Mauricio Macri se jugó a recuperar la iniciativa luego de la caída sostenida de su imagen como consecuencia del recorte a los jubilados y del escándalo de la ex casera del ministro de Trabajo. El presidente anunció el postergado recorte de cargos políticos, que llegaría a un 25 por ciento. Se trata de un porcentaje similar al que Macri aumentó esos cargos cuando llegó al gobierno. También informó que este año los funcionarios no recibirán aumentos: se aplicará para quienes cobran de 150 mil pesos para arriba. Por último, en respuesta a lo ocurrido con Triaca, anunció que decretará que los familiares de los funcionarios no podrán continuar trabajando en el Estado. Ayer comenzaron a renunciar diversos familiares de los ministros, incluyendo las hermanas de Jorge Triaca, a quien Macri ratificó en su cargo (ver página 5). El anuncio se da en medio de una segunda oleada de despidos de trabajadores estatales.

Macri no perdió el tiempo. Apenas volvió de su gira por Rusia, Suiza y Francia, hizo el anuncio que venía anticipando desde fines del año pasado. “Vamos a reducir uno de cada cuatro cargos políticos del Ejecutivo nacional. Y este año los funcionarios no tendrán un aumento de sueldo”, indicó. Como informó este diario, esto implicará un gesto de “austeridad” de aquellos que cobran sueldos por encima de los 150 mil pesos, mientras el Gobierno busca conseguir un techo para las paritarias del 15 por ciento. 

“La austeridad tiene que partir de la política. Como servidores públicos nuestra única prioridad es trabajar para mejorar la vida de los ciudadanos”, afirmó Macri. Con el congelamiento, el mandatario seguirá cobrando 208 mil pesos por mes, la vicepresidenta 192 mil pesos por mes y los ministros, 183 mil pesos por mes. El congelamiento salarial alcanzará a 324 funcionarios. 

Poda de cargos

Son unos mil cargos los que se eliminarán. No obstante, el recorte de cargos políticos no se aplica sobre la base de los que dejó el Gobierno anterior, sino sobre el Estado aumentado en cargos políticos por parte de macrismo. Con la llegada de Macri, se crearon cinco nuevos ministerios y las secretarías de Estado pasaron de 70 a 87, mientras que las subsecretarías subieron de 169 a 207. Se calculó en su momento un incremento del 25 por ciento de las estructuras jerárquicas. Es el mismo porcentaje que ahora se afirman que reducirán, aunque sólo con la letra chica del recorte se sabrá si el Estado quedó más grande o más chico que cuando llegó Macri. En el Ministerio de Modernización, ayer sostenían que estaban afinando los números. 

Algunos ministros se jugaron, no obstante, más que otros por aplicar el ajuste. Mientras se definen los números finales, ayer se supo que el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, prevé una reducción del 40 por ciento de sus cargos políticos. Se eliminará ocho de las veinte subsecretarías y secretarías que tiene a su cargo. También anunció que recortarán un 20 por ciento de cargos operativos, por lo que eliminará 34 direcciones generales, coordinadores y otros cargos similares. En el ministerio, calculaban que el ahorro salarial será del 21 por ciento.

No obstante, la medida en líneas generales representa un 0,01 por ciento del presupuesto nacional: es decir, no tiene un impacto real, sino que se trata de una señal hacia los sindicatos y hacia otros gobiernos provinciales a los que Macri llamó a sumarse al ajuste.

Hasta ahora, solo anunciaron medidas similares gobiernos propios o aliados: el de Juan Manuel Urtubey en Salta, el de Gustavo Bordet en Entre Ríos, el de Omar Gutiérrez en Neuquén y el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, que tras su anuncio de recortar 20 por ciento de los cargos debió lidiar con el crecimiento de las estructuras del Consejo de la Magistratura porteño. Finalmente, dieron marcha atrás con ese incremento.

Familiares afuera

La tercera decisión –y la más inesperada– fue la prohibición de que familiares de funcionarios sigan trabajando en el Estado. Como respuesta al escándalo de la ex casera de Triaca, que contó como el ministro consiguió que la nombraran en la intervención del SOMU, Macri tomó una medida general que plasmará en un DNU con aplicación retroactiva. “Ningún ministro puede tener familiares en el Gobierno. Con esta medida vamos a perder colaboradores muy valiosos y eso me da mucha pena. Pero siempre dijimos que queríamos hacer un país más transparente”, sostuvo Macri. “A partir de ahora, los familiares de los ministros no van a poder ser parte del gobierno”, insistió el presidente.

El ministro de Modernización, Andrés Ibarra, debió salir después a precisar hasta qué grado de consanguineidad llegará la medida. Según indicaron ayer en el Gobierno, todavía estaban trabajando en afinar la redacción, pero hasta ayer el texto establecía que “ningún ministro del gobierno nacional podrá tener un familiar (hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad) designado o contratado en ninguna dependencia de la Administración Pública Nacional, Organismos Descentralizados y/o Desconcentrados, ni tampoco en las empresas públicas”. Esto implica padres, hijos, nietos, abuelos, hermanos y cónyuges.

Ayer se empezaron a conocer las primeras renuncias: se fueron Mariana y Lorena Triaca, que ocupaban cargos en el directorio del Banco Nación y en la Agencia de Inversiones respectivamente. También se fue el titular de Arsat, Rodrigo De Loredo, yerno del ministro de Defensa, Oscar Aguad, y Matías Santos, el hijo del ministro de Turismo, Gustavo Santos. 

La decisión planteará problemas en términos de políticas de género. Por ejemplo, ¿quién deberá irse en el caso de los cónyuges como son Marina Klemensiewicz –quien hace una década trabaja en las áreas sociales de las gestiones PRO– y su esposo, el vocero personal del presidente, Iván Pavlovsky?