Vie 15.01.2010

EL MUNDO • SUBNOTA  › MICHELLE BACHELET LE DIO EL úLTIMO EMPUJóN A SU CANDIDATO

Los peores días del dueño de Lan

El comando de Sebastián Piñera apostó a reforzar la imagen de triunfo que le dio la anterior elección del 13 de diciembre, pero la gente y el ambiente opacado no lo acompañaron como se esperaba en las huestes derechistas.

› Por Christian Palma

Desde Santiago

Los dos últimos días han sido los peores para Sebastián Piñera desde que comenzó la campaña presidencial hace más de un año. Es que una relevante encuesta conocida el miércoles y el apoyo que la presidenta Michelle Bachelet y el ex candidato Marco Enríquez-Ominami le dieron públicamente a su contendor de la Concertación, Eduardo Frei, dejó en claro que la carrera no está ganada por más que haya liderado las encuestas durante todo el proceso que culminará el domingo en las urnas. El golpe fue duro para el candidato-empresario. Y quedó de manifiesto ayer en una jornada que lo llevó por diversas ciudades de Chile encabezando los cierres oficiales de su campaña.

Como ha sido la tónica de sus eventos masivos, las convocatorias no lograron reunir a una gran cantidad de gente, quizás –se conversaba en el café– porque la derecha chilena jamás ha logrado aglomerar masas al aire libre y más bien les gusta estar arropaditos, seguros bajo techo (como las quince mil almas que Piñera logró reunir en el Movistar Arena en la primera vuelta) o porque el golpe de la encuesta que lo empata técnicamente con Frei bajó el ánimo de sus adherentes, los mismos que en su gran mayoría derrocaron por la fuerza al presidente Salvador Allende y apoyaron al dictador Augusto Pinochet y, peor aún, no han ganado una elección democráticamente en 50 años.

El recuerdo de las veces en que el pan se les quemó en el horno, fue tema en la íntima de los colaboradores de Piñera, por más que lo quisieron ocultar ayer en Valparaíso, Talca y Concepción.

El multimillonario empresario optó por responder a Bachelet por el explícito respaldo que en la mañana dio al abanderado oficialista. “Como ciudadana (Bachelet) tiene derecho a tener su opinión y su preferencia, pero creo que un Presidente nunca, nunca, ni siquiera a dos o tres días de la elección tiene que olvidarse que es Presidenta de todos los chilenos.”

La crítica pasó por alto que la mandataria cuenta con un 85 por ciento de popularidad y que buena parte de su propuesta se basa en los logros que el actual gobierno exhibe como administración.

Así las cosas, el comando de Sebastián Piñera utilizó todas las mañas posibles para cautivar al electorado indeciso de ME-O, el ex candidato que logró un 20% en la primera vuelta. Apostó además por reforzar la imagen de triunfo que le dio la anterior elección del 13 de diciembre, no obstante, la gente y el ambiente opacado no lo acompañaron como se esperaba en las huestes derechistas.

Otra estrategia fue convocar a personajes de la farándula para atraer simpatizantes. Sin embargo, en este campo tampoco ganó pues Frei en paralelo recibió el apoyo de numerosas figuras del mundo cultural, connotados artistas, escritores y pintores chilenos.

Más tarde en Talca, utilizó los minutos finales de su discurso para insistir en el “desgaste de la Concertación, las cadenas que la unen al pasado y la petición por una oportunidad”. Concepción, la segunda ciudad más grande de Chile cerró la ofensiva del empresario multimillonario con una réplica de sus alocuciones anteriores. Y si logró llevar más gente fue por el show que animaron algunos conjuntos tropicales de segura convocatoria. Según cifras de Carabineros, Piñera logró convocar 5 mil personas, mientras que miembros del comando cifraron la adhesión en 20 mil.

En paralelo, unos dos mil simpatizantes del candidato oficialista comenzaron un recorrido espontáneo por el centro de la ciudad, gritando la consigna “Piñera, entiende, Chile no se vende”. “Yo voto por él porque es una persona honesta, que desde un comienzo, cuando él decidió dedicarse a la vida pública, separó los negocios y resolvió esta tremenda contradicción en su momento y no después de ser electo”, las palabras pertenecen a Michelle Bachelet quien temprano ayer dio un último empujón a Eduardo Frei.

Este, ni corto ni perezoso agradeció el gesto al declarar que “no es solamente un apoyo político, son palabras que me comprometen por lo que ella ha dicho desde el punto de vista personal”.

Con ese respaldo sobrevolando sus actos finales, Frei terminó ayer su campaña con un gran acto –con la vieja mística de la Concertación que derrotó a Pinochet hace 20 años–, en la brava población San Gregorio. La impronta del conglomerado que ha gobernado exitosamente Chile en las últimas dos décadas quedó refrendada cuando diversas caravanas partieron de distintas comunas confluyendo en el lugar definido por el comando del aspirante que aglutina las fuerzas en plaza Italia, el lugar donde los chilenos celebran sus triunfos deportivos en pleno centro de Santiago. Así, las fuerzas progresistas y democráticas chilenas dieron cuenta una vez más de su arraigo popular con una masiva y colorida marcha.

Así está el teatro de operaciones político chileno. Con acusaciones de intervención electoral a Bachelet, un candidato que ya no es el favorito y otro arremetiendo con fuerza. Desde hoy, por ley, no habrá más campaña oficial y los comandos seguirán tratando de sumar votos los que el domingo serán más necesarios que nunca.

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