A 47 metros, del británico Johannes Roberts, en plan clase B
¡Ay, mamá, que me come el tiburón!
“Oh, Dios mío.” “Oh, me estoy quedando sin aire.” “Oh, ahí viene un tiburón enorme.” Esas son las líneas de diálogo más repetidas durante los poco menos de noventa minutos de proyección de A 47 met