Por la mañana y previo a la masiva movilización, con la consigna “Ni un minuto de paz para los genocidas”, medio centenar de militantes de diversas agrupaciones quemaron un muñeco y lanzaron bombas de estruendo frente a los policías que custodian la casa del represor Miguel Etchecolatz. “La sangre derramada no será negociada; no al indulto encubierto a los genocidas”, plantearon los jóvenes con máscaras para recordar a Jorge Julio López. Según medios locales, participaron de la actividad el Movimiento Teresa Rodríguez, el Frente por los Derechos Humanos y la Dignidad, Votamos Luchar, el Espacio Sindical de Base, el Centro Cultural La Vía Orgánica, la Asamblea en Defensa de la Cultura y el Partido Revolucionario Marxista Leninista, con el apoyo de Radio La Revuelta.