lo provocaban los miembros de la patota que lo arrancaron de la cama, mientras su hijo Tiziano lloraba desconsolado. A Adriel, otro hijo de Shakira, de 21 años, lo golpearon junto a su novia. Se los llevaron detenidos por “averiguación de antecedentes” porque no tenían orden de detención. La denuncia por los apremios se radicó en la comisaría de alto Comedero.
Pese a que el lavado de activos es de competencia federal, la justicia provincial imputó a Guerrero, a Sala y otros en una nueva causa, que se inició en febrero de 2017 pero recién la semana pasada decidieron activar. A pedido del fiscal Diego Cussel, el juez Isidoro Cruz ordenó 21 allanamientos y una excavación en el dique La Ciénaga, donde los perros trabajaron en vano. Uno de los 21 allanamientos en plena feria judicial fue en la casa de Shakira, que ya había sido allanada tres veces. La infantería ingresó por el fondo, sin golpear la puerta. Mientras Lonzayes dormía, saltaron sobre la cama y lo tiraron al suelo. Su hijo de 9 años corría de un lado a otro. Lo esposaron, lo subieron a un móvil y recién una hora después, cuando llegó un funcionario y escuchó los gritos del niño, ordenó liberar al padre y entregárselo. Adriel también dormía cuando se inició el operativo. Estaba con su novia. Semidesnudos los tiraron al piso y patearon al joven. La chica tuvo que pedir permiso para ponerse algo de ropa. Los esposaron y los subieron al móvil, pese a no existir orden de arresto en su contra. Cuando pidieron que les aflojaran las esposas porque los lastimaban, los dieron vuelta y los esposaron por la espalda, más fuerte que antes.