Freud dice en uno de sus textos que “hasta ahora hemos dejado en manos de los poetas pintarnos las ‘condiciones de amor’ bajo las cuales los seres humanos eligen su objeto y el modo en que ellos concilian los requerimientos de su fantasía con la realidad”1.
Un siglo después, muchas de esas fantasías se hicieron realidad. Hoy en nuestra sociedad hay familias ensambladas, familias homoparentales, familias trans, niños trans, familias monoparentales: madres solteras, padres solteros que alquilan vientres y otros tantos otros tipos de familias.
Hay familia en la medida que un ser hablante incorpora a un otro como su partener. También hay familia cuando un ser hablante desea tener un hijo. Para que haya familia no es necesario que sean dos sujetos los que desean tener un hijo. Puede haber familia aunque uno o una deseen tenerlo. Es el amor el que lleva a la formación de nuevas familias.
No dejemos que las instancias sociales dominen a las naturales. “La naturaleza no es anormal, sólo la falta de vida es anormal”, diría Carson McCullers. No dejemos que dominen los prejuicios ni lo moral. Como comunidad psicoanalítica debemos absorber las diversidades y oír lo que está pasando socialmente.
“La cultura introduce una nueva dimensión en la realidad social y en la vida psíquica. Esta dimensión especifica a la familia humana, al igual que todos los fenómenos sociales del hombre”, dice Lacan en su texto La familia.
La cultura es el discurso del Otro, siendo lo más propio del sujeto y hasta puede tornarse ajeno, cobrando un matiz de siniestro.
Para esto debemos trabajar con el lenguaje y desde el lenguaje.
El lenguaje insaciable en su sed representa. Hace relación entre un significante y otro. Las palabras copulan en oposición. Esto responde a la lógica binaria del significante. El lenguaje es bidimensional y reproduce sentido.
La lengua es del Otro, no es propia y se impone en un eterno movimiento.
Ya desde antes de nacer hablan de nosotros, nos ponen un nombre y es el otro el que nos nombra con una fuerza invisible. Somos lo que dicen de nosotros. Somos hablados por el otro. Nos construimos a partir de lo que nos han dicho.
Como nacemos del campo del Otro habrá que descolonizarse, pasando de la lengua del Otro a una nueva otra lengua, para que surja en la intimidad del desgarramiento una boca con otra lengua.
El lenguaje condena pero también libera y tiene una importancia sideral en la construcción del pensamiento y el modo en la transmisión de la realidad. Cada sociedad se ve reflejada en su lenguaje como telón de fondo. Tiene que haber un cambio en el lenguaje para que haya un cambio social. Si no cambia el lenguaje, nunca va a cambiar la sociedad.
Ya dejó de hablarse de familia. Se habla de “las familias” porque de ese modo es incluir la diversidad. Las familias diversas. Sin duda esto está propulsado e impulsado por la ley de matrimonio igualitario y la ley de género que posibilita cambiar de sexo en el documento.
Hoy, para romper con la íntima relación entre lenguaje y realidad, existe una militancia que busca nombrar aquello que la sociedad resiste incorporar. Esta militancia cuenta con el lenguaje como un instrumento de lucha. Produce una implosión del lenguaje para incorporar nuevos significantes que rompen la lógica binaria. Haciendo, de este modo, que contemos con la posibilidad de plurinominación de estados y de géneros sexuales.
Donde más se evidencia la plasticidad del lenguaje es en la poesía. La poesía crea una nueva lengua dentro del lenguaje mismo. Nace una lengua con música y con voz propia. En la poesía se conquista la propia voz.
La poesía es creación de un sujeto que asume un nuevo orden de relación simbólica con el mundo2. Nace una lengua con resonancia corporal que permite habitar la profundidad de lo ilimitado.
Somos lengua y somos poesía si logramos hacerle algo al lenguaje.
Seamos militantes de la palabra. El lenguaje se construye y se des construye, manejemos un lenguaje inclusivo para salir de la lógica binaria, del pensamiento binario y de la estigmatización.
Y creo que uno de los trabajos que tenemos como analistas es destrabar prejuicios moralistas moviendo el lenguaje para crear una nueva lengua y agujerear el binarismo simbólico mesurado.
Seamos militantes poéticos para inventar una lengua como lo hace la poesía.
1. Freud, S.: “Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre.
2. Lacan, J.: Seminario 3: Las Psicosis.
* Licenciada en Psicología, psicoanalista. Miembro de la Asociación Argentina de Salud Mental.