Wall Street cerró ayer en alza revirtiendo parte de las pérdidas acumuladas la semana pasada. Los principales índices estadounidenses marcaron subas superiores al 1,3 por ciento. El industrial Dow Jones trepó 1,7 por ciento hasta los 24.601 puntos, el S&P 500 un 1,39 por ciento hasta los 2656 puntos y el panel tecnológico Nasdaq mejoró un 1,56 por ciento hasta los 6981 unidades. La recuperación de las bolsas estadounidense trae así, al menos momentáneamente, un poco de calma luego de la fuerte volatilidad que supuso un retroceso de alrededor de 5 puntos en los principales índices desde comienzos de mes. La bolsa local no operó por el feriado de Carnaval, pero el gobierno de Mauricio Macri siguió con expectativa lo ocurrido en Estados Unidos porque una profundización de la caída combinada con una suba de la tasa de interés por parte de la Fed provocará un encarecimiento en las condiciones de financiamiento que tiene que afrontar el país y una mayor dolarización de carteras, lo que redoblaría la presión sobre el tipo de cambio en la plaza local. 

Los principales analistas del mercado financiero no terminan de ponerse de acuerdo sobre si lo que se observó hasta el momento en las bolsas estadounidenses fue una toma de ganancias luego de haber alcanzado un record histórico o si hay un riesgo real de que resurja la inflación y la Fed se vea obligada a subir más de lo previsto la tasa de interés. Esa indefinición impactó la semana pasada en el mercado de los bonos agudizando la volatilidad. 

Mañana habrá mayores certezas cuando se de a conocer el dato de la inflación minorista de enero en Estados Unidos. El temor es que se dispare más allá del 1,7 por ciento interanual. A su vez, los inversores también seguirán con atención el dato de inflación del Reino Unido que se conocerá hoy. En este caso, la preocupación es que suba por encima del 3 por ciento interanual. Si el promedio de precios va más allá de las proyecciones mencionadas podría consolidarse un endurecimiento de la política monetaria en dos de las principales potencias afectando mercados emergentes como el argentino. 

Mientras se sigue con atención el contexto internacional, mañana el Banco Central deberá definir si mantiene la tasa de interés de referencia o vuelve a convalidar una baja en línea con los deseos del Poder Ejecutivo que a fin de año forzó una revisión de las metas de inflación para poder flexibilizar la política monetaria. El riesgo de una mayor baja de la tasa en este contexto es que los inversores intensifiquen la dolarización de sus carteras agudizando la corrida financiera de las últimas semanas. El fin de semana el ministro de Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, buscó instalar que no hay riesgo de una corrida y desde el Ministerio de Hacienda dejaron trascender que están dispuestos a vender a través del Banco Nación todos los dólares que sean necesarios para evitar que la divisa estadounidense se aleje de los 20 pesos. Habrá que esperar hasta mañana para ver como sigue esa pulseada.