Lun 18.04.2005

CULTURA  › PERLAS DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL

Mucho más que la biografía de un tal Cándido López

El documental de José Luis García es uno de los mejores que se haya visto en el cine argentino de los últimos años. Cada cual a su manera, Domicilio privado y Atash asumen la temática del conflicto palestino-israelí.

› Por Horacio Bernades

Con la presentación de un magnífico documental se inauguró la participación argentina en la competencia internacional del 7º Bafici. Se trata de Cándido López, los campos de batalla, opera prima del reconocido director de fotografía José Luis García, firme candidata a hacerse un lugar junto a las mejores muestras del género que haya producido el cine argentino en años recientes. Uno de esos documentales que, para diferenciarlos de la rutina genérica, suelen denominarse “de creación” o “de autor”, en lugar de ilustrar un tema predeterminado, el Cándido López de García representa un viaje cinematográfico de destino siempre imprevisible. Las otras dos películas que en estos días presenta la competencia internacional coinciden en explorar la cuestión palestina desde zonas íntimas y familiares. Se trata de Domicilio privado (Private) y Sed (Atash).
Como en los mejores cuentos, el azar es el que da inicio al viaje de José Luis García en Cándido López, los campos de batalla. Para su primer proyecto como documentalista, el director de fotografía anda queriendo investigar a Cándido López, el artista plástico que durante la guerra de la Triple Alianza (1864/1870) compuso una treintena de los más geniales frescos que jamás haya dado el arte argentino. En una casa de fotocopias, García se encuentra con un señor mayor que le discute al empleado los colores de la reproducción de un cuadro de... Cándido López. El señor resulta no ser otro que el mismísimo nieto del pintor, que está haciendo una investigación sobre la obra de su antepasado. Los dos deseos se unen y nace una película que terminará llevando a García hasta el Paraguay, en busca de aquellos lugares que López pintó, como fondo de las batallas en las que él mismo combatió, fusil en una mano y lápiz en la otra.
Cándido López, la película, no es otra cosa que el relato de ese viaje, con el propio García como protagonista y narrador, partiendo de Buenos Aires y llegando hasta Cerro Corá, donde el mariscal Francisco Solano López, el caudillo paraguayo, terminó lanceado por un oficial brasileño, un día de marzo de 1870. Como quien se lanza a una aventura (aventura de descubrimiento, que termina donde suelen terminar esa clase de relatos, en plena selva) y con un libro de ilustraciones de Cándido López como guía de viaje, la spinettiana figura de José Luis García se lanza río arriba, como nuevo Willard en busca de su propio Kurtz. Consulta historiadores, pobladores y descendientes de uno y otro lado (argentinos, paraguayos, brasileños). Visita museos. Investiga restos y huellas. Se trepa a una escalera para fotografiar –desde la misma perspectiva panorámica que el pintor– los lugares que alguna vez fueron campos de batalla. El resultado: un documental sobre Cándido López, sobre la guerra del Paraguay, sobre la historia misma del Paraguay y el Cono Sur, sobre el salvajismo porteño, sobre el imperialismo inglés, sobre las marañas de la historia, sobre lo que fue y no será y sobre lo que fue y sigue siendo. Una gran película, en la que la información se vuelca tal y como la recibe el viajero: de forma fragmentaria y dispersa, como si se tratara de un fascinante rompecabezas para armar.
La guerra es también el tema de fondo de Domicilio privado y Atash, que transcurren en los territorios palestinos ocupados por el ejército israelí. En ambos casos la mirada está dirigida sobre lo más íntimo de ese pueblo ocupado: el territorio que alguna vez fue propio, la casa, la familia, las relaciones al interior de esa familia. Dirigida por el italiano Saverio Costanzo, Private narra una situación de un atropello tal, que al verla, el espectador puede sentir la necesidad de hacer su propia Intifada en la sala del Hoyts. Avanzando sobre territorio palestino, un batallón del ejército israelí toma por asalto la casa de una familia de la zona, que se resiste a abandonarla. Al no lograrlo, obligan a sus legítimos ocupantes a refugiarse en el living, tomando posesión armada del resto de la casa.
Filmada con una cámara en mano que por momentos se vuelve artificiosa, Domicilio privado logra ser tan angustiante como se propone, con un par de escenas nocturnas en las que el espectador siente que en cualquier momento puede ocurrir una tragedia intolerable, teniendo en cuenta que varios miembros de la familia son niños. Justamente por haber niños de por medio, la película no debería permitirse ciertos golpes bajos que terminan desmereciéndola, con trampitas dramáticas que pegan por debajo del cinturón. Más seca, más árida, menos apuntada al impacto sobre el espectador es Atash, dirigida por Tawfik Abu Wael, quien tiene la peculiaridad de haber nacido en Israel. Aquí, la situación de ocupación es un dato dado, a partir del cual el film se dirige hacia una zona temática muy distinta.
La familia protagónica de Atash (Sed) ha tomado posesión clandestina de una edificación en una zona colonizada por Israel, donde viven en un estado de total precariedad, con escasa luz eléctrica y sin agua, dedicados a la fabricación y venta de carbón vegetal. Pero el tema no es tanto el conflicto palestino-israelí (que queda flotando de fondo) como la situación de sometimiento en que el patriarca tiene al resto de su familia, a la que gobierna como un verdadero tirano. Brutal, iletrado y misógino, el pater familiae no le da el menor lugar a su mujer, le impide estudiar al hijo mayor y tiene descastada a una hija, que habría cometido el pecado de no ser virgen. Fábula sobre el autoritarismo y el atraso que recuerda en buena medida al film brasileño A la izquierda del padre, Atash navega a media agua entre un buscado primitivismo y ciertos gestos esteticistas, con un final tan cerrado como forzado.

Cándido López, los campos de batalla se verá por última vez hoy a las 12.30 en el auditorio de Malba.cine, Figueroa Alcorta 3415. Atash, mañana a las 22.30 y el miércoles a las 15.30 en el Hoyts 10, y el jueves a las 16.15 en el cine América.

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