El apuro de Milei es porque la legitimidad que consiguió en las urnas se irá diluyendo en la medida que la población sienta los agudos efectos del ajuste.
Es necesario implementar una política integral que ataque en simultáneo la evasión impositiva, el contrabando y las distintas maniobras que se realizan para eludir las políticas fiscales
El ajuste no lo pagará la política, sino los trabajadores. La recesión podría contener la inflación, pero los daños en el tejido social se seguirán acumulando.
En el balotaje se dirimirá entre dos candidatos con una concepción diametralmente opuesta de la economía y la sociedad: el odio y la intolerancia frente al diálogo y la capacidad de gestión.
El Ejecutivo lanzó ayudas para asalariados, informales, beneficiarios de planes sociales y diversos sectores productivos.
Por razones de conveniencia electoral, ni Javier Milei ni Patricia Bullrich dicen de manera explícita quién tendrá que pagar semejante ajuste. Es fundamental traducir las propuestas en números con impacto en la vida cotidiana.
El gobierno adoptó medidas cambiarias y financieras para indicar que “este es el escenario” en los próximos 90 días. Se anunciarán medidas para proteger el salario y los ingresos en general.
Durante la última dictadura cívico-militar, la deuda externa total de la Argentina, pública más privada, pasó de 8.085 millones de dólares en 1975 a 45.903 millones de dólares en 1983.
Si la reducción del déficit fiscal se produce vía de mayores ingresos, se debería generar una dinámica mucho más justa.
Uno de los principales problemas, tanto a escala global como a nivel local, continúa siendo la distribución del ingreso.