EL PAíS
“Los recursos no alcanzarán para pagarles la deuda externa a todos”
La titular del Banco Nación, Felisa Miceli, dio una charla en el Bauen. Luego habló con Página/12 de su posible candidatura.
› Por Miguel Jorquera
Desde la presidencia del Banco Nación, Felisa Miceli se ha transformado en una de las referentes del proyecto político de Néstor Kirchner. Su nombre está en danza como posible candidata a diputada por la Capital Federal en la lista del justicialismo para las elecciones de octubre. Aunque la propuesta no fue formalizada, ella se considera “un soldado de la causa kirchnerista, convencida y comprometida” y estará “donde el Presidente me lo pida”. En una charla que dio en el Hotel Bauen sobre la Argentina postdefault, Miceli afirmó que el país no va a sucumbir “ante las presiones” de los organismos de crédito internacional y auguró que el debate nacional que se viene es la posible ruptura con el Fondo Monetario Internacional. Esto es porque si no hay acuerdo, los “recursos económicos del país no alcanzarán para pagarles la deuda externa a todos”. Defendió los incrementos salariales como una política de “redistribución del ingreso” y le restó importancia a la escalada inflacionaria.
“¿Qué pasaría si Argentina no le paga al FMI? Pienso que nada malo. Creo que esto va a formar parte de la discusión que se viene, de un necesario debate nacional”, argumentó Miceli, una de las funcionarias del área económica de mayor sintonía con la propuesta política del Gobierno. En la charla organizada por el Club Progresista en el Bauen, recuperado por una cooperativa de trabajadores, la presidenta del Banco Nación pronosticó que la posibilidad de una ruptura con el FMI no es una alternativa a descartar, porque los “recursos económicos del país son finitos y no alcanzarán para pagarles a todos”.
“Si el FMI no entiende que esto (el canje de la deuda con los sectores privados) está cerrado, lo más probable es que Argentina se vea ante una nueva encrucijada. Sería reconocer que a aquellos que jugaron y apostaron en contra del país les damos hoy una salida privilegiada. A los bonistas que aceptaron el canje no les podemos decir ahora que no les podemos pagar porque tenemos que pagarle al FMI”, remarcó la presidenta del Nación. “Un país no le puede decir al FMI le pago el 70 por ciento. Si hace eso, se tiene que ir. La discusión que se viene es si Argentina acuerda o se va del FMI. Si hay acuerdo, seguimos pagando los intereses –continuó Miceli– o si ellos siguen pretendiendo imponer condiciones y la Argentina se va del Fondo. Porque camino intermedio, hacer una refinanciación con quita, no existe. Si no hay refinanciación con el FMI no va a haber recursos suficientes para pagarle al FMI, como le estamos pagando ahora”.
En un aparte con Página/12, Miceli se mostró “sorprendida” ante su posible candidatura como diputada en la lista porteña del kirchnerismo. “Estoy trabajando,” dijo. “Voy a terminar mi mandato y me gusta la tarea que realizo en el Banco Nación, al que todavía le falta mucho esfuerzo para estabilizarse y seguir en el camino que iniciamos. Supongo que son rumores, porque no tengo ninguna noticia oficial ni formal.”
–En caso de que se lo ofrecieran formalmente, ¿impondría alguna condición?
–No. Creo que hay que acompañar al Presidente. Todo lo que el Presidente necesite. Uno en esto es un soldado de una causa, yo estoy comprometida con la causa del presidente Kirchner, en lo que él considere que yo tenga que realizar mi trabajo va a estar bien. De ninguna manera voy a discutir eso, uno sabe que esto es así.
Lejos de cobijarse en su perfil técnico y rehuir al compromiso político, Miceli justificó ante un auditorio de profesionales, pequeños empresarios y ex militantes de distintas vertientes ideológicas la necesidad de que el Gobierno alcance en estas elecciones legislativas una representación institucional que todavía no tiene. “Siempre pensamos en cómo convocar o entusiasmar al resto de la sociedad en un proceso de transformación y creo que del 22 por ciento de los votos (en la elección presidencial) al setenta y pico por ciento de imagen positiva (de Kirchner) es algo interesante que se construyó en estos casi dos años de gobierno y que, de alguna manera, no tiene representación institucional. No por casualidad, en este año electoral, el Presidente ha dicho que se plebiscita su gestión. Si los diarios titulan ‘Kirchner perdió las elecciones’, entonces los dos últimos años van a ser de retirada y de grandes problemas”, sentenció Miceli.
Aunque para la presidenta del Nación “todavía no se puede hablar de proyecto de país”, porque “la realidad y los problemas heredados conspiran contra la rapidez y la efectividad de las acciones que se planifican o que se intentan llevar adelante. No hubo ni siquiera posibilidades de asumir como en otros países latinoamericanos, donde felizmente se dan procesos de transformaciones profundas, como en Uruguay, donde los cuadros políticos y técnicos del Frente Amplio hace 20 años que se vienen consolidando, se conocen, leyeron los mismos libros, hablaron de las mismas cosas, tienen la misma cabeza en la manera de pensar un país”. Una experiencia que Miceli también comparó con el oficialista Partido Socialista chileno y el Partido de los Trabajadores de Brasil, “que quizá es más complejo, pero por lo menos el PT tiene una historia y un núcleo básico”.
En su disertación, la funcionaria también defendió la política salarial de la Casa Rosada. “Si el Gobierno no hubiese dado estos aumentos salariales por decreto no se hubiesen aumentado los salarios. Del 100 por ciento de aumento salarial, el 73 corresponde a los aumentos por decreto y el resto a aumentos voluntarios dados por los sectores empresarios. Quizás ahora se revierta la tendencia. La voluntad de dar aumento salarial no está dada en la clase empresaria argentina. Tenemos una clase empresaria muy complicada, difícil, donde el momento se aprovecha tratando de maximizar el beneficio a través de los precios y no de las cantidades”, argumentó para definir que la meta gubernamental es “alcanzar un sueldo básico mínimo de 1000 pesos”. Sobre la trepada inflacionaria, Miceli dijo que “los argentinos tenemos que dejar de vivir en la presión y la zozobra todo el tiempo. ¿Qué pasa si tenemos una inflación del 9 o 10 por ciento? Brasil convivió con esa inflación postdevaluación, mejorando su sistema productivo. Por otro lado no es que el presupuesto que presentó el Ministerio de Economía al Congreso decía que la inflación iba a ser el 2 por ciento, decía que iba a ser entre 7 y 10,5”.
Para el final, Miceli presentó los argumentos técnicos que bien podrían transformarse en su discurso de campaña: “Nos instalaron que las soluciones a estos problemas económicos pasan siempre por las mismas cosas, subir las tasas de interés, contraer la oferta monetaria, hacer caer el dólar, no aumentar los salarios, hacer ajuste en el gasto. Tenemos que animarnos, así como varios años estuvimos sin pagar deuda y aquí estamos, mejor que a mediados de los ’90. Objetivamente sabemos que la situación es pésima, pero creemos que la tendencia es positiva. Nuestro objetivo era simplemente romper una línea de tendencia negativa demostrando que en esta otra línea de tendencia puede haber consumo, inversión, crecimiento, distribución, mejora de la calidad de vida de mucha gente. Estamos diciendo que otro modelo económico puede ser posible”.