El Gobierno repite que “la inflación es siempre un fenómeno monetario”, a pesar del fracaso de los últimos planes ortodoxos de reducción del circulante.
El Gobierno sigue sosteniendo que el objetivo es la dolarización. Al margen de las consecuencias de mediano y largo plazo, esa decisión implicaría grandes desafíos de corto.
La sociedad argentina no puede soportar un 2024 de brusco deterioro de la producción, el empleo y los ingresos en un marco de aceleración inflacionaria y elevada incertidumbre cambiaria
El empresario Marcos Galperín festeja los datos de empleo de Estados Unidos, logrados a partir de políticas expansivas que a nivel local se critican.
El Presidente sostiene la idea de mayor productividad a mayor escala. El problema es que la mayor escala está en el mundo desarrollado.
Javier Milei viajó al Foro de Davos a promocionar el experimento libertario, que apoya la concentración economica global.
Javier Milei pretende repetir la experiencia menemista en mundo distinto. No logra acuerdos políticos y se alinea con una potencia en retroceso.
El ajuste no sólo reduce los gastos del Estado, algunos tan productivos como la obra pública, sino que le pega con la misma fiereza al sector privado.
A pesar del relato, también gobiernos de signo liberal con agendas similares a la de Milei dirigieron al país y son responsables de la deriva nacional.
El gobierno optó por licuar los ahorros en vez de generar una estabilidad de precios que genere certidumbre. El concepto inflación plantada se cae no sólo por su falta de sustento en términos de concepto económico, sino también político.