El papa Francisco inició el año con una gira por Chile pocos meses después haber realizado  otra por Colombia  y suspender una visita a Brasil. Celso Amorim interpreta los movimientos del pontífice en clave diplomática. “Debo decir que gusto del papa Francisco, y creo que él y el Vaticano al definir sus movimientos en América Latina tienen una tienen una clara noción de la ilegitimidad de este gobierno, de la repulsa internacional que tienen las autoridades brasileñas”, plantea Amorim. “Luego del protagonismo  logrado por Brasil durante el gobierno de Lula hoy nuestro  país no tiene ningún peso, su opinión no cuenta en la escena internacional” , añade. “Lo último que haría sería defender al gobierno militar pero al final de ese gobierno, cuando comenzó la democratización, la repulsa del Joao Baptista Figueiredo (último dictador) era menor que el rechazo que causa el gobierno actual de Brasil”.