Jue 20.07.2006

EL PAíS

Esta vez en la Cumbre del Mercosur Chávez compartirá el protagonismo

› Por Fernando Cibeira
Desde Córdoba

Según lo anunciado, el venezolano Hugo Chávez se convirtió anoche en el primer presidente en llegar de la cumbre del Mercosur. Fiel a una extraña costumbre de vuelos nocturnos, estaba previsto que Chávez aterrizara en Ezeiza en la madrugada y completara su descanso en Buenos Aires. Hoy almorzará en Olivos con el presidente Néstor Kir-chner y su esposa, la senadora Cristina Fernández, en un encuentro fuera de agenda. Luego podrían volar juntos hasta Córdoba, donde ya está todo listo para el inicio de la actividad oficial. Por la tarde, los cancilleres deliberarán en el Predio Ferial y, por la noche, los presidentes se encontrarán en la cena de honor que se realizará en el histórico Palacio Ferreira. Las cosas en la cumbre se podrían poner serias desde temprano si el canciller uruguayo Reinaldo Gargano cumple con su promesa de plantear la propuesta de realizar junto a la Argentina un monitoreo conjunto sobre las consecuencias que puedan producir las papeleras. En la Casa Rosada no ven con buenos ojos la idea –“sería monitorear juntos el desastre”, grafican–, pero serviría para instalar desde el vamos el conflicto por las plantas de Fray Bentos al tope de la agenda de la cumbre (ver página 12).

Chávez bien podría no haber sido el primer jefe de Estado en llegar para el encuentro si se tomaban como ciertos los rumores que indicaban que desde ayer a la tarde Fidel Castro descansaba en Buenos Aires (ver página 5). Pero si nos atenemos a la información oficial, Chávez sería el adelantado de la cumbre en la que debuta como miembro pleno del bloque. El entusiasmo chavista es palpable. Los representantes del gobierno venezolano que participan de diferentes actividades en la cumbre lucen sus tradicionales remeras rojas con la inscripción de la correspondiente repartición pública a la que pertenecen, más el agregado “Somos Mercosur”, en grandes letras blancas en la espalda. Chávez, a partir de su ingreso, quiere mostrar un bloque con una mayor inclinación a lo social.

En la Casa Rosada se encarga de definir como “privado” el almuerzo que Kirchner y Chávez mantendrán en Olivos. Pero está claro que no van a hablar de las familias, aunque Cristina esté presente. En su última aparición, en Caracas, ambos sorprendieron con el anuncio del lanzamiento del binacional Bono del Sur con el cual pretenden salir en busca de financiamiento en los mercados internacionales.

Con quien también se reunirá Kirchner será con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien llegará a Córdoba con la intención de discutir el aumento del gas que le impuso Argentina para compensar el fuerte incremento de las importaciones desde Bolivia. El tema preocupa a Bachelet porque es usado como caballito de batalla por la derecha, que quiere aprovechar la fuerte caída de popularidad de la presidenta socialista que marcan las encuestas. El ministro de Planificación, Julio De Vido, confirmó que Kirchner recibirá a Bachelet, casi seguro mañana. Habrá que ver cómo ambos podrán compatibilizar la presentación de la noticia.

El caso Uruguay es el más conflictivo y de nuevo promete teñir la cumbre. Uruguay viene flameando una propuesta conciliadora que a los ojos argentinos no es muy nueva y mucho menos satisfactoria. “Se saltea el reclamo de un estudio de impacto ambiental, que es el principal reclamo argentino”, explicaba ayer un diplomático. No resultaba casual que poco antes de emprender su vuelo hacia Córdoba el canciller Jorge Taiana, desde su ministerio, informaran que Argentina había enviado una carta a La Haya. La estrategia local sigue siendo buscar volver inviable económicamente el emprendimiento de Fray Bentos. Con este panorama, la posibilidad de un encuentro entre Kirchner y Tabaré Vázquez –que no está previsto pero que tampoco está descartado– se vuelve más dificultoso. En principio, Tabaré no las tendrá todas consigo aquí. Como los ambientalistas de Gualeguaychú anunciaron que harán protestas en su contra, se le dispuso un operativo de seguridad especial. Habrá diez efectivos policiales que lo seguirán a sol y a sombra para evitar que lo agredan. El dispositivo se prevé exagerado porque ya de por sí la Docta se ve hoy por demás custodiada, lo que es objeto de la tradicional sorna cordobesa. “No sé de dónde los sacaron porque cuando los necesitás nunca están. Para mí que llamaron hasta a los jubilados”, comentaba un taxista, acerca de sus nuevos uniformes y de algunas extrañas motocicletas con sidecar, viejas pero recicladas, que se ven en las principales avenidas.

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