La web está llena de información sobre MDA. Quien lo necesita lo encuentra. Eso es lo que he corroborado con el tiempo, viajando por el país y encontrándome con artistas desconocidos que me hicieron saber hasta dónde les son útiles estos escritos que durante los años de docencia he colgado en la red como quien tira una botella al mar. Si bien el tono en su mayor parte está dirigido a los artistas participantes de los talleres que dicto, para mi gran alegría su uso se extendió por provincias y países cercanos. 

Este modo de trabajo ha generado grandes cambios de dirección en empresas y modos de construcción de obra de muchos artistas. Todos los medios son bienvenidos y los espacios para desarrollar este modo de acercarse al arte no han dejado de sumarse: jardines, escuelas, universidades, proyectos empresariales, artistas anónimos y despliegues internacionales. Con estas pautas trabajamos en distintos sectores sociales y con una variación de audiencias entre artistas y no artistas: desde el jardín de infantes hasta la universidad, en instituciones y fuera de ellas. 

La urgencia de escribir este libro es la misma que me impulsa a pintar, dar una clase, producir eventos colectivos o poner en marcha cualquier otra faceta de mi obra. 

Hace más de tres décadas que me dedico a la formación de artistas, acompañándolos en el proceso de aprender a mirar la producción propia y ajena. Mi saber está ligado a la experimentación, a la tarea docente, al trabajo junto a otros artistas y al oficio de pintar. 

Creo que ser artista y ser maestra son dos actividades inseparables que se alimentan mutuamente. De esa combinatoria nace este método de enseñanza. 

Con el tiempo la docencia adquirió el mismo valor de obra que otras producciones colectivas que son parte fundamental de mi práctica artística. En ellas despliego mis acertijos en relación a pilares constitutivos del concepto de Arte, como la Fe, la Palabra y el Mercado, para entenderlos, investigarlos y tomar una postura al respecto. 

Hacer este libro es una oportunidad de tomar distancia y pensar en el alcance de mi praxis educativa, apreciarla en su totalidad: igual que cuando estoy pintando y llega el momento de alejarme del cuadro para poder verlo mejor. 

Después de tantos años de formar artistas y de implementar nuevos recursos que incentiven la comprensión del arte sin las rigideces y anacronismos del sistema académico, me llegó la hora de articular todos los recursos y conocimientos que fui desarrollando y que he dado en llamar Meìtodo Diana Aisenberg, o MDA. 

Gran parte de mi labor está basada en cómo me hubiera gustado recibir o experimentar el Arte como aprendiz. El motor de estas páginas es en gran medida la antirreferencia y mucho más el agradecimiento a los colegas, a los maestros y a la lecturas que me indicaron que nuevos circuitos serían posibles. El primer paso fue juntar todo el material que había divulgado a través de blogs y de publicaciones independientes o institucionales, más el proveniente de conferencias, proyectos colectivos, entrevistas, reseñas y páginas. Pensando en ustedes, artistas y lectores curiosos, revisé todos esos escritos y testimonios con la idea de compilarlos en formato libro. Mi fe en la palabra escrita me llevó a transcribir acá los fundamentos de mi método de enseñanza y a incluir también algunos ejercicios y tips provenientes de mis clínicas y talleres. 

Esto es la punta de un iceberg del legado que quiero transmitir, porque me urge hacerlo y espero cariñosamente que sea de utilidad. Quiero agradecer a cientos de personas que pasaron por esta práctica y continúan su labor dirigiendo instituciones, participando en galerías, bienales, residencias, a los que pintan en la calle, a los que ilustran libros, dan clase en todos los niveles de educación, los que abren talleres, los que viven del arte en cualquiera de sus modos de revelarse, a los artistas que transforman día a día el entorno que habitan. 

Sé que es imposible concentrar tanta información en un tomo de doscientas páginas. Aun así, creo que vale la pena presentar fragmentos o pequeñas muestras de lo que se produce y activa, lo que se debate e interroga en mis talleres y clínicas de arte. Los invito a pasearse por estas páginas, ya sea siguiendo el orden de impresión o abriendo el libro en cualquier parte, como lo dicte el azar. 

Éste es un libro de compañía. Se adapta a cualquier uso, según el tema de interés de cada lector. Es recomendable para todos los docentes de todas las aìreas. Den la bienvenida a las dudas y preguntas que generen estos escritos. 

Confío en que los artistas sabrán cómo aprovechar estas páginas.

Aquí encontrarán las bases y pilares de MDA, los quehaceres y conceptos que siempre retornan, y una cantidad de herramientas. 

* Prólogo del libro MDA, apuntes para un aprendizaje del arte, publicado por Adriana Hidalgo Editora.