"El único que puede lograr consensos para reformar la constitución es el gobernador Lifschitz", soltó el presidente provincial de la UCR Julián Galdeano, quien puso al titular de la Casa Gris como el más capaz a la hora de alcanzar una modificación de la Carta Magna santafesina, por sobre sus antecesores Carlos Reutemann, Jorge Obeid, Hermes Binner y Antonio Bonfatti. De todos modos, el legislador radical consideró que Lifschitz "tiene tantos actores propios y ajenos que le están marcando la cancha permanentemente" y "daría la sensación de que le cuesta marcar el rumbo y conducir el proceso político de la reforma". Por otro lado, Galdeano rechazó la posibilidad de construir un frente amplio junto a socialistas y peronistas. "Amontonarse no ayuda", remató.

-‑ ¿Cómo tomó este coqueteo entre socialistas, radicales y peronistas para armar un frente amplio?, preguntó Rosario/12.

-‑ Hay quienes no tuvieron un resultado electoral en las últimas elecciones acorde a sus expectativas y trasladan a un análisis público lo que pueden ser consideraciones respecto de un retroceso del Frente Progresista en la provincia o en muchas ciudades de Santa Fe. No veo que haya nada serio hoy todavía, creo que el radicalismo puntualmente tiene en los lugares donde hay senadores del justicialismo un desarrollo con perspectivas de crecimiento y futuro, nunca hemos cedido el espacio territorial y estuvimos muy cerca de ganar donde hoy hay senadores del peronismo. No somos esquivos al diálogo político con nadie, pero cada uno en su partido y defendiendo sus posiciones como corresponde, amontonarse no ayuda. No hay un diálogo político desde el socialismo y el radicalismo con algún sector de la política provincial. El Frente tiene dificultades políticas, las tiene el socialismo sin dudas, con un nivel de interna, no de interna, de diferencias públicas, políticas, electorales y de expectativas a futuro.

-‑ ¿Con esas diferencias, arrastra el socialismo a todo el Frente?

-‑ Por lo pronto lo coloca en una situación de dificultad cada vez mayor de encontrar una síntesis política a futuro. La primera gran distinción que hay que hacer es si el Frente es una fuerza acotada a la provincia. ¿Es una fuerza que tiene vinculación inescindible con un posicionamiento nacional? Eso de por sí va a establecer la participación o no del radicalismo en ese espacio.

-‑ ¿Cuál debería ser el posicionamiento a su entender?

-‑ Veo que el gobernador tiene una mirada más santafesina del Frente como opción política, pero hay sectores del socialismo que lo quieren hacer jugar como una cabecera de playa de un posicionamiento nacional. Eso automáticamente coloca al radicalismo fuera.

-‑ ¿Habla del sector que lidera el ex gobernador Bonfatti?

-‑ Yo no lo personalizo porque después se me quejan algunos amigos del socialismo, pero sí percibo quienes hoy plantean concretamente "podría ser Bonfatti, Galassi o Contigiani", cualquiera. No me interesa personalizarlo, pero sí quienes hoy pueden tener una mirada de que la participación del socialismo en un esquema provincial no puede ser ajena a un posicionamiento nacional. ¿Dónde va a estar el radicalismo en la presidencial del 2019? En Cambiemos ¿Puede el radicalismo de Santa Fe participar de una opción política que vaya en contra del radicalismo nacional en esa misma presidencial? No, no va a poder ir en contra. Esto implica que la opción política que el radicalismo integre en Santa Fe no puede ser contrapuesta a sus objetivos nacionales de un partido nacional como el radicalismo. No implica que nosotros abandonemos el Frente e ir en Cambiemos, implica que no podemos ir en contra de lo que Cambiemos va a expresar a nivel nacional.

-‑ Lifschitz dijo que la chance de reforma está muy verde. ¿Realmente es así?

-‑ Se requiere de un gran consenso para reformar la Constitución de Santa Fe, lo han intentado Reutemann, Obeid, Binner, Bonfatti y no lo han conseguido. Entiendo que debería ser un tema en la agenda política separado de las cuestiones más partidarias y electorales, pero la realidad indica que eso no es sencillo, así como creo que la posibilidad de reelección fue un obstáculo que impidió que la reforma se materialice, yo sinceramente creo que el único que puede lograr consensos es el propio gobernador, a la inversa de aquellos momentos donde se intentó la reforma.

-‑ ¿Su pragmatismo lo convierte en el único capaz de lograr ese consenso?

-‑ Sí, lo que pasa es que ese pragmatismo, que es valioso y ayuda en la gestión pública y que ayuda a que el gobernador tenga una gestión hoy que es valorada por los santafesinos más allá de las coyunturas políticas, creo que en algún momento debe conducir el proceso. Cuando tiene tantos actores propios y ajenos que te están marcando la cancha permanentemente daría la sensación de que le cuesta marcar el rumbo y conducir el proceso político de la reforma. Eso es un obstáculo insalvable, porque la sociedad no está pensando en esa necesidad por más que quienes podamos tener una mayor vinculación o conocimiento de lo que institucionalmente podría significar una actualización de nuestra Carta Magna lo veamos de otra forma. La sociedad está en el día a día, en la coyuntura, en las cuestiones que tienen que ver con problemáticas que no necesariamente las relacionan con la reforma constitucional, y eso marca la agenda social más que la agenda política.

-‑ Corral, Perotti y buena parte del PRO ya se pronunciaron en contra, ¿Ayuda a las chances de reforma no contar con sus avales?

-‑ Dificulta, creo que tendría que haber un marco institucional sobre todo con el gobierno nacional y el presidente de la Nación que, de alguna manera, fue enturbiado en los procesos de debate en el Congreso, donde quizás la relación se tornó un poco más tirante. Modificar la constitución un año previo a la elección presidencial sin un acuerdo de los partidos mayoritarios o de representación parlamentaria no es sencillo. Si hay actores tan relevantes, como Cambiemos, el PRO o el presidente Macri, que no están acompañando ese proceso, puede significar un obstáculo insalvable.

-‑ ¿Entonces la llave es tener el ok del presidente?

-‑ No sé si la llave, sí tener por lo menos un acompañamiento del gobierno nacional a un proceso de cambio constitucional en Santa Fe, porque también tiene que ver con una etapa nueva en la Argentina vinculada al debate del federalismo, de las autonomías provinciales. Eso hay que hacerlo en sintonía con lo que se viene. Es sencillo, veamos lo que pasa con el acuerdo fiscal: el gobernador lo firmó y todavía no pareciera que hay declaraciones a favor de los propios actores del Frente Progresista. Yo he participado de una convocatoria del gobernador donde se explicaron las dificultades que podría haber si no se suscribía y las que habría en un futuro si no se ratifica por la Legislatura, y sin embargo es como si le estuvieran hablando a la pared. Eso que es una necesidad y un objetivo estratégico para el gobierno provincial, para algunos de los sectores del partido del gobierno, entiéndase como Frente Progresista, pareciera que no es un debate que tenga tanta urgencia y prioridad.