Romina Picolotti compartió con los asambleístas de Gualeguaychú la vigilia que montaron para conocer el fallo de La Haya, que en la madrugada de ayer tradujo para los ambientalistas. Ya en Buenos Aires, la secretaria de Medio Ambiente dialogó con Página/12: cree que la resolución contiene “puntos favorables” para la Argentina como la posibilidad de paralizar, modificar y hasta desmantelar las plantas de celulosa en medio del proceso judicial sobre el tema de fondo: la contaminación ambiental. Pero considera que La Haya “perdió la oportunidad de dar un mensaje a la humanidad sobre el tema del milenio, la demanda de agua potable”.

–La Corte Internacional consideró no actuar de manera preventiva y paralizar las obras de las plantas de celulosa, con el 25 por ciento de la construcción de Botnia y Ence paralizada, porque cree que hoy hay daño inminente al medio ambiente. Hay que analizar que se trata de una resolución preliminar y no sobre el tema de fondo, pero evaluamos como positivas otras consideraciones de este mismo fallo.

–¿Cuáles son esos puntos?

–Primero, si bien el fallo dice que la Argentina no probó que se produzca un daño inminente, advierte que esto no prueba que no lo haya en el futuro. Segundo, también establece que en caso de comprobarse un proceso de contaminación irreversible al medio ambiente, La Haya se reserva la decisión de suspender las construcciones, modificarlas, que en este caso también incluye la relocalización de las plantas, o directamente desmantelarlas. Tercero, responsabiliza al Uruguay por el riesgo que ocasione seguir con las obras.

–Pero para esto pueden pasar varios años.

–Este es un fallo ilusorio. Si hay daño consumado recién se puede resolver al final del juicio. Pero el Tribunal ha dado muestras de avanzar rápido para que su resolución no llegue demasiado tarde. Después de dar a conocer el fallo sobre la medida cautelar, llamó a los agentes de los Estados a la sala de deliberaciones para que presenten sus argumentos sobre el juicio principal. Eso es bueno para la Argentina.

–¿Cuál será entonces la estrategia de la Argentina?

–Defender la demanda central frente a la Corte. Internarnos en el juicio principal, para demostrar que el daño ambiental será irreversible por la escala de producción de las pasteras. A nadie se le escapa que el río Uruguay tiene su capacidad de carga colmada.

–¿No insistirán en medidas cautelares para paralizar las obras?

–Puede ser, depende como avance la causa que cambia vertiginosamente. Hay que ver si aparecen hechos nuevos, estadísticas, controles, que seguramente evaluaremos.

–¿Cómo van a seguir ahora?

–Hay varios frentes. El martes nos vamos a reunir con los asambleístas en la Cancillería, con el canciller (Jorge) Taiana, el jefe de Gabinete Alberto Fernández y el gobernador (Jorge) Busti. Allí vamos a hacer una evaluación más serena sobre el fallo, que no se trata de una sentencia definitiva, y mostrarle que el Estado sigue acompañando sus reclamos.

–¿Van a seguir con la estrategia trazada hacia los organismos de crédito que financian las obras?

–Esa situación que contempla el fallo es significativa y le muestra a quienes financian las obras que avanzar en la inversión no es tan seguro como lo plantean las empresas. Esta advertencia ya lo ha hecho la sociedad civil y el propio Estado argentino con el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional, además de insistir ante los bancos Nordea, el Crédit Lyonais y el Organismo de Desarrollo y Cooperación Europea. Pero la estrategia fundamental la vamos a desplegar frente a La Haya, lo que significa para el Estado el cuidado del medio ambiente, con cuestiones tan esenciales como la salud de las personas y las generaciones futuras.

–Argentina siempre rechazó el monitoreo conjunto de las obras, ¿qué van a hacer ahora sobre esa posibilidad?

–Creo que eso no resuelve nada. Nos vamos a abocar al juicio principal.

–¿Insistirán en la vía diplomática de negociaciones con Uruguay?

–Siempre hemos tratado de institucionalizar lo que hacemos y hemos trabajado con la Cancillería. Pero ese es un tema que debe resolver la Cancillería.

–Usted estuvo junto a los asambleístas cuando se conoció el fallo de La Haya, ¿cómo lo vivió la gente de Gualeguaychú?

–Con mucha desazón. La gente había depositado mucho optimismo en la resolución del tribunal, recuerde que ellos fueron los primeros que promovieron que el Estado recurra a esa instancia. Creo que La Haya perdió la oportunidad de dar un mensaje a la humanidad en un problemática como la del agua, que es el tema del milenio. Del río Uruguay depende el agua potable que consumen todos los días un millón de personas. Se perdió la posibilidad de respaldar desde lo jurídico la demanda ambiental del mundo que es la necesidad de conservar el agua potable.

–El Gobierno ha insistido en que los cortes de ruta perjudican la posición argentina ante La Haya, ¿qué van a hacer ahora para evitarlos?

–Vi a la gente muy serena y reflexionaremos juntos las acciones a seguir. Siempre trabajamos juntos y formamos parte de una misma estrategia. Los cortes no sólo pueden perjudicar nuestra situación en La Haya sino también en el Mercosur, por la demanda que presentó Uruguay.