Los ídolos suelen ser intocables ante circunstancias extremas, cuando tienen que decidir entre el sentimiento por una institución, o el desarraigo por los millones en juego. La disyuntiva que atrapa al último estandarte de Boca, Carlos Tevez, se centra en la determinación que debe tomar para el año próximo. La presencia del delantero en el partido de ayer ante Colón, pudo haber sido la última de su segundo ciclo con esa camiseta, si es que finalmente acepta desembarcar en el fútbol chino. Lo más factible es que resuelva su futuro en los primeros días de 2017, pero lo que vivió ayer fue lo más parecido a una despedida después de un año y medio.

El público dio su veredicto en la Bombonera: desea que Tevez continúe en el club, aunque no lo condenará si resuelve romper el vínculo para viajar a Asia. Los cantos emblemáticos que se escucharon fueron dos: “Olelé, olalá, Carlitos es de Boca, de Boca no se va”, y “... que de la mano, de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar”. El día que volvió a tener la capitanía, luego de una actuación consagratoria ante River, el protagonista marcó un gol, dio la asistencia en otro, y ofreció pinceladas de su talento. Si no volvió a ser la figura del encuentro fue por el nivel superlativo de Fernando Gago, que pasará ahora a ser el emblema de este plantel.      

El técnico Guillermo Barros Schelotto determinó reemplazar a Tevez cuando quedaba un minuto para el final, para que el estadio completo se pusiera de pie y le demuestre todo su cariño. El hincha que pudo superar la seguridad para meterse en el campo y reverenciar al futbolista, fue la imagen que resumió todo lo que representa Tevez para Boca. El chico Nazareno Solis, quien entró en su lugar, le dio un abrazo

largo que significó el de todos los hinchas. Su función ya había terminado, y la incertidumbre se abrió hasta que el propio Tevez comunique dónde estará su destino.

El jugador decidió no hablar para la televisión al final del partido, y tampoco lo hizo cuando salió del vestuario ganador. El tenía claro que lo iban a consultar sobre su futuro, y eligió esquivar las respuestas para terminar de definirlo con sus más íntimos. Si el de anoche fue el último partido de Tevez en Boca, lo deja al equipo en la cima de la tabla y con un nivel ascendente, después de un inicio de campeonato marcado por la inestabilidad.   

El rostro que mostró al bajar por el túnel, con los ojos humedecidos, no fue de felicidad sino de tristeza. Seguramente, por el hecho de que habrá fallado en aquella promesa que dio cuando llegó desde la Juventus italiana, que en Boca sería el final de su carrera. La goleada ante Colón no llegó a significar felicidad plena, para el hombre que lucha contra sus propias dudas.


 Claves

  • El nivel de Fernando Gago fue fundamental para que Boca pudiera alcanzar la victoria. El volante marcó los tiempos del equipo, y tuvo lucidez para distribuir la pelota con acierto. 
  • Boca tuvo dos caras bien definidas: atacó mucho y pudo haber marcado más goles, pero mostró falencias en la zona central de la defensa, sobre todo cuando recibía pelotazos cruzados.
  • Centurión recuperó su capacidad goleadora, y ante los santafesinos marcó en dos oportunidades. La primera anticipándose al arquero, y en el otro con un remate de derecha para ubicar la pelota en el ángulo.
Julio Martín Mancini
Centurión se anticipa al arquero Broun y marca el primer gol de Boca, a los nueve minutos del primer tiempo.