La persecución a Página/12 por parte de una organización de extrema derecha afín al gobierno polaco generó un impacto mundial y una cascada de reflexiones que puede sintetizarse en una frase de Diana Wang, presidenta de Generaciones de la Shoá, una organización que funciona para mantener viva la memoria del Holocausto: “Quiero que Polonia me denuncie a mí también”.  

La Liga Polaca contra la Difamación fue montada con el motivo alegado de evitar supuestas ofensas contra Polonia. Aprovechó una ley polaca que acaba de entrar en vigor para convertir a este diario en su primer blanco al anunciar que buscará llevar a juicio a PáginaI12 y al psiquiatra y psicoanalista Federico Pavlovsky, autor de una contratapa publicada el último 18 de diciembre sobre la masacre de Jedwabne, donde 1600 judíos polacos murieron en 1941 a manos de polacos antisemitas.

La ley contempla hasta tres años de prisión para quien vincule el Holocausto con el pueblo o el Estado polaco. Como informó ayer PáginaI12, lo segundo no podría ocurrir porque cuando la Alemania nazi invadió Polonia directamente la disolvió en lugar de instalar un gobierno colaboracionista como en Francia y Noruega. Tres millones de polacos, judíos y no judíos, fueron asesinados en menos de cinco años. La complicidad de los polacos antisemitas en la masacre de la población judía es un hecho histórico que sigue generando un intenso debate a escala mundial, tanto entre investigadores como entre descendientes de víctimas o ciudadanos del mundo preocupados por los derechos humanos y los mecanismos históricos de vulneración. Los descendientes de víctimas o sobrevivientes participan a su modo de ese debate: con el testimonio o la reconstrucción familiar.


Medios de todo el mundo informaron sobre la denuncia contra este diario.

Nacida en 1945 en Polonia mientras sus padres emprendían la emigración, Diana Wang Baumoehl es una conocida psicoterapeuta y ensayista que, como presidenta de Generaciones de la Shoah, al conocer la búsqueda de castigo a este diario escribió un texto que terminó viralizado en las redes sociales de todo el planeta.

“Quiero que Polonia me denuncie a mí también, que me demande, me acuse y me crucifique porque digo públicamente que fueron polacos los que no devolvieron a mi hermanito”, dice una parte del texto. “Fueron polacos los que se apropiaron de las casas y de todo lo que había adentro una vez que los judíos habían sido deportados”, dice otro tramo del escrito que se reproduce completo aparte en esta misma edición y en el que Wang rescata a los polacos que ayudaron a los judíos.

Editores y periodistas del diario fueron consultados durante todo el domingo por medios de la Argentina, los Estados Unidos, Europa e Israel, que también entrevistaron a Pavlovsky y hasta le preguntaron si temía ir preso. El psiquiatra, hijo del dramaturgo Eduardo Tato Pavlovsky, recordó el horror de la dictadura argentina y el miedo de aquel momento.

Avruj

La noticia cruzó transversalmente la política argentina. A las expresiones de repudio ya publicadas se fueron sumando otras, surgidas del oficialismo.

El secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj puso este texto en Twitter: “Mi solidaridad con PáginaI12 y el periodista Federico Pavlovsky. Nunca una ley puede limitar, condenar o impedir el derecho a la libre expresión y limitar la investigación”.

El diputado del PRO Waldo Wolf escribió también en Twitter: “Polonia denunció a PáginaI12 por decir que hubo polacos que colaboraron con los nazis. Denúncienme a mí también: hubo polacos que participaron del Holocausto y fueron cómplices de los nazis”. La ex diputada Silvana Giúdice tuiteó: “Mi respaldo a PáginaI12 y al autor de la nota Federico Pavlovsky”. Ilustró su tuit con la publicación de la web titulada “PáginaI12 en la mira de los herederos del nazismo” y la imagen de la entrada del campo de concentración de Auschwitz, construido por los nazis en Oswiecim.

Ya se habían pronunciado, entre otros, el juez federal Daniel Rafecas, el relator de liberad de expresión del sistema interamericano, Edison Lanza, y el secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Santiago Cantón.

El Sindicato de Prensa de Rosario expresó su “preocupación y repudio por el intento de penalización y censura que una organización polaca      ultraderechista realiza contra PáginaI12”. Señala el sindicato que el hecho “adquiere gravedad porque va contra el derecho a la libertad de expresión y de información, concebidos como derechos humanos  con sujetos universales, pero también contra el derecho a investigar, a construir la memoria histórica, colectiva y mundial contra los crímenes de lesa humanidad”.

Escondite

El texto de Diana Wang generó otros, que acompañaron la viralización del debate sobre el pasado y el Holocausto.

Ruth Gapel ilustró los claroscuros cuando contó la historia de su tía, escondida “por una buena mujer polaca” que lo hizo “sin pedir nada a cambio y sin que su marido lo supiera”. En el escondite había cinco mujeres más. “Cuando volvió al pueblo le tocó la puerta a su vecino de antes de la guerra. Le cerró la puerta en la cara. La mayoría fue más nazi que los propios nazis por apropiarse de algún bien, pero hubo otros, como esa mujer, que se jugaron la vida.” El relato sigue así: “Una noche un soldado nazi durmió de paso en su casa. Mi tía era asmática y las otras mujeres tenían mucho miedo de que ella tosiera. Estaban sentadas. No se podían parar porque era un altillo. Y solo podían bajar cuando el marido y a pequeña hija de esta señora no estaban. Un milagro dentro de todo ese horror”.

“Todos los descendientes de judíos polacos deberíamos compartir este post”, escribió Santiago Bilinkis sobre el escrito de Diana Wang. “Que nos denuncien a todos si pueden”.

Repulsa

El intento de enjuiciar a PáginaI12 y al autor de una contratapa generó una repulsa mundial.

El semanario alemán Der Spiegel constató que el tema “es muy controvertido en Polonia” y registró que el monumento a los muertos levantado en Jedwabne fue vandalizado con esvásticas del nazismo y pintadas como ésta: “No nos disculpamos por Jedwabne”. La cadena Deutsche Welle radiografió la agresividad de la Liga. Russia Today, la influyente cadena rusa, historió las críticas que recibió la ley polaca que entró en vigor hace menos de una semana en su primera etapa. Buzzfeed News, una web muy leída en los Estados Unidos, informa que el primer ministro Ateusz Morawiecki y legisladores polacos habían prometido que la ley no se aplicaría de inmediato sino que pasaría por el tamiz del tribunal supremo para establecer su constitucionalidad. El diario catalán tradicional La Vanguardia hizo foco en el hecho de que la ley entró en vigor el jueves y la Liga pidió actuar contra PáginaI12 al día siguiente, el viernes 2 de marzo. El Haaretz de Israel definió la masacre de Jedwabne como “un hecho que se convirtió en el símbolo de la colaboración polaca en los crímenes nazis”. La ley, según Haaretz, “distorsionará la historia y socavará la libertad académica y la libertad de expresión”. Al avanzar en las especulaciones jurídicas, el periodista Ofer Aderet reportó que “como el artículo fue publicado en diciembre, antes de que la ley entre en vigor, no está claro si la demanda será admitida”.

Una nota fechada en Varsovia por The Japan Times con información de la agencia de noticias Reuters señaló que el viceministro de Justicia Michal Wojcik dijo que tenía la esperanza de que el caso llegase a la Justicia. “La organización tiene el derecho a llevar una publicación como ésa”, opinó. “Es admisible que se convierta en un caso”, estimó en declaraciones a la radio Zet.

Un repaso de medios polacos al que tuvo acceso a este diario permitió establecer que Wojcik agregó su alegría “de que exista esta ley que permite proteger el buen nombre de Polonia”.

El portal Do Rzeczy, favorable al gobierno, se limitó a dar información basada en la nota de la Liga. No hizo ningún comentario ni dio lugar a ninguna crítica surgida de fuera de Polonia.

La radio Tok FM, que no es oficialista, dijo que la ley es “polémica” pero no tomó posición ni fijó una postura cuestionadora más profunda.

A raíz de la ley de castigo a la difusión de la Historia y de movimientos en favor de la concentración de poder por parte del primer ministro, el gobierno de Polonia transita en los últimos meses un camino de fricción permanente con los socios de la Unión Europea.

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