Mié 18.06.2008

EL PAíS  › KIRCHNER CONVOCó AL ACTO EN LA PLAZA DE MAYO Y DEFENDIó LA APLICACIóN DE LAS RETENCIONES MóVILES

“El kilo de pan estaría a 15 pesos”

Dio una rueda de prensa como presidente del PJ. Vinculó los cacerolazos con elementos de la represión. Defendió el acto.

› Por Fernando Cibeira

El conflicto agropecuario logró un imposible. Como presidente del PJ, Néstor Kirchner se presentó ayer en el Hotel Panamericano para ratificar la convocatoria al acto de hoy en Plaza de Mayo y luego brindó una conferencia de prensa, según los memoriosos, la primera en el país desde que asumió la presidencia en mayo de 2003. Por momentos duro, por otros bromista, Kirchner preparó el terreno para el discurso que una hora después daría su esposa, la Presidenta. Aseguró que ningún gobernador lo había llamado para que se suspendiera el acto, descartó que Eduardo Duhalde estuviera promoviendo un golpe como denunció Luis D’Elía y desestimó la “espontaneidad” de los cacerolazos. “Hay sectores de la represión que le están dando logística”, aseguró.

El ex presidente se fue soltando a medida que avanzó el acto. Tanto que terminó respondiendo más preguntas que las cinco pautadas inicialmente, y a sus anchas. De nuevo criticando a los medios y azuzando a quienes le preguntaban. “¿Por qué les preocupa tanto el acto?”, decía. Lo mismo se preguntó sobre Macri, quien le había pedido a la mañana que lo levantara. “Que se ocupe de la ciudad, que buena falta hace”, contragolpeó. Todo esto, obviamente, en un ámbito favorable como lo era el pequeño salón de la planta baja del Panamericano, que quedó chico y sofocante para la cantidad de gente que se apelotonó para aplaudir sus intervenciones más punzantes.

Kirchner se ubicó en la mesa principal junto a dos de los vicepresidentes del PJ, Daniel Scioli y Hugo Moyano, y los secretarios partidarios Alberto Fernández, Julio De Vido, Eduardo Fellner y Julio Pereyra. La intención de mostrar apoyos partidarios a la movida hizo que se sumara una fila más de sillas y, con ello, que algunos que se habían ubicado ya en rol de espectadores pasaran del otro lado del mostrador, como los diputados Carlos Kunkel y Juan Carlos Dante Gullo.

“El acto es en defensa del sistema democrático y de poder convivir pensando diferente sin caer en el autoritarismo divisor, con pluralidad de ideas”, arrancó Kirchner, confirmando la movilización de hoy a las 15 en la Plaza de Mayo. En algunas versiones el acto había sido puesto en duda a partir de un supuesto pedido que le harían llegar gobernadores e intendentes que, según el ex presidente, nunca existió. “No hay un solo dirigente que me haya llamado para suspender el acto”, remarcó. Y aceptó que el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, hubiera adelantado que no participaría: “Mario es un amigo. En este tema tiene una visión diferente, nada más. Tiene todo el derecho de no venir al acto”.

Todavía un poco tenso, el ex presidente repasó los “grandes éxitos” de su gobierno. “Terminamos con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final”, mencionó, respondido por los correspondientes aplausos. Allí fue que habló de la “logística” que sectores vinculados con la represión le darían a piquetes y cacerolazos. “No perdonan que hayamos tenido una política de derechos humanos”, interpretó.

Como en cada una de sus apariciones, a Kirchner lo acompañaron algunas decenas de militantes de agrupaciones juveniles que se quedaron cantando en la vereda de Cerrito en contra de los dirigentes rurales. “Olé/olé, olé/olá, miralo a Buzzi/qué liberal, hace de forro de la Sociedad Rural”.

Kirchner buscó hacer una defensa de las retenciones móviles “desde la mesa de los argentinos”. “No es una medida fiscalista, sino que tiende a la reconversión productiva y a la redistribución del ingreso”, apuntó, y añadió: “Si no fuera por las retenciones el kilo de pan estaría 15 pesos y 60 pesos el kilo de carne”.

Hubo críticas a los medios por su manera de informar “tan coordinadamente” sobre este tema. “Señor (Héctor) Magnetto”, mencionó al CEO de Clarín para reprocharle que hubieran titulado como “represión” el intento de la Gendarmería de despejar la ruta en Gualeguaychú. “El día anterior nos pedían que actuáramos con mi amigo Rodríguez Zapatero en España. ¡A De Angeli lo sacaron a upa y dijeron que hubo represión!”, dijo en una de las salidas más festejadas.

En el turno de las preguntas, lo consultaron sobre Julio Cobos. “Julio dice lo mismo que decimos nosotros, trabajamos juntos”, respondió. Sobre las afirmaciones que hizo D’Elía el lunes, advirtió: “No soy su exégeta, hemos tenido diferencias públicas en varios temas”. Por un lado, desactivó la afirmación de que Duhalde sea un golpista y le bajó el tono a la propuesta del ex líder piquetero de armarse en defensa del gobierno constitucional. “A la Constitución hay que leerla toda”, esquivó.

Sobre De Angeli recordó la anécdota de cuando lo conoció en Gualeguaychú y la confusión que le generó el hermano mellizo. “Uno me criticaba y otro me abrazaba. No entendía nada, yo pensaba que era el mismo”, dijo. Hasta parecía afectuoso. “No tengo nada contra De Angeli”, remarcó.

“Esa es una crítica justa, tiene razón”, aceptó el ex presidente cuando un cronista pidió preguntarle más allá de lo pautado dado los cinco años sin ruedas de prensa. El ex presidente respondió todo lo que le preguntaron y salió en medio de un tumulto hacia los ascensores. Con los minutos justos llegó para seguir el acto de la Presidenta en el Salón Blanco desde una segunda fila que no resultó tan discreta como pretendió. Mientras, dirigentes que se habían quedado retrasados en el Panamericano comentaban su aparición. “¿Por qué no hizo conferencias de prensa antes? Si hubiera hablado al principio nos hubiéramos ahorrado muchos problemas”, murmuraba uno de los remolones.

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