Impulsado por los renovados aumentos en las tarifas de servicios públicos y los combustibles, el denominado IPC-Congreso arrojó un aumento del 3,1 por ciento en diciembre. La medición de precios que difunden los legisladores de un sector de la oposición cerró el año pasado con una escalada del 24,6 por ciento. La cifra informada ayer supera en 7,6 puntos porcentuales el techo de la meta de 17 por ciento autoimpuesta por el Banco Central para 2017. El informe estima un incremento de 1,7 por ciento para la inflación núcleo que excluye las variaciones de los precios regulados y productos con fuertes variaciones estacionales. A contramano de la lectura oficial sobre la política antiinflacionaria, los responsables del relevamiento señalan que “independientemente de las subas tarifarias, la inflación permanece en rangos preocupantes”. Mañana se conocerán las estimaciones del Indec.
“En 2017 la inflación alcanzó 24,6 por ciento, en línea con la velocidad crucero del proceso inflacionario que comenzó hace más de una década”, sostiene el documento presentado por diputados del Frente Renovador, Partido Justicialista, Libres del Sur y Partido Socialista al señalar el fracaso del titular del BCRA, Federico Sturzenegger, para contener la escalada de precios. Desde esos bloques indicaron que entre abril de 2016 y noviembre de 2017, el IPC-Congreso y las mediciones oficiales mostraron “una muy elevada correlación y, por ende, subas acumuladas muy similares”. A la espera de los datos del Indec, remarcaron que “en los primeros 11 meses de 2017 ambos índices mostraron una suba acumulada de 20,9 por ciento”. La precisión parece buscar que el organismo oficial no sorprenda con los números del último mes del año, para tirar para abajo el resultado anual.
“Con la inflación de 24,6 por ciento, en 2017 las jubilaciones y la AUH se recuperaron en términos reales sólo 2,7 por ciento, lo que implica que aún muestran una pérdida de 4 por ciento entre puntas frente a 2015”, indicaron los responsables de divulgar el IPC-Congreso, que ofrece un promedio de las mediciones realizadas por distintas consultoras privadas del microcentro porteño. El documento sostiene que los aumentos del mes pasado estuvieron impulsados por el alza de “Vivienda y Servicios Básicos” y “Transporte y Comunicaciones” que dan cuenta de los tarifazos en los servicios públicos y la liberalización del precio de los combustibles, respectivamente.
Los investigadores del Instituto Estadístico de los Trabajadores que depende de la UMET estimaron que si las naftas suben 25 por ciento, la electricidad y gas 50 por ciento, las prepagas y el agua 25 por ciento y el transporte público 40 por ciento -un promedio entre el 67 por ciento del área metropolitana y un 25 por ciento en el resto del país-, la inflación sumará 5,4 puntos porcentuales adicionales en 2018. La cifra representa, por si sola, más de un tercio de la meta propuesta para el BCRA. “Asumiendo una depreciación del dólar del 15 por ciento para 2018 que lo lleve a 21,80 pesos a fin de año, aumentos en los servicios regulados, precios internacionales estables y paritarias al 19 por ciento, nuestra primera proyección es una inflación del 21 por ciento a fin de año”, expresa el último informe del IET-UMET.